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El conflicto entre Israel y Palestina también divide a ERC y JxCat

La resolución del Parlamento para denunciar el apartheid en los territorios ocupados fue secundada por los republicanos y rehusada por Junts

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Un manifestante ondea una bandera palestina encima del muro construido por Israel en una protesta en contra del bloqueo israelí en Gaza a la frontera marítima de Palestina con Israel.

BarcelonaLa ampliación (quiebra) del aeropuerto del Prat, el proyecto de Barcelona World, la mesa de diálogo, el Consejo por la República o el futuro de la presidenta del Parlament, Laura Borràs, por el caso de corrupción que la asedia son algunas de las cuestiones que han dividido al gobierno de ERC y Junts en el primer año de legislatura. Esta misma semana dos episodios más han puesto de relieve que las disensiones entre los dos socios de gobierno son crónicas. El primero se produjo con el anuncio del Gobierno español de reactivar el Cuarto Cinturón, una infraestructura que los republicanos rechazan y Junts valida. Y la segunda desavenencia llegó el jueves cuando ERC, junto con la CUP y los comunes, presentaron una propuesta de resolución al Parlament "tomando en consideración" los informes de Amnistía Internacional y Human Rights Watch, en la que denuncian que el sistema que aplica Israel a los "territorios ocupados" es contrario al derecho internacional y equivale al crimen de apartheid. La iniciativa también contó con el apoyo del PSC, pero no de Junts.

El diputado de esta formación, Joaquim Jubert, justificó la negativa de su partido a la propuesta de resolución porque "el impacto de este posicionamiento por parte del Parlament sería casi cero y no afectaría a las políticas del gobierno democráticamente escogido en Israel". Aun así, aseguró que el perjuicio que tendría para las relaciones entre Catalunya e Israel sería "incalculable". "Lamentamos que nuestro socio de Govern apoye y ponga por delante su interés particular al del país", recriminó Jubert. Justo después de la aprobación de la proposición, Josep Lluís Alay, jefe de la oficina del expresidente Carles Puigdemont, no se mordió la lengua a la hora de sentenciar el coste que supondrá para Catalunya la condena a Israel. "Nos costará años poner remedio a la quebradiza que ha provocado hoy el Parlament", escribió en Twitter.

La consellera de Acción Exterior de la Generalitat, Victòria Alsina, también entró en el debate el viernes avisando de que la proposición aprobada en el Parlament puede "estropear" las relaciones con Israel. La portavoz adjunta de ERC, Meritxell Serret, en cambio, opinó que el trato de Israel a la población palestina dista de ser una apuesta por una resolución democrática a un conflicto político y que es una actitud que alimenta el enquistamiento de la lucha entre los dos pueblos. "No es una respuesta que respete los derechos humanos y el posicionamiento de las autoridades israelíes alimenta el radicalismo", añadió la exconsellera republicana.

Lectura contrapuesta entre palestinos y judíos catalanes

La iniciativa fue promovida por la coalición Basta de complicidad con Israel, que la registró y acordó con ERC, la CUP y los comunes el 21 de marzo coincidiendo con el Día Internacional por la Erradicación del Racismo. "Se ha demorado por los trámites parlamentarios y por las enmiendas que presentó el PSC", expone Alys Samson, portavoz de la plataforma. El activista propalestina no esconde su satisfacción por la aprobación del texto. "Es un hecho histórico porque pide que se revisen todos los acuerdos con Israel y que no se contribuya al apartheid para acabar con la impunidad de Israel", subraya Samson, que es nieta de un judío alemán represaliado.

La comunidad palestina de Catalunya también valora "muy positivamente" la propuesta aprobada en el Parlament. "Amnistía Internacional solo ha acusado a Suráfrica, Birmania e Israel de practicar el apartheid. Ha pasado en muy pocas ocasiones y, por lo tanto, es un buen punto de partida para empezar a hacer justicia en Palestina", remarca Marc Jamal, miembro de la entidad. Desde la comunidad palestina reclaman que ahora se pase de las palabras a los hechos para sancionar y aislar a Israel. "Emplazamos a las instituciones catalanas a dejar de colaborar con este país; que lo deje de considerar como estratégico y no invierta en él", señala Jamal, que lamenta que "la Generalitat, a través del plan ACCIÓ de la Agencia por la Competitividad de la Empresa, mantenga un trato de privilegio".

La comunidad judía de Catalunya, por el contrario, está en pie de guerra. La embajadora israelí en España, Rodica Radian-Gordon, se mostró muy crítica con la propuesta de resolución. "Condeno enérgicamente la vergonzosa resolución aprobada por la comisión de Acción Exterior", opinó el viernes en un tuit en Twitter, después de atribuirlo a "la obsesión antisraelí de quienes lo han promovido y aprobado".  

En la misma línea se expresa la presidenta de la Comunidad Judía Atid de Catalunya, Sílvia Leida. "Es una aberración que disfraza de antisionismo el antisemitismo", espeta la máxima responsable de la entidad, que considera que con resoluciones como las del Parlament "se está banalizando el apartheid". Si bien apoya a la creación de dos estados, Leida deja claro que el Gobierno israelí no puede buscar una salida dialogada en el conflicto mientras Hamàs controle Gaza, uno de los dos territorios ocupados. "No podemos negociar con terroristas", concluye, mientras profundiza en las divergencias entre palestinos a la hora de encarar la resolución del conflicto.

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