Juan Carlos: "¿Explicaciones de qué?"

La víspera del encuentro con Felipe VI en la Zarzuela, el emérito se toma a broma la idea de que tenga que explicarse

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Joan Carles I, antes de participar en la tercera jornada de regata a Sanxenxo

SanxenxoEn su último día en Sanxenxo, el rey emérito ha parecido jugar al juego de los disparates con la prensa, que en cada ocasión que ha podido le ha preguntado qué le dirá el lunes a su hijo, el rey Felipe VI, y si pensaba darle algún tipo de explicación. Las respuestas a medias, pícaras, se han acabado por la tarde, cuando al volver a casa de su amigo Pedro Campos, ante la insistencia sobre si daría explicaciones, ha soltado un "¿Explicaciones de qué?" y a continuación unas cuantas risas. Como si todo fuera, en efecto, una broma. Una reacción, la del ex rey, que ha causado indignación inmediata en las redes sociales después de que La Sexta emitiera las imágenes.

"‚Explicaciones?"

El show ya había empezado a primera hora:

"¿Tiene ganas de ver a Felipe VI y a su familia en la Zarzuela?"

"Pregúntalo, pregúntalo tú. Yo estoy aquí en Sanxenxo", respondía.

Indescifrable, Juan Carlos I vacilaba así sobre la comida privada que este lunes mantendrá con su hijo en la Zarzuela, donde tiene vetado pasar la noche. El tono y la gesticulación llevaban a pensar que el emérito cree que quien tendría que contestar la pregunta es Felipe VI, pero la respuesta un poco incoherente y sus problemas de oído dificultaban la interpretación. Y si en un primer momento no había expresado un deseo explícito de reunirse con su sucesor a la Corona, después de recibir el premio de ganador de la regata que se celebraba en Sanxenxo, los periodistas se lo han vuelto a plantear:

"¿Qué espera de la visita de mañana?"

"Muchos abrazos y ver a la familia".

Juan Carlos I evita responder si tiene ganas de ver a Felipe VI.

Desde que marchó, hace casi dos años, se ha visto con sus hijas y nietos, pero con el rey solo habló por teléfono hace unos días, coincidiendo precisamente con una visita del monarca a los Emiratos Árabes Unidos. La tensión rodea, pues, un encuentro que la Casa del Rey ha circunscrito al ámbito privado: la agenda oficial del monarca está vacía este lunes. Según el comunicado que el miércoles publicó la Zarzuela, asistirán Felipe VI, la reina Sofia –que ha tenido que volver antes de tiempo de un viaje a Miami– y "otros miembros de su familia". No se menciona a la reina Letizia ni tampoco la infanta Sofía –su hermana, Leonor, está estudiando en Cardiff (Gales)–. Fuentes de la Casa del Rey no quieren concretar quién asistirá ni adelantar qué mensaje quiere trasladar Felipe VI a su padre, y remiten a la información que se dará una vez se haya producido el encuentro.

Después de tres días persiguiendo una declaración del emérito que saliera del "muy bien" y el "muchas gracias", con continuas evasivas del exmonarca cuando se le preguntaba por si daría explicaciones sobre su fortuna en el extranjero, este domingo ha decidido pararse de pie ante los periodistas y responder a sus preguntas. Justamente, este domingo El País ha publicado que, según fuentes del gobierno español, la Casa del Rey considera que Juan Carlos está "fuera de control" y que esto puede hacer daño a la institución.

Una vez la Fiscalía acreditó las irregularidades del emérito por no poderse querellar, comunicó a su hijo que fijaba su residencia en Abu Dabi y que quería vivir con la "máxima privacidad posible". La discreción, en cambio, es lo último que se ha vivido en Sanxenxo este fin de semana largo de ocio y disfrute del exmonarca con sus compañeros de tripulación. En cambio, que el sábado por la tarde fuera a ver jugar a balonmano a su nieto Pablo Urdangarin en Pontevedra está más de acuerdo con el que expresaba a la carta del 5 de marzo. Al final del partido, un miembro de seguridad del rey emérito se acercó al jugador y lo instó a saludar su abuelo, y así lo hizo.

Evitar el desprestigio

El regreso de Juan Carlos I ampliamente retransmitido por las televisiones españolas ha incomodado todavía más la Moncloa, que afana en gestionar la relación entre Felip VI y su padre con el objetivo de evitar el desprestigio de la monarquía. La exigencia de que el emérito no pernocte en la Zarzuela –en el escrito del 5 de marzo quedaba claro que dormiría en residencias privadas siempre que viajara a España– ha provocado una logística extraña, en la cual la visita a su hijo será la última cosa que Juan Carlos haga antes de volver a Abu Dabi.

El gobierno español, además, continúa expresando, sin éxito, que el emérito tendría que dar explicaciones sobre su periplo judicial. "Soy consciente de la trascendencia pública de los acontecimientos pasados de mi vida privada, que lamento sinceramente", dijo cuando comunicó a Felipe VI que se quedaba en Abu Dabi. No hubo disculpas, como tampoco estos días en Sanxenxo. Mientras tanto, el líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, hace equilibrios. Desde Pontevedra, este domingo ha dicho que el emérito tiene el "derecho y la libertad" para visitar España cuando quiera. Ahora bien, no ha ido a verlo ni tampoco lo ha hecho nadie de la Xunta de Galicia.

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