Endavant rechaza que la CUP forme parte de un Govern con ERC y JxCat y apuesta por mantenerse en la oposición

La organización condiciona el apoyo a la investidura a la aplicación de los puntos centrales de su programa

Xavi Tedó
3 min
Una asamblea de la CUP, en una imagen de archivo

El papel decisivo que tiene la CUP para configurar gobierno vuelve a hacer aflorar las divergencias que hay entre los dos grandes sectores de la formación anticapitalista. Si el lunes Poble Lliure defendía la necesidad de contribuir a "la formación" de un nuevo ejecutivo independentista "con un programa de mínimos", hoy Endavant ha dejado claro que aboga por mantenerse en la oposición. "No podemos permitirnos participar en un gobierno autonómico bajo la tutela de Esquerra y Junts, que sostienen acusaciones particulares contra independentistas y activistas de luchas sociales, permiten la actuación de los Mossos d'Esquadra en los desahucios y basan la acción política en un proceso de negociación con el Estado que no buscar avanzar en la ruptura, sino mantenerlos liderando el soberanismo", remarca la organización en un comunicado.

"Sería un error confiar en la conformación de un gobierno unitario independentista como elemento que pueda generar por sí solo un nuevo embate independentista con capacidad de desestabilizar al Estado y materializar la autodeterminación", añade Endavant en el texto. A pesar de admitir que los resultados electorales son "buenos", Endavant, que se mostró muy crítica con el acuerdo con Guanyem Catalunya, subraya que no se ha conseguido "llegar al techo electoral de las elecciones autonómicas del 2015" y pone de relieve que la confluencia con los de Dolors Sabater no ha supuesto el gran salto cuantitativo que se presagiaba.

Ante "el nuevo pressing CUP" para investir a un nuevo president y garantizar la gobernabilidad que augura, Endavant reafirma su convicción de que, "para avanzar hacia la ruptura con el Estado", la formación independentista "no puede formar parte de ningún gobierno autonomista, ni tampoco ser la muleta para los recortes y privatizaciones que vendrán impuestas por la UE y el Estado". "Y todavía menos –añade– avalar la idea de que la autodeterminación se conseguirá a través de un proceso de negociación con el Estado". En este sentido, la organización a la cual pertenecen la exdiputada Anna Gabriel y el número 2 de la candidatura, Carles Riera, defiende la resolución aprobada en el consejo político del 23 de enero que "reforzaba un planteamiento de acción institucional de oposición tanto al soberanismo gubernamental como a los frentes amplios de izquierdas liderados por el PSOE".

Endavant apuesta por aprovechar su papel determinante después del domingo, como avanzó el ARA, para condicionar un posible apoyo a la investidura o incluso a las cuentas a aplicar los elementos centrales del programa electoral de la CUP. "No nos podemos conformar con pedir compromisos abstractos con la autodeterminación y declaraciones simbólicas sobre giros a la izquierda a cambio de abstenciones en investiduras y aprobaciones de presupuestos". Así, Endavant pone como líneas rojas la retirada de la Generalitat de las acusaciones particulares en causas contra independentistas y activistas de luchas sociales, que "los Mossos dejen de hacer de fuerza de choque de los grandes tenedores de vivienda en los desahucios", la creación de una banca y una farmacéutica públicas, la nacionalización de sectores estratégicos, "la reversión de los recortes y el blindaje de los servicios públicos" y el "incremento de los impuestos a los ricos y al capital".

"Lo que nos permitirá avanzar en el proceso de autodeterminación de los Països Catalans y sumar a amplios sectores de las clases populares catalanas al proyecto de ruptura con el Estado será la constatación de que estas medidas sociales chocan con la legalidad española", razona la organización en el comunicado, antes de advertir que haber superado la barrera del 50% de los votos emitidos "no es determinante para la resolución del conflicto" porque la independencia es un proceso que "enfrenta directamente al pueblo catalán con la oligarquía española, que incluye la burguesía catalana". 

El veto a Mas

Endavant considera que "la firmeza de la CUP en 2015 en la negativa a investir a Artur Mas como president de la Generalitat ha sido una de las causas de la desaparición de una parte muy importante de la herencia política de Convergència i Unió y que el hecho de que no fuera president del Govern fue un factor clave para la materialización del referéndum del 1 de Octubre". "Solo a partir de una acción institucional que pase de ser altavoz a ser catalizador de las luchas sociales, reforzando su desarrollo en el marco del proyecto político de la independencia para cambiarlo todo, podemos aspirar a crecer y disputar la hegemonía tanto del soberanismo gubernamental como de los frentes amplios de izquierdas bajo tutela del PSOE", resalta.

"Apostamos, por lo tanto, por una CUP que se convierta en alternativa popular y rupturista, y no la muleta de un Govern autonómico que no resolverá las necesidades básicas de las clases populares, un Govern que legislará a favor de las élites y que tampoco podrá avanzar en la autodeterminación hasta que no acepte que la revolución política que supone la ruptura con el Estado implica forzosamente cambios sociales profundos, que pongan la economía al servicio de las necesidades de las clases populares", concluye.

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