El dueño de El Ventorro dice que Mazón y Vilaplana fueron los últimos clientes en marcharse, entre las 18.30 y las 19 h

La juez de la dana cita a los escoltas y al chófer del presidente valenciano ese día

El dueño de El Ventorro, a su llegada a los juzgados
21/11/2025
4 min

BarcelonaVentorro se ha convertido, sin quererlo, en la prueba más sobrecogedora de la negligente gestión de Carlos Mazón el día de la dana. En este céntrico restaurante de la capital valenciana, el aún jefe del Consell almorzó durante más de cuatro horas con la periodista Maribel Vilaplana, aunque era conocedor, como admitió, de la crítica situación a Utiel. Tampoco suspendió la comida, aunque, como reveló el ARA, la comunicadora ya había rechazado su oferta para dirigir À Punt dos semanas antes.

El propietario del establecimiento, Alfredo Romero, que ha sido citado este viernes en los juzgados de Catarroja, ha explicado que los dos comensales abandonaron el establecimiento "entre las 18.30 y las 19.00 h aproximadamente", cuando ya no quedaba ningún cliente. También confirmó que el presidente valenciano no tenía nada de prisa por marcharse, como ya había señalado Vilaplana en su declaración hace unas semanas. Ante una de las acusaciones populares, aseguró que no vio a Mazón "preocupado".

De hecho, ha señalado que el almuerzo acabó a las 16.45 h, un cuarto de hora antes del inicio del Cecopio, y que la sobremesa se alargó aún un par de horas más. Romero, que sí era consciente de las tormentas que venían, envió a casa sobre las seis de la tarde a dos de sus empleados que vivían en los pueblos afectados por la dana. "Antes de que se pusiera a llover, les dije que se marcharan", ha reconocido, sin aclarar si habló con el presidente de la situación meteorológica. También desveló que lo primero que llegó al restaurante fue Mazón, entre las 14.15 y las 14.30 horas, solo y sin escolta, y que, más tarde, sobre las 14.50 o las 15 horas, llegó Vilaplana, lo que puede ayudar a saber a qué hora salió la periodista del aparcamiento a partir de las horas que estuvo en el restaurante.

Romero explicó que atendió personalmente a Mazón y Vilaplana y que entró en el reservado unas siete u ocho veces, pero aseguró a la juez instructora, Nuria Ruiz Tobarra, quien no escuchó ninguna de las llamadas que hizo o recibió al jefe del Consell. La magistrada había citado a Romero para averiguar si había escuchado alguna conversación entre Mazón y Pradas. Con el mismo objetivo, la juez ha citado este viernes a declarar a los escoltas, que no acompañaron a Mazón a la salida del almuerzo, y al chófer, para saber si oyeron a Mazón hablar con Pradas. Ruiz citó al dueño de El Ventorro después de que Vilaplana atestiguara que él era "la única persona que entraba y salía a la sala donde estaban" y que incluso se quedó un rato mientras el presidente firmaba unos documentos que un funcionario de la Generalitat le llevó al restaurante relacionados con deportistas de élite. "No recuerdo verle hablando por teléfono. No tengo ningún recuerdo", ha manifestado Romero.

La Generalitat, y no el PP, reservó la mesa

El declarante también ha señalado que la factura la envió al PP, aunque en un primer momento Mazón alegó que se trataba de un "comida de trabajo" tras esconder y dar diferentes versiones de la polémica comida. Sea como fuere, Romero ha admitido que la reserva la hizo la Generalitat, lo que chocaría con la última versión que ha dado Mazón, que se trataba de un acto del partido. "Me llamaron de la Generalitat para reservar mesa", ha dicho Romero, quien ha revelado que fue dos o tres días antes. "No se precisaron los comensales, sólo que era una mesa para el presidente", añadió. La factura, ha dicho Romero, la envió al día siguiente o dos días más tarde, pero al tratarse de una factura y no de un ticket, no se puede establecer la hora exacta de salida del establecimiento. Con su testimonio, pues, no se aclara el gran misterio aún no resuelto de ese día: qué hizo Mazón desde que acompañó a Vilaplana en el aparcamiento sobre las siete de la tarde hasta que llegó al Cecopio a las ocho y media.

Pérez Llorca entra por el garaje en los juzgados

El sucesor de Mazón en la presidencia de la Generalitat, Juanfran Pérez Llorca, que debe ser investido el próximo jueves, ha sido el siguiente en declarar. El candidato del PP, que ha entrado por el garaje para sortear a los periodistas, ha explicado a la juez que llamó a Mazón el día de la dana a las 18.57 h para preguntarle sobre la situación de Utiel, localidad completamente inundada desde hacía unas cinco horas y con la Unidad Militar de Emergencias activada desde las 0. Pérez Llorca se enteró porque vio imágenes por la televisión en una cafetería tras salir de una visita médica a Villajoyosa. Fue entonces cuando llamó a Mazón, quien le dijo que "por la mañana había habido problemas en la Ribera", sin concretarle que en ese momento todavía estaba en el restaurante o de camino al aparcamiento y no coordinando la emergencia.

Mazón, que no llamó ni al alcalde de Utiel, pese a pedir su teléfono al presidente de la Diputación de Valencia, Vicent Mompó, y que sólo llamó al de Cullera y aún no se sabe por qué, le pidió que hiciera una "ronda" con alcaldes y concejales del pasado "para ver" para ver "para ver". Pérez Llorca admitió que no era consciente de la "trascendencia y gravedad" de la situación y que hasta que no vio las imágenes de Utiel no se le hizo a la idea. "Yo hasta ese momento no sabía nada", ha declarado.

Justo después de la llamada a Mazón, Pérez Llorca telefoneó a la entonces consejera Salomé Pradas para pedirle información. Fue una primera llamada de 14 segundos a las 18.58, y la siguiente, un minuto después, de apenas nueve segundos, según reseña el acta notarial de las llamadas de Pradas que consta en la causa. Pradas, que estaba en el Centro de Coordinación de Emergencias de Eliana, en la reunión del Cecopio y tampoco le sentía bien, le dijo que estaba muy "atareada". Pérez Llorca ha asegurado que las llamadas con Mazón y Pradas no tenían nada que ver con ningún tipo de autorización para enviar el ES-Alert, alineándose así con el presidente en funciones, que defiende que él no tuvo ninguna responsabilidad con el aviso a la población para evitar ser imputado.

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