Fernando Rueda: "En el CNI están cabreados porque los han pillado"

Periodista experto en el CNI

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Fernando Rueda

MadridFernando Rueda (Madrid, 1960) no revela nada del contenido del nuevo libro sobre espías que está preparando –solo que no es una novela–. Autor de los libros La Casa I y La Casa II, en los que explica interioridades del CNI, recibe al ARA para hablar del caso Pegasus. 

¿El CNI pasa por un momento grave?

— Es grave porque nadie ha asumido responsabilidades, ni siquiera el mismo CNI. El escándalo surge porque el gobierno le encarga que investigue el movimiento independentista y el CNI pide al juez poder intervenir determinados teléfonos. En esta parcela, la actuación es legal, siempre que se hayan limitado a las 18 intervenciones. Otra cosa sería si los que faltan hasta llegar a la sesentena son sin autorización judicial. Paz Esteban tiene la responsabilidad de que los han pillado. Cuando te pillan, aunque tuvieras que hacer lo que has hecho, tienes que asumir responsabilidades. El Gobierno siempre se lava las manos: encarga misiones, “pero no me expliques cómo lo has conseguido”. 

¿Hace falta que la directiva anual de inteligencia ordene la investigación, o habría suficiente con la ley del CNI?

— Los servicios secretos son suficientemente listos para no hacer nada que no les hayan pedido de alguna manera u otra. No explican cuáles son los medios, pero no se meten en cuestiones políticas. Deduzco que lo debe de decir la directiva. Además, cuando el magistrado tiene que autorizar las escuchas, se le da una copia. Después hay los motivos legales. Por ejemplo, yo sé que no se ha espiado a nadie de Podemos desde que está en el gobierno, porque no espías a tu propio gobierno. Irías a la prisión. El CNI no actúa como un poder autónomo. 

¿Qué hipótesis tiene sobre las otras personas que dice Citizen Lab y que el CNI no reconoce haber espiado?

— Una: que el informe de Citizen Lab sea falso. Dos: que sea un servicio de inteligencia de otro país. Tres: que el mismo CNI piense que no lo pillarán y que haga las escuchas aunque no las firme el juez.  

¿Ve verosímil que sea un grupúsculo del CNI que actúe al margen?

— No. Ahora mismo es absolutamente impensable que haya un grupúsculo que actúa por su cuenta contra el independentismo o el terrorismo. Si se ha hecho todo esto [espiar sin autorización judicial], es porque los altos cargos lo han autorizado. 

¿Y cuál es su hipótesis sobre el espionaje a Sánchez y a Robles?

— Por la información que tengo, las sospechas que hay proceden de Marruecos. ¿En qué se basan? Está probado que han intentado infectar a más de 10.000 personas. ¿Quién puede querer atacar al presidente y a Robles? Había interés por el tema de Brahim Ghali [líder del Frente Polisario, acogido en un hospital de Logroño en 2021].

¿Quién debe garantizar la seguridad de los móviles de los miembros del Gobierno?

— El ex director del CNI Félix Sanz Roldán un día nos explicó a algunos periodistas que tenía un móvil inviolable para hablar con personas como el presidente. Pero si lo utilizas para hablar con el líder de un sindicato... A partir de aquí entramos en algunas hipótesis: se pueden haber equivocado el presidente y la ministra utilizando mal el teléfono y han facilitado la infección; puede ser que el CNI no ofreciera los protocolos necesarios, y puede ser que los ministerios no adoptaran las medidas adecuadas a pesar de tener los protocolos. Quizás ni ellos mismos lo saben. 

¿Cómo ha recibido el CNI internamente estos escándalos?

— Están cabreados. En general, ser el foco de atención no les gusta. Y en particular, el problema es que en cierto modo los han pillado. Incluso en el supuesto de que hayan actuado legalmente, han quedado en evidencia. Han empezado a asimilar que la directora será cesada y de alguna manera están molestos porque consideran que el Gobierno no los ha defendido. 

¿Se equivocó la Moncloa con la rueda de prensa?

— Nadie hace una rueda de prensa anunciando que han pinchado el teléfono del presidente.

Y debe de haber habido ataques en todas partes.

— Claro que sí. Hubo ataques de Rusia al Partido Demócrata de EE.UU. en las elecciones que ganó Trump; está demostrado que la NSA [el servicio de inteligencia de EE.UU.] pinchó el teléfono de Angela Merkel...

Paz Esteban tenía como objetivo mejorar en ciberseguridad. ¿Cómo ha evolucionado el CNI con ella de directora?

— Los cambios con Paz Esteban han sido de desarrollo de la lucha de la ciberinteligencia, que es la gran amenaza, más que el terrorismo yihadista. También quería un cambio de imagen, jugar a abrir el organismo, dar una imagen de bondad de los servicios secretos, que yo creo que no se ha percibido. 

¿El CNI tendría que procurar una apertura a la sociedad?

— Sanz Roldán decía que no tenía nada que esconder y que el 98% de la información proviene de fuentes abiertas. Me parece muy bien que lo digan, pero yo no me lo creo. Ellos pueden vender una imagen amable y, por ejemplo, el Centro Criptológico Nacional protege el Estado y las empresas, pero después tienen que hacer determinadas cosas... Aunque sea cierto que el 98% de la información es de fuentes abiertas, los espías que conozco me dicen que lo que te diferencia es la información que obtienes cuando te infiltras o cuando consigues una grabación.

¿El caso Pegasus puede marcar un antes y un después en el CNI?

— Llegado el momento, si cesan a la directora, pondrán a otro y continuará funcionando igual. Dirán que han cambiado los mecanismos, pero es una máquina muy fría que funciona sola.

Usted dice que lo controlan. ¿Tiene gente del CNI que lo asesore para protegerse?

— No, no.

¿Toma precauciones?

— Cuando quedo con alguien a quien le puedo complicar la vida. Había tenido citas en las que no me llevaba el móvil. Hace unos años concertaba citas a través de las cabinas de teléfono, o pedía a los restaurantes que me dejaran llamar.

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