ERC y JxCat anuncian un acuerdo por un gobierno "fuerte" y "cohesionado"

Aragonès y Sànchez aseguran que tienen una "base de consenso estratégico" para "avanzar" hacia la independencia

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BarcelonaDespués de tres meses de las elecciones del 14 de febrero, Esquerra y Junts han escenificado un acuerdo para hacer un gobierno "fuerte" y "cohesionado" para poner en marcha ya un nuevo ejecutivo liderado por Pere Aragonès. En una comparecencia conjunta en el Palau Robert, han anunciado una base de consenso estratégico y un programa de gobierno compartido para "avanzar" hacia la independencia. "Iniciamos una nueva etapa con un acuerdo de gobierno independentista comprometido con las políticas de progreso y que responda al más del 50% que optó por la independencia de Catalunya".

Por su parte, Jordi Sànchez ha hecho una defensa del pacto de gobierno, añadiendo que han conseguido combinar las "dos miradas estratégicas" de ambas formaciones."Estamos convencidos de que será sólida para seguir avanzando en el camino hacia la independencia", ha dicho, añadiendo que "el gobierno trabajará para todo el país, pero tampoco defraudaremos al más de 50% de los votantes que fueron favorables a la independencia".

¿Cuáles son los detalles, entonces, del pacto? La legislatura tendrá dos etapas, tal como los republicanos acordaron con la CUP. Aragonès ha confirmado que dentro de dos años se someterá a una cuestión de confianza y que sigue siendo el margen que dan a la mesa de diálogo. Jordi Sànchez ha dicho que Junts acepta trabajar en la negociación con el Estado "con lealtad" y que se pactarán una serie de indicadores para evaluar el trabajo (que todavía están pendientes de concretar). Uno de los obstáculos principales de la negociación, que era el rol del Consell per la República y el alcance de la coordinación estratégica, se ha acabado resolviendo.

La fórmula pasa por crear un espacio de cinco miembros entre Esquerra, JxCat, la CUP, ANC y Òmnium. Este nuevo ente, denominado de coordinación, "consenso y dirección estratégica", será el que debatirá la estrategia del Procés y fijará las bases de la alternativa al diálogo con el Estado si fracasa. En este sentido, los dos socios de Govern se conjuran por "la unidad" en todas las cámaras parlamentarias: se intentará ir alineado en todas las cuestiones y, en caso de que no haya consenso, cada uno tomará las decisiones que crea. Es decir, en el caso de los presupuestos del Estado, este ente debatirá sobre qué hacer. Si hay acuerdo los partidos actuarán de forma conjunta, mientras que si no lo hay, no.

Paralelamente a la creación de este espacio de consenso, se reformulará el Consell per la República para que Esquerra se vuelva a incorporar. Una vez reformado este ente, que ahora preside Carles Puigdemont, la dirección de cinco miembros del Procés se incorporaría dentro, tal como reclamaba Junts.

El preacuerdo se ha cerrado este fin de semana después de dos días de negociaciones entre el secretario general de JxCat, Jordi Sànchez, y el propio candidato a la investidura por parte de ERC, Pere Aragonès. A lo largo de la mañana, ambas formaciones han ratificado el pacto en sus ejecutivas y ahora solo queda pendiente la ratificación por parte de las bases de Junts. Según ha explicado Sànchez, los militantes tendrán que pronunciarse sobre si avalan o no el acuerdo y, en caso de que lo rechacen, ha dicho que se facilitará igualmente la investidura de Pere Aragonès.

En el escrito, JxCat y ERC se disculpan por haber "alargado tanto el cierre del acuerdo". Después de semanas de tensión y críticas cruzadas, con el anuncio de este solucionador también se "comprometen" a hacer un gobierno que "busque reconstruir la confianza con la ciudadanía de Catalunya, la máxima confianza entre socios y con la colaboración y trabajo conjunto con la CUP". El objetivo del nuevo ejecutivo, aseguran, es "gobernar para todo el mundo y a la vez poder avanzar" hacia la independencia.

Un fin de semana clave

¿Qué ha cambiado en estos dos últimos días para que, ahora sí, el acuerdo sea posible? "Ha sido un fin de semana intenso de negociación. No podíamos ir a elecciones", explican fuentes conocedoras de las conversaciones consultadas por el ARA. Con este preacuerdo en mano, ERC renuncia al gobierno en solitario que, en los últimos días, había asegurado que era una posición inamovible. "Ha ganado la responsabilidad, es un buen acuerdo para las dos partes", señalan desde el partido republicano. Ahora habrá que ver si JxCat también ha hecho alguna renuncia, como por ejemplo en el terreno del Consell per la República. El pacto se ha tejido con el papel protagonista de Aragonès y Sànchez. Los dos mantuvieron una reunión el sábado y otra el domingo en dos lugares diferentes fuera de Barcelona. Encuentros de entre 8 y 10 horas los dos, según aseguran otras fuentes.

