ERC y JxCat buscan un "consenso estratégico" para toda la legislatura antes de hablar del nuevo Govern

Los republicanos se encuentran también con la CUP y se emplazan a un "plan de choque" para cambiar el modelo de seguridad

El vicepresidente del Gobierno , Pere Aragonès, este martes dirigiéndose a la reunión del consejo ejecutivo.

BarcelonaSe intensifican las reuniones para desencallar la legislatura con varios encuentros a múltiples bandas. Este martes por la tarde se han vuelto a encontrar la delegación negociadora de ERC y la de JxCat, los dos partidos que, con 33 y 32 diputados respectivamente, tienen más peso en esta operación política. Las dos formaciones se han emplazado a buscar un "consenso estratégico" que defina una hoja de ruta común para toda legislatura, antes de cerrar el reparto de cargos del nuevo Govern. Es decir, quieren tener primero un acuerdo sobre qué se tendrá que hacer en este mandato, antes de cerrar quién lo tendrá que hacer.

Los dos partidos quieren evitar la situación de la legislatura pasada, en la que reiteradas veces se visualizaron las diferencias estratégicas entre socios. Por ejemplo, si ERC buscaba el diálogo con el gobierno español, JxCat hablaba de confrontación "inteligente". Si Quim Torra anunciaba desde el atril del Parlament que se tenía que volver a ejercer la autodeterminación en ese mandato, los republicanos se desmarcaban diciendo que era un anuncio que no se había consensuado previamente. ¿Cuál puede ser ahora esta estrategia compartida del próximo mandato? Según ERC, el terreno de juego de los próximos cuatro años tiene que ser la defensa de la autodeterminación y de la amnistía, pero sin abonar la unilateralidad en el Parlament y haciendo bandera del diálogo en el Congreso. Los republicanos ven esta estrategia avalada por los 13 diputados en Madrid y los 33 en Barcelona, que por primera vez los sitúa como fuerza independentista más votada en las dos cámaras.

JxCat apostaba en su programa electoral por mantener el embate con el Estado –reactivar la DUI esta legislatura–, pero ahora aceptan que con la victoria de los republicanos es Pere Aragonès quien tiene que liderar la estrategia. Ahora bien, a diferencia de Esquerra, no creen que sea la vía de ensanchar la base la que ha salido reforzada de las elecciones porque argumentan que ellos y la CUP –que es quien ha aumentado más diputados– suman 41 escaños frente a los 33 de los republicanos. "Tienen que aterrizar su estrategia", argumentan fuentes del partido consultadas. "Dialogamos con Madrid y pedimos el referéndum, pero ¿hasta cuándo?", se preguntan, y remarcan que ya se sabe qué dirá el gobierno español de una consulta acordada sobre la independencia. En este sentido, Junts aspira a pactar cuándo se puede activar la unilateralidad y en qué condiciones, puesto que, destaca, los republicanos también asumen esta vía en sus ponencias estratégicas.

La investidura y los Mossos

Pero la de JxCat y ERC no ha sido la única reunión para tratar la investidura. Unas horas antes los republicanos también se han visto con responsables de la CUP. En este caso el encuentro se ha centrado en el papel de los Mossos d'Esquadra en la gestión de los disturbios que ha habido en las manifestaciones de protesta contra el encarcelamiento del rapero Pablo Hasél. Los dos partidos se han comprometido a impulsar un "plan de choque" para conseguir "un cambio profundo" en "el modelo de seguridad y orden público de Catalunya". Esquerra necesita los votos de la CUP para investir a Pere Aragonès, y para convencer a los anticapitalistas les garantiza que habrá cambios en Interior. Cambios en las políticas y en los liderazgos, puesto que los republicanos tienen asumido que con toda probabilidad les tocará pilotar el departamento. A pesar de que todavía no hay más concreciones, fuentes republicanas han calificado de "positivos" los dos encuentros. Y finalmente ha habido una tercera reunión, en este caso entre la CUP y los comunes, en la cual también se han comprometido a hacer piña para avanzar "hacia un nuevo modelo policial" en el que, por ejemplo, queden fuera las balas de foam.

Y mientras en Barcelona se cocina a fuego lento el nuevo pacto de Govern, en Madrid el gobierno español empieza a hacerse a la idea de que la reedición de un ejecutivo de ERC y JxCat –pendiente de si la CUP también quiere tener consellers– llegará más temprano que tarde. El presidente del gobierno español, Pedro Sánchez, ha criticado este martes que será la reedición de "un gobierno fallido", pero ha asegurado que "dialogará y respetará su legitimidad".

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