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PP y Vox pactan frenar la enseñanza del valenciano: "Será un mensaje para Catalunya"

Las dos formaciones harán público mañana un documento con 50 medidas que quiere ser un adelanto del posible cambio político en España después del 23-J

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La delegación valenciana de Vox con el torero Vicente Barrera, el jurista Carlos Flores y el miembro de Mesa del Congreso  Ignacio Gil Lázaro

MadridLos equipos negociadores de PP y Vox en el País Valenciano están perfilando un documento con 50 medidas o ejes que definirán el rumbo de la nueva Generalitat pero con la vista puesta también en las elecciones del 23 de julio. Fuentes de la negociación explican al ARA que lo que se busca es escenificar el cambio político que está en juego en los próximos comicios, es decir, que será una especie de adelanto de lo que después puede pasar en el resto del Estado. ¿Y qué habrá en este documento? Pues aparte de los clásicos de la derecha como por ejemplo la rebaja de impuestos o la supresión de organismos públicos para reducir la administración, se quiere dar una máxima importancia a la lengua. "Será un mensaje para Catalunya y también para todo el Estado", aseguran estas fuentes.

El cambio que las dos formaciones pretenden implantar se basa tanto en suprimir todas las ayudas al valenciano y a la promoción de la lengua propia como fortalecer la presencia del castellano en la escuela y frenar, por lo tanto, la del valenciano. A la espera de conocer la literalidad del acuerdo, lo que se pretende es dibujar cuál será la política lingüística que se aplicará desde el gobierno español para acabar con el sistema de inmersión lingüística. El mismo Carlos Flores ha confirmado en Twitter que mañana se hará público el acuerdo y que habrá sectores, en concreto los valencianistas, que tendrán motivos para estar enfadados.

El futuro presidente valenciano, Carlos Mazón, ya ha avanzado esta mañana en una entrevista en la Cope algunas de las medidas que se implementarán inmediatamente: eliminación de la Oficina de Derechos Lingüísticos, supresión de la figura de los asesores que ayudan a los centros educativos a incrementar la enseñanza en valenciano y cualquier política que incentive la igualdad lingüística. Eso sí, Mazón ha desmentido las informaciones que apuntaban que la consejería de Educación pasaría a ser gestionada por la extrema derecha y esta mañana ha dicho que ya tiene a "la persona" que tendría que asumir el departamento. Fuentes de los dos partidos aseguran que el reparto de las áreas de gobierno no está todavía definido, aunque sí que subrayan la "sintonía ideológica" que ha habido. Mucho más grande que la que hay entre el PP y Vox en otros territorios como Murcia o Extremadura, según afirman las mismas fuentes.

Feijóo defiende el pacto

En la cúpula del PP no negaban que el escenario idóneo para Alberto Núñez Feijóo era que los barones que necesitaban la extrema derecha para gobernar se esperaran a firmar sus pactos a después del 23-J. Este martes ningún dirigente popular salió a valorar el acuerdo entre el PP y Vox en el País Valenciano y no ha sido hasta esta mañana que el líder del partido lo ha justificado en una entrevista en EsRadio. El líder del PP ha dicho que el acuerdo se había consumado porque el PSOE se había negado a abstenerse para facilitar un gobierno del PP en solitario, pero ha recurrido a un argumento falso para intentar justificar que Carlos Mazón no se podía esperar a después del 23-J para sellar el acuerdo.

"No es posible constituir comunidades autónomas después del 23-J", ha afirmado, para después añadir: "Agotados los plazos parlamentarios, vamos a una repetición electoral". Lo cierto es que el reglamento de las Cortes Valencianas, como el de la mayoría de Parlamentos autonómicos, establece que se tiene que celebrar un primer debate de investidura después de tres o siete días de que se haya hecho la propuesta formal de candidato a la presidencia de la Generalitat –los grupos lo pueden hacer 12 días después de que se constituya el Parlamento–. Si esta investidura es fallida, el mismo reglamento marca que se puede esperar dos meses hasta celebrar el segundo debate. Por lo tanto, si Mazón hubiera querido, habría podido firmar el pacto después del 23-J. 

Desde el PSOE varias voces han cargado hoy contra el pacto. Por ejemplo, la vicepresidenta segunda y ministra de Economía, Nadia Calviño, ha dicho en Onda Cero que "Feijóo ha pasado de poner líneas rojas a poner alfombras rojas a Vox". "Es un pacto vergonzoso que demuestra que PP y Vox se presentan en el mismo tíquet electoral", ha insistido María Jesús Montero en TVE.

Feijóo ha respondido que el PSOE no tenía "ninguna legitimidad" para decirle al PP "con quién puede y con quién no puede pactar", puesto que ellos, ha afirmado, han pactado con "el populismo de izquierdas más radical de Europa", con "independentistas", y tienen alcaldías "gracias a Bildu". De este modo el PP de Feijóo vuelve a la estrategia de Pablo Casado, consistente en equiparar a la extrema derecha con los partidos a la izquierda del PSOE o los grupos soberanistas.

Tensión PP-Vox en Murcia

Aún así, la libertad que ha dado Feijóo a sus barones se está traduciendo en situaciones muy diferentes. Por ejemplo, hoy en Murcia el PP ha dejado a Vox fuera de la mesa del Parlamento y mantiene la intención de no incorporarlos al ejecutivo con el argumento de que solo les faltan dos diputados para tener mayoría absoluta. Por su parte, Vox amenaza con forzar una repetición electoral si el PP no cede y se niega a pactar con ellos la investidura.

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