La gran noche de los presupuestos aprobados

El 'conseller' Jaume Giró declina la invitación porque el rey todavía no ha pedido perdón por su discurso del 3 de Octubre

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El rey Felip VI saluda al presidente de Foment del Treball , Josep Sánchez Llibre, en el acto de celebración del 250è aniversario de la patronal

En el MNAC se entregan los premios de Foment del Treball, que cumple 250 años, y la Sala Oval se llena de empresarios y capitostes de toda condición. Cuesta llegar, muchas barreras, filtros, órdenes contradictorias y, como siempre, palos en las ruedas de la prensa. Hay una ausencia importante. El conseller del gremio, Jaume Giró, ha declinado la invitación porque el rey todavía no ha pedido perdón por su discurso del 3 de Octubre. Caray, el que fue director general de la Fundació La Caixa posicionándose tan claramente contra la monarquía. Sí están Pere Aragonès y Ada Colau –también el conseller Torrent–, que, a pesar de no participar en el besamanos, se sientan en la mesa con el monarca. Que la convocatoria sea de Foment y no de la casa real es la justificación de ERC para su asistencia. Los pactos presentes en el sistema político del país -singularmente los presupuestos españoles, catalanes y barceloneses– obligan a los equilibrios, desaires a medias y tragadas de sapos, también a medias.

Hacen los honores la ministra Sánchez y el ministro Escrivá, que acompañan a Teresa Cunillera y Josep Sánchez Llibre en la recepción oficial. Salvador Illa, Núria Marín y Ximo Puig están también al frente. Isidre Fainé –homenajeado con la medalla de honor conmemorativa del 250 aniversario– tiene un lugar de no menos honor en la foto oficial, entre Sánchez Llibre y el rey.

Majestad, rey de España o jefe del Estado

Interviene Colau, que empieza diciendo “majestad”, presume de presupuestos aprobados y lanza un piropo a Yolanda Díaz a cuenta del diálogo que siempre predica. Raquel Sánchez, a su vez, loa sin reservas la mesa de diálogo y redunda también en la gran noticia de tener presupuestos con el apoyo de “treinta y seis de cuarenta y ocho” diputados catalanes en el Congreso. Tampoco se ahorra entusiasmo Pere Aragonès, que empieza diciendo “rey de España, jefe del Estado ”, menciona –sin énfasis desproporcionados– el derecho de autodeterminación y lamenta los palos a la lengua catalana. Isidre Fainé recoge la medalla, muestra agradecimiento a Samaranch, se refiere a La Caixa como “la primera caja de ahorros del mundo libre” y menciona el lema apócrifo que siempre ha guiado a los trabajadores de la empresa: “El trabajo en la cabeza y la gente en el corazón”. Se refiere a la Fundació La Caixa, claro, un puntal del país, pero quizás alguien le podría sugerir que visite una oficina: se sorprenderá de las dificultades de “la gente” para tener atención presencial y esmerada. El rey, como hace cuando viene a Catalunya, alterna catalán y castellano en el discurso y no hace ninguna mención, ni evidente ni velada, al diálogo. Todas las referencias son a los empresarios y al trabajo. La gran noche de los presupuestos aprobados no merecía menos.

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