La ampliación del aeropuerto agita el debate interno dentro de ERC y JxCat

Los dos partidos registran voces críticas con el acuerdo y la CUP también lanza sus advertencias

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El vicepresidente Puigneró (JxCat) y el presidente Aragonès (ERC) martes al Consejo  Ejecutivo .

BarcelonaEl principio de acuerdo entre la Generalitat y el Estado por la ampliación del aeropuerto de El Prat ha pillado a los dos socios de gobierno en Catalunya, ERC y JxCat, razonablemente cohesionados. Los republicanos habrían preferido que lo hubiera anunciado formalmente el presidente Aragonès (ERC) el martes desde el Palau de la Generalitat, pero la noticia estalló el lunes con el vicepresidente Puigneró (JxCat) de protagonista. Sea como fuere, todo el mundo rema en la misma dirección. Ahora el foco, sin embargo, está puesto dentro de los dos partidos. La decisión de ampliar El Prat está generando debate interno, puesto que las dos formaciones independentistas tienen voces críticas que cuestionan que sea una buena idea.

El debate en ERC enseguida se ha hecho público. Las dos principales fuentes de discrepancia llegan de las juventudes del partido, el Jovent Republicà, y la federación comarcal del Baix Llobregat y l'Hospitalet. Los primeros son abiertamente hostiles con la ampliación porque la consideran "incompatible" en la lucha contra el cambio climático, mientras que los segundos, menos beligerantes, avisan de que se opondrán "si no hay consenso previo con el territorio". "No se pretende hacer ninguna guerra, pero ha de haber un debate en el partido que todavía no ha habido", explica una voz autorizada de los republicanos en la comarca.

También una de las caras más respetadas dentro del partido, el ex diputado de ERC en el Congreso Joan Tardà, se ha manifestado en contra y, según escribió en Twitter, defiende que, como no habido un debate profundo sobre el tema en los órganos internos del partidos, "cualquier afiliado está legitimado a decir su opinión". Los críticos, además, se acogen al programa electoral de las elecciones al Parlament del 14-F, que no acaba de concordar con lo que se ha pactado con el Estado. El documento sí que reflejaba la voluntad "de aumentar" los vuelos intercontinentales, pero "sin necesidad de ampliación" y teniendo presente que hace falta "preservar los espacios naturales que rodean al aeropuerto".

Desde la dirección son conscientes de que las reacciones en clave interna que ha provocado el anuncio de la ampliación: "Hay debate porque ya había debate", explican desde la calle Calàbria, desde donde también atribuyen la intensidad de la controversia a la manera repentina en la que se ha hecho el anuncio, puesto que pocos se imaginaban que, en caso de que hubiera acuerdo, fuera antes del otoño. Las mismas fuentes aseguran que lo que plantean las voces discrepantes "no está tan lejos" de lo que expuso Aragonès el martes en su comparecencia. Allá prometió que no se haría nada sin el aval medioambiental de la UE y que se seguiría buscando el "consenso" de todos los sectores afectados. Desde la dirección, pues, confían que al final todas las posiciones acaben convergiendo.

La variable del tiempo

El tiempo es una de las variables que los republicanos esperan que sirva para racionalizar la intensidad del debate y acercar posiciones -en todos los frentes, no solo el interno-. Fuentes del Govern aseguran que el plan director que tendrá que incluir todos los detalles sobre la ampliación tardará al menos un año en hacerse y que, además, Europa frenará lo que medioambientalmente sea inasumible. En definitiva, exponen que lo que ha hecho el Govern es asegurar los 1.700 millones de inversión y que el tiempo calmará los ánimos. Este miércoles tanto el conseller Roger Torrent como la delegada en Madrid Ester Capella lanzaban mensajes conciliadores. El primero, en declaraciones a Efe, ha asegurado que será "imprescindible" el consenso territorial para cerrar la reforma, y la segunda asevera que, si todo ello no se ejecuta asegurando la protección del Delta, "difícilment será posible".

Imagen de la reunión entre el vicepresidente Jordi Puigneró, la ministra Raquel Sánchez y el presidente de Aena, Maurici Lucena, en la que se pactó la ampliación de El Prat.

JxCat ha protagonizado el acuerdo desde el primer momento, con difusión incluida de la foto de la reunión del lunes en Madrid -que durante unas horas fue secreta- entre Puigneró y la ministra de Transportes, la catalana Raquel Sánchez. Aun así, este hecho no les ha ahorrado el debate interno que cuestiona la operación. En el caso de JxCat la crítica no llega tanto del territorio, sino de voces relevantes dentro del partido. El ejemplo más claro es la presidenta del Parlament, Laura Borràs, que el lunes se pronunciaba así: "Los compromisos en inversión del gobierno español ya los conocemos. Volvemos a la zanahoria. Menos euforia y más memoria". Otro crítico es el ex president Quim Torra, que si bien no tiene el carné del partido sí que mantiene una fuerte ascendencia. Para él, sería que un grave error que en esta controversia "el independentismo no apoyara las reivindicaciones del movimiento ecologista y de defensa de la tierra y la naturaleza". No menciona la palabra aeropuerto, pero no hace falta. El programa electoral de JxCat hablaba de la construcción de la "terminal satélite" de El Prat que también figura en el acuerdo entre Fomento y la Generalitat, pero no preveía la ampliación de pistas.

La derivada de la CUP

Más allá de los debates internos que ha suscitado, la ampliación también he afectado a las relaciones entre el Govern y la CUP, el partido de quien depende la estabilidad del ejecutivo. En declaraciones a ACN, la diputada en el Congreso Mireia Vehí decía el martes que la ampliación se tenía que "parar" porque es un "atentado ecológico". Los votos de los cupaires serán clave, por ejemplo, para los presupuestos de 2022 y los anticapitalistas ya piensan situar el aeropuerto entre sus exigencias. Y no es el único de los temas candentes de la actual legislatura que les genera un rechazo profundo, puesto que también están los Juegos Olímpicos de Invierno Barcelona-Pirineo, otra cuestión que también promete generar debate interno a todos los niveles.

La cohesión del gobierno español de nuevo en peligro
  • El preacuerdo por la ampliación de El Prat tampoco ha sido de digestión fácil para el gobierno español. El socio pequeño del ejecutivo, Podemos, es abiertamente contrario al proyecto. "No es una decisión correcta en una situación de emergencia climática", ha dicho el diputado lila en el Congreso Juantxo López de Uralde. Y todavía falta que se posicione el ministerio de Transición Ecológica, en manos del PSOE, que podría poner objeciones. En el Ayuntamiento de Barcelona se reproduce el mismo esquema entre socios: en este caso el socio pequeño está a favor -el PSC-, y la alcaldesa Ada Colau -Comuns-, en contra.
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