Aragonès reta a Sánchez a poner "las urnas" si cree que el independentismo retrocede
Defiende que hay "mayorías" suficientes para la desjudicialización y garantiza que habrá concreciones antes del 2023
BarcelonaEl president de la Generalitat, Pere Aragonès, ha querido despedir este martes el curso político lanzando un reto a Pedro Sánchez: si de verdad cree que el independentismo va a la baja –como afirmó la semana pasada– pues que se atreva a "poner las urnas" para un referéndum para que Catalunya pueda decidir su futuro político. Él mismo ha hecho el spoiler, consciente que una votación de estas características está ahora mismo muy lejos: "Si no las ponen es que están seguros de que no ganarán". A pesar de este reproche, se ha mostrado seguro de que la mesa de diálogo funcionará y que antes de acabar el año dará nuevos resultados en términos de desjudicialización. "Se ha de concretar y se concretará".
La pregunta del millón, sin embargo, sigue sin respuesta: ¿cómo se tiene que concretar esta desjudicialización? Aragonès ha mantenido la incógnita, asegurando que no puede entrar en detalles porque la negociación, para que funcione, tiene que ser "discreta y constante". Sea como fuere, lo que ya nadie puede disimular es que la reforma de la sedición es una cuestión que los dos gobiernos negociarán. En este punto ha lanzado otra advertencia a Sánchez. Si el presidente español insistía ayer que no hay mayoría suficiente para emprender esta reforma, Aragonès ha negado la mayor: "Las mayorías se construyen si hay voluntad y nosotros estamos dispuestos a construirla".
Lo que sí que ha concretado el president es que no se conforma solo con la reforma de la sedición y quiere que la desjudicialización sea amplia y afecte a todos los niveles: a los presos ya indultados –pero todavía inhabilitados–, los exiliados, los cargos intermedios del gobierno represaliados por el 1-O, y en general todos los ciudadanos que tengan causas abiertas relacionadas con el Procés. "Nunca más tiene que entrar una persona en prisión debido a su compromiso político. Tampoco irse al exilio, ni ver cómo peligra su casa o su patrimonio, ni ser inhabilitado", ha dicho. Finalmente, ha hecho una confesión que permite medir el largo camino que queda por recorrer: "Estamos lejos de resolver el conflicto político", ha concluido.
Y en cuanto a conflictos, la Generalitat no solo los tiene de puertas afuera, sino que también los ve día a día en las relaciones entre los dos socios del ejecutivo, ERC y Junts. El último enfrentamiento lo han vivido a raíz de la suspensión de la presidenta del Parlament, Laura Borràs. Aragonès se ha mostrado convencido de que ninguna de estas turbulencias afectará a la estabilidad de su gabinete. Es más, que Junts no saldrá del Govern. "No preveo otra cosa. [...] Tenemos que dejar de lado las batallitas y yo tampoco entraré", ha dicho. De hecho, su grado de confianza es tan elevado que se ha mostrado convencido de poder gobernar hasta el 2025, es decir, de poder agotar la legislatura. Todo ello teniendo en cuenta que no solo existe un cierto riesgo que Junts se salga del Govern, sino que ahora mismo no tiene ni mayoría estable al Parlament por el distanciamiento de la CUP.
Presupuestos con CUP y comunes
A pesar de la distancia con la CUP, Aragonès ha vuelto a situar a los cupaires como socios prioritarios para aprobar los presupuestos y también ha sumado a los comuns a la ecuación. Para él, estos dos partidos son los únicos potenciales aliados y no contempla al PSC, a pesar de que los socialistas se le han ofrecido más de una vez. No ha dado ningún detalle de los números que presentará, más allá de asegurar que serán unas cuentas de "choque" para hacer frente a la inflación. Sí que ha advertido que el escenario macroeconómico será complejo, a pesar de que ha evitado hablar de recesión: "Habrá una alta complejidad, pero no entraré en adjetivarla".
El president no ha seguido los pasos de Sánchez y ha comparecido con corbata en la rueda de prensa. El detalle no ha pasado desapercibido y Aragonès ha optado por la ironía: "Si alguien ha de pasar calor en esta sala seré yo". Más allá de la broma, ha dicho que la recomendación de Sánchez de no llevar corbata es más "pedagógica y visual que real". También ha dicho que no planteará una "guerra competencial" con las medidas que ha planteado el gobierno español para conseguir un ahorro energético. "Ya tenemos suficientes problemas", ha sostenido.