La grieta de Esquerra: el libro sobre la ruptura Junqueras-Rovira
Los periodistas Adrià Santasusagna y Bernat Vilaró presentan 'La grieta republicana', que narra el estropicio que ha sufrido ERC
BarcelonaTras el 1-O, el independentismo entró en una fase de desorientación y revisión estratégica. También Izquierda. La represión golpeó a la formación, que se vio obligada a reubicar las piezas internas ya dibujar una nueva estrategia política: los republicanos fueron los primeros en abrir el diálogo con el Estado. Sin embargo, en medio de este proceso las desconfianzas y pugnas internas fueron creciendo hasta el punto de acabar con el tándem que había pilotado el partido durante más de diez años, Oriol Junqueras y Marta Rovira. Todo ello estalló tras el batacazo de las elecciones del 12-M. Los periodistas Adrià Santasusagna y Bernat Vilaró hacen un repaso de la evolución y el estropicio que ha sufrido el partido durante la última década en el libro La grieta republicana (La Campana), que se ha presentado este jueves en la librería Ona de Barcelona. "El partido se reestructura para sobrevivir a la represión, pero al mismo tiempo es un problema", apuntó Vilaró.
El libro arranca tras el 1-O, cuando Oriol Junqueras fue encarcelado y, pocos meses después, Marta Rovira se marchó al exilio. Una nueva generación, con Pere Aragonès y Marta Vilalta al frente de la sala de máquinas de la sede de la calle Calàbria, asumió el control del partido durante toda la etapa de la represión y pilotó el inicio de la negociación con el gobierno español. Según explican los dos autores, sin embargo, fue Marta Rovira el artífice del proceso de mediación internacional con epicentro en Suiza, en los que al inicio se implicaron también Junts y la CUP. A lo largo de toda esta etapa, los autores narran detalles como que la actual vicepresidenta española y ministra de Hacienda, María Jesús Montero, ya puso sobre la mesa de los republicanos en el 2018 perdonar parte de la deuda del fondo de liquidez autonómico (FLA), y también cómo se posicionaron los principales dirigentes del partido en el debate de si 2019: Oriol Junqueras y Pere Aragonès estaban a favor, mientras que Marta Rovira se oponía. Esquerra les acabó rechazando y Sánchez adelantó las elecciones españolas.
Del proceso de mediación y la mesa de diálogo con el gobierno español surgió los indultos, una medida que sacudió al partido y de la que el gobierno español había diseñado el calendario en una hoja DIN-A3 que Félix Bolaños llevó bajo el brazo en una de las reuniones. Los autores también narran la llegada de Pere Aragonès al Palau de la Generalitat y la campaña que diseñó Sergi Sabrià –que pasaba por dos ideas: que Oriol Junqueras pudiera dar mítines y que la entonces consejera de Salud, Alba Vergés, relajara las restricciones de la pandemia– y un episodio del expresidente de la Generalitat un lobi vinculado al Kremlin. Un contacto que Aragonés ignoró. El expresidente había sido muy crítico con la presunta trama rusa que investigaba la justicia.
La guerra interna y los carteles
La guerra interna es también una parte central del libro. "El entorno [de un dirigente] lo suele estropear", ha afirmado Santasusagna. Desde que Oriol Junqueras salió de prisión los recelos fueron creciendo entre el entorno de Pere Aragonès y Marta Rovira con el del actual presidente del partido. Los autores relatan que ya durante la investidura del expresidente de la Generalitat se inició ese distanciamiento. El enfriamiento –y posterior ruptura– entre Junqueras y Rovira empezó a ser palpable, explican, cuando Rovira comunica a Junqueras su intención de plegar, antes de las elecciones municipales del 2023.
La guerra se agrava con el caso de los carteles contra los Maragall, destapado por el AR. Sobre este caso, el libro explica que Junqueras fue informado de que este escándalo surgía de dentro del partido y que los informes que elaboró el entonces responsable de cumplimiento, Xavier Mombiela, señalaban al ex director de comunicación del partido, Tolo Moya, como el responsable. El ARA también constató que también estaban implicados en este escándalo el exvicesecretario de Comunicación del Govern Sergi Sabrià, el exvicesecretario de comunicación de los republicanos Marc Colomer y el militante de Anoia que encargó los carteles. Este diario también comprobó que la estructura B tenía un sistema de facturas que pagaba una empresa externa y que no era necesario justificar.