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La falsa paz impuesta por Feijóo en el PP de Barcelona no apaga el malestar

El PP estatal intenta blindar a Sirera mientras se le abre un nuevo frente por un fichaje suyo que podría ser expulsado

Daniel Sirera: "Las ocupaciones de la Bonanova Se han utilizado políticamente"
03/11/2025
4 min

BarcelonaLa guerra en el PP de Barcelona, ​​el principal conflicto de los populares catalanes, tiene novedades. Pese a las cruzadas de múltiples cuadros y militantes en contra del líder en la ciudad, Daniel Sirera, y "el sentimiento negativo generalizado" en contra de él en amplios sectores del partido -además del choque con la dirección provincial-, ha habido una orden de la dirección estatal de la calle Génova para imponer la paz de Sirera y aplacar cualquier disensión, según ha aplacado.

El secretario general del partido y persona muy cercana a Sirera, Miguel Tellado, ha pedido que se dejen atrás las críticas ante el alud de quejas, según varias fuentes consultadas. La directriz de la pax popular es "no meterse con él", "no criticar nada" y "no dar la opinión" si choca con la línea de Sirera, según múltiples fuentes. Por tanto, no poner trabas a su talante propio –los críticos ven que "no consulta nada"– ni tampoco comentar encuestas decepcionantes ni manifestar la indignación por los canales internos. Esto ha llegado a los distritos y en todo el partido para que se evite la contestación interna. Es decir, los movimientos en contra que iban "además", con dirigentes descontentos que lamentaban múltiples acciones de Sirera y que presionaban a la dirección estatal para que le destituyera –cuestionando la actuación "de cara a la galería sólo basada en vídeos", la imposición de su apellido en las siglas del PP– quedan parados con la entrega de carta blanca. Ahora bien, no sin malestar. Y eso ya se ha visto este viernes con el anuncio de constitución de una inédita junta local en la ciudad invirtiéndose el propio Sirera como "presidente" en un cargo que nunca había existido y que los estatutos no reconocen porque Barcelona funcionaba con distritos. Todo por "reforzar" su figura.

"Sirera se ha movido para detener cualquier crítica y para hacer todo lo que quiere, y Tellado no quiere ni que se dé la opinión; pues que haga lo que quiera", sintetiza un cuadro. Algunos hablan incluso de una especie de régimen "del terror". Otra voz popular comenta que ahora, "aunque la gente dice la opinión, hay miedo a contradecir una instrucción de Génova, que apoya a Sirera" con el temor a "cualquier controversia" en un partido que acepta que no cambiará "nada". Solo existe la esperanza de varios cuadros de que "Génova acabe viendo que un partido no se hace así": "incorporando personas a golpe de talonario" como el equipo de Sirera, muchos de los cuales vienen de fuera del PP. Otras fuentes relatan que en estos momentos "el partido funciona" con el cometido de "remar todos" en la misma dirección, intentando capear la delicada situación de Sirera, de la que son muy conscientes.

Pero la lista de agravios no deja de crecer, desde el último fichaje como consejero de Horta de un desconocido, Gerard Frías, hasta las bajas del grupo municipal, con dos fugas capitales como la también diputada Àngels Esteller y el flamante senador Juan Milián, ambos después de haber sufrido la guerra interna, según ha podido contrastar este diario. Ahora, sin embargo, ha entrado como concejal Antonio Verdera, popular pragmático de larga militancia que "no se complicará la vida", según fuentes consultadas. Pese a no tener el talante de Sirera y formar parte de la dirección provincial, ha hecho muestras de que se inhibirá de la pugna.

Un fichaje señalado

Ante toda esta situación, todavía aparece otro choque: "Sirera, como Alejandro Fernández [líder catalán], prioriza que entren personas que vienen de Se ha Acabado", que varios cuadros ven como "una extensión de Vox". Sirera fichó como número 19 para las elecciones municipales a su líder, Andrea Llopart, quien recientemente ha protagonizado duras críticas a Feijóo por su posicionamiento favorable al aborto. Sus tuits corrieron como la pólvora y múltiples voces piden que se le abra un expediente y se le expulse del partido, según supo el ARA. Sin embargo, también hay voces del partido que no quieren empezar este melón, que supondría enfrentarse con una asociación españolista. "Un católico no puede votar ese partido y punto", dijo Llopart en respuesta a Feijóo, en un tuit que después despublicó y un dirigente lo valora "positivamente", aunque dejó un rastro largo contra Feijóo.

Sí que mantuvo otro en el que decía que el PP utiliza "el discurso woke de la izquierda" y que "no se enteran de nada". También republicó –sin borrar– bastante tuits como de cura Juan Manuel Góngora, en el que se remachaba que "la candidatura del PP" es "inaceptable para el voto de fieles católicos". Llopart alega a este diario que es su "opinión personal" como "católica" y "militante", que "si el partido va hacia esta línea abortista" se marchará, pero que hasta ahora no lo es. El primer tuit lo borró cuando se hacía "viral" para evitar "hacer daño a la organización", pero piensa igual y lamenta los múltiples expedientes que dice que se le han ido abriendo porque "mucha gente" la quiere "fuera del partido" por sus "contactos y proyección"

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