Acuerdo 'in extremis'

Esquerra y Junts llegan a este preacuerdo después de una semana con una presión redoblada desde que Aragonès anunció el día 8 que estaba dispuesto a postularse para presentarse en solitario ante la parálisis de las negociaciones con la lista de Laura Borràs. En los últimos días, JxCat había mantenido la necesidad de hacer un gobierno de coalición, mientras que ERC sostenía la posición del candidato. Además, las discrepancias sobre el papel que tenía que jugar el Consell per la República a la hora de dirigir la estrategia independentista habían sido un obstáculo desde el inicio. Finalmente, el acuerdo ha sido suficiente para pactar un gobierno de coalición, descartando por lo tanto la fórmula de apoyar un ejecutivo de ERC en solitario y negociar a partir de aquí la inclusión de JxCat.

Los negociadores de la CUP, ERC y JxCat andando juntos por los pasillos del Parlament de Catalunya después de una reunión.

Este fin de semana la Asamblea Nacional Catalana había lanzado una advertencia a los dos partidos mientras se encontraban en plenas negociaciones, insistiendo en que no contarían con el apoyo de la organización independentista si no llegaban a un acuerdo. También la CUP organizó un acto para exigir "responsabilidad" a JxCat y ERC. Tal como explicó el ARA, en la última semana los intentos para llegar a un acuerdo se habían intensificado de manera discreta. El pasado lunes, con un encuentro entre ERC, JxCat y la CUP y las entidades soberanistas, y el miércoles con una fotografía conjunta en el Parlament a instancia de los anticapitalistas. A pesar de que no hubo más reuniones formales, los contactos se mantuvieron entre JxCat y ERC y este fin de semana se había trabajado al límite para conseguir un consenso de mínimos. Las dos formaciones admitían la necesidad de evitar elecciones, unas elecciones la factura de las cuales habría podido superar los 30 millones de euros.

La CUP reclama que se respete el acuerdo subscrito con ERC

El diputado de la CUP Carles Riera ha exigido al partido de Oriol Junqueras que su acuerdo con los anticapitalistas quede "inalterado". En una entrevista en Radio 4 y La 2, ha admitido que le extrañaría que no hubiera muchas cosas con que la CUP no esté de acuerdo o que considere "insuficientes". Y es que, según ha añadido, su acuerdo con los republicanos es "muy de mínimos". En este sentido, ha recordado que el compromiso de ERC es que el acuerdo con la CUP quede "intacto" sea cual sea la investidura y la arquitectura del Govern, es decir, tanto si era en solitario o en coalición con JxCat. "Esperamos que sea así, si no mal", ha añadido Riera antes de recordar que tienen "más capacidad de condicionar" que en la pasada legislatura.

El dirigente de la CUP ha explicado que ha conocido el preacuerdo entre ERC y Junts a las 8 horas cuando se ha hecho público, a pesar de sacar pecho de que su formación ha jugado un papel importante en el entendimiento final convocando, por ejemplo, la cumbre del pasado miércoles. "En algo hemos ayudado", ha resaltado. Sea como sea, según ha podido saber el ARA, la formación anticapitalista convocó este domingo por la noche asambleas abiertas parlamentarias por esta semana de forma preventiva, pero todavía sin fecha, ante la falta de garantías de que Aragonès fuera investido. Unas asambleas que se podrían volver a activar si el acuerdo de gobierno entre las dos grandes fuerzas independentistas enmienda el pacto que CUP y ERC rubricaron después de las elecciones. Sobre el nuevo ejecutivo, Riera ya ha dejado claro que no son partidarios de que algunos consellers como Ramon Tremosa o Damià Calvet se mantengan en el ejecutivo. "Hay opciones mucho mejores. Para sacar adelante una agenda que gira a la izquierda, hace falta gente que no esté situada a la derecha", ha argumentado a pesar de que ha añadido que la CUP no quiere entrar en cual tiene que ser la estructura del ejecutivo.

Después de reclamar que el entendimiento entre ERC y Junts también incluya los cuatro puntos asumidos la semana pasada por los tres partidos independentistas, Riera ha dicho confía en que hayan aprendido la lección y que tengan la "responsabilidad" de cambiar relaciones y dinámicas internas. También ha insistido en que ahora no se dan las condiciones para que la CUP entre en el Govern puesto que, según ha dicho, se ha llegado a un acuerdo de mínimos "muy lejos" del programa electoral de los anticapitalistas. Pero ha añadido que la puerta queda abierta por si más adelante se dan las condiciones para formar parte del ejecutivo, a pesar de la demanda de Poble Lliure, uno de los dos grandes sectores de la organización, para que dé el paso ya. Esto podría pasar, según ha subrayado Riera, si el Govern cumple el acuerdo de mínimos, se compromete a defender los derechos sociales aunque suponga desobedecer al Tribunal Constitucional y saca adelante el embate democrático ante la inutilidad de la mesa del diálogo. "Si se trata de ir por aquí podemos asumir todas las responsabilidad sin límites. Ojalá haya un escenario de esta naturaleza y nos podamos plantear seriamente entrar en el Govern", ha añadido.

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