El Cuarto Cinturón, la penúltima infraestructura que divide al Govern

ERC y Junts discrepan sobre el futuro de la obra y el PSOE y los 'comuns' también

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Imagen de la última reunión del consejo ejecutivo este martes.

BarcelonaProbablemente, no generará el mismo revuelo que la ampliación fallida del aeropuerto del Prat, pero desde hace pocos días hay una nueva inversión en infraestructuras en Catalunya que vuelve a tensar las relaciones Generalitat-Estado y que, a pesar de pasar más desapercibida, también divide a los dos socios de Govern en Catalunya, ERC y JxCat. Se trata del conocido como Cuarto Cinturón, una vía del Vallès que lleva años aparcada y que, ahora que vuelve a primera línea, ha hecho saltar las chispas entre los partidos implicados.

El último episodio se ha vivido este miércoles en el Parlament, donde ERC ha presentado una iniciativa que exige al ministerio de Transición Ecológica "la parada definitiva" de este proyecto. Los republicanos presentan una serie de alternativas que pasan por fomentar el transporte público en detrimento de construir nuevas carreteras: una línea orbital que conecte el Vallès con el Penedès y el Maresme, mejorar la correspondencia entre las líneas actuales e incluso "estudiar la propuesta" de un nuevo "tren tranvía" entre Terrassa y Sabadell.

Esta propuesta no coincide con los planteamientos del ministerio, pero tampoco con los de la conselleria de Territorio de la Generalitat, que pilota Junts. Ni el ministerio ni Territorio defienden ya el proyecto de Cuarto Cinturón original, una vía rápida que tenía que unir Abrera con Granollers pasando por Terrassa y Sabadell, y que generaba controversia por su impacto ambiental. En cambio, sí que proponen una "ronda urbana" que cubra el tramo entre Terrassa y Sabadell y que conecte también con Castellar del Vallès. Un proyecto al cual ERC se opone.

De hecho, la propuesta de esta ronda urbana la anunció el viernes la ministra Raquel Sánchez en su visita a Catalunya, pero quedó en un segundo plan por el plantón que le hizo el Govern al ausentarse del acto para protestar contra el déficit inversor del Estado en Catalunya. Lo que el plantón tapó aquel día, hoy ya no se puede esconder. El disenso respecto al Cuarto Cinturón no es solo entre Generalitat y Estado, sino también entre socios en Catalunya.

La discrepancia

Este miércoles, la portavoz adjunta de los republicanos en el Parlament, Meritxell Serret, se ha mostrado taxativamente en contra del proyecto: "No se puede partir el territorio haciendo autopistas paralelas". En cambio, desde la conselleria de Territorio defienden que la propuesta de ronda urbana está incluida en el Plan de Movilidad del Vallès y que, por lo tanto, lo que hacen es aplicarla porque entienden que genera consenso. "Sale del pacto, no es una propuesta que nos saquemos de la manga", sostienen fuentes del departamento consultadas por el ARA. Las mismas fuentes aseguran que ya se había empezado a negociar con el Estado: la "música" inicial era buena, a pesar de que no les satisfacen las garantías sobre "cómo y cuándo" se pagarán las obras. Aseguran, también, que una de las virtudes del proyecto es que el dinero lo pondría el Estado, pero el estudio del trazado, el proyecto de ejecución y las obras las decidiría la Generalitat.

ERC y Junts, por ahora, evitan hacer la guerra en público. Ni Serret ha criticado abiertamente a los socios ni lo hizo el lunes el secretario general de Junts, Jordi Turull, que prefirió cargar contra el ministerio y su "provocación" de venir a hacer actos en Catalunya a pesar de la crisis de las inversiones. El disenso, sin embargo, existe.

La rendija también está en Madrid

En este proyecto de ronda urbana, el ministerio cuenta con dos apoyos importantes, el del alcalde de Terrassa, Jordi Ballart (TxT), y el de la alcaldesa de Sabadell, Marta Farrés (PSC), que consideraron una "falta de respeto" el plantón de la Generalitat. Aun así, la cohesión que puede exhibir el PSOE tampoco es completa. Los comuns, que participan en el gobierno español a través de Unidas Podemos, también se oponen al Cuarto Cinturón asegurando que lo que necesita la gente es "más Cercanías" y no más asfalto. Todo ello recuerda al tema del aeropuerto, donde el conflicto no solo fue entre Estado y Generalitat, sino también entre los socios de cada ejecutivo. Aquella inversión acabó paralizada.

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