ERC amenaza con expulsar a sus concejales que negocian hacer gobierno con el partido de Sílvia Orriols
Los republicanos y Aliança Catalana exploran un pacto en Ribera de Ondara
Barcelona"Las posiciones de extrema derecha deben detenerse en todas partes. Hay una mayoría democrática en Ripoll que puede hacerlo posible", destacaba el presidente Pere Aragonès en plenas negociaciones para decidir quién ostentaría la alcaldía de la capital del Ripollès. La llamada del jefe del ejecutivo no sirvió de nada. La abstención de Junts haría que Silvia Orriols se convierte en la primera alcaldesa de Aliança Catalana. ERC, que siempre defendió el cordón sanitario contra Aliança Catalana, cargaría duramente contra aquella decisión de los junteros.
Ahora la formación xenófoba podría entrar en otro gobierno municipal, pero de la mano, precisamente de Esquerra. Y es que el partido de Sílvia Orriols también logró un concejal en Manlleu y otro en Ribera de Ondara. Y es justamente en este pequeño pueblo de la Segarra de menos de 500 habitantes donde la formación de extrema derecha podría entrar también en el gobierno con una moción de censura conjunta con ERC contra el PSC, que empataron a 3 concejales en los últimos comicios. Las conversaciones, explican fuentes del consistorio, están más que encauzadas. La dirección nacional republicana ha emitido este lunes un comunicado para negar ningún pacto y en el que amenaza con expulsar a sus concejales si han iniciado contactos con la extrema derecha.
Y es que antes había sido la sección local de los republicanos la que había defendido también en un comunicado la necesidad de un cambio de gobierno al considerar que el municipio leridano "no puede seguir ni un minuto más con esta mala gestión y un gobierno en minoría". Los socialistas han podido tener la alcaldía hasta ahora porque el concejal de Aliança Catalana se abstuvo en el pleno de investidura para respetar la lista más votada. La cosa podría cambiar en cuestión de días.
En conversación con el ARA, Albert Puig, concejal de Aliança Catalana, da el pacto por hecho y asegura que ya se exploró un entendimiento antes de las elecciones. "En junio no pudo ser por circunstancias ajenas. ERC es un partido catalán y el PSC no, y yo soy un patriota que moriría por Catalunya, no soy ningún racista ni ultra", afirma Puig. "Siempre haré lo mejor por Ribera y ahora toca hacer esto si nos ponemos de acuerdo", añade el edil.
La dirección nacional de Esquerra insiste en que "no formarán parte de ningún pacto que incluya la participación de ninguna formación que ampare planteamientos xenófobos y fascistas", en referencia a Aliança Catalana. Sea como fuere, los republicanos recuerdan que si algunos de sus representantes "llegaran a un entendimiento con la extrema derecha", pondrían en marcha "los mecanismos internos para depurar responsabilidades".
"Como recogen los estatutos y la normativa interna del partido, estos hechos además de contravenir los principios ideológicos, constituyen una falta muy grave que podría desembocar en la expulsión de quienes tuvieran una relación de militancia con el partido", sostienen desde la dirección. Esquerra, pues, podría quedarse pronto sin representados en Ribera de Ondara si las conversaciones acaban fructificando.