Después del 23-J

Junts (o Coalición Canaria), imprescindible para que el PSOE retenga la presidencia del Congreso

Los bloques de derecha e izquierda están empatados a cuatro representantes y será fundamental quien consiga la presidencia

El Congreso de los Diputados en una sesión de marzo.
01/08/2023
4 min

MadridDurante las próximas dos semanas, en el Congreso solo podrán verse desfilar los diputados elegidos el 23-J para recoger sus credenciales. No será hasta el 17 de agosto cuando empezará la actividad en la cámara baja. Es el día en que deben constituirse las Cortes y elegir uno de los órganos clave de la legislatura: la mesa del Congreso. El bloque que obtenga la mayoría tendrá el control de la gestión de las leyes que entren en la cámara. Por ahora no se ha iniciado ninguna negociación formal entre los grupos, pero sí empiezan a haber conversaciones discretas. Que el bloque de la izquierda o la derecha tengan mayoría en la mesa del Congreso puede marcar la acción legislativa del gobierno que acabe conformándose. Y aquí también podría ser muy relevante el papel de JxCat. Sobre el papel debería haber un empate a 4 representantes entre PP y PSOE (que podrían ceder algún puesto a sus respectivos socios), pero el control del órgano lo conseguirá quien se apodere de la presidencia.

Hay dos partidos que pueden ser clave para deshacer esta incógnita: por un lado Junts y por otro Coalición Canaria( CC). Si el partido de Carles Puigdemont opta por la abstención, el escaño de la formación canaria puede decantar la balanza. Suponiendo que el bloque de izquierdas lo conforman PSOE, Sumar, ERC, EH Bildu, PNV y BNG, juntos suman 171 diputados, los mismos que PP, Vox y UPN. Por tanto, CC podría decidir si la presidencia es socialista o popular y también qué bloque acaba teniendo el control de la mesa. Coalición Canaria gobierna con el PP en su autonomía y ésta sería probablemente su posición natural, pero sus representantes están insistiendo en los últimos días que están abiertos a negociar tanto con populares como con socialistas.

La mesa es el órgano que dirige la actividad de la cámara. Decide sobre la admisión a trámite de las leyes, mociones o cualquier otra iniciativa que propongan los grupos parlamentarios, pero también autoriza la creación de comisiones de investigación o subcomisiones, además de gestionar el presupuesto de la cámara y decidir el calendario de los plenos y comisiones. La mesa tiene en sus manos, por ejemplo, tumbar iniciativas legislativas que considere que no se ajustan al reglamento o a la Constitución –como ha ocurrido en el caso de textos relacionados con la monarquía–, así como acelerar o ralentizar la tramitación de las leyes. Esta última cuestión es una de las claves por la que los grupos quieren tener el control de la mesa. El órgano es el competente a la hora de decidir si se alarga o no el período de enmiendas a las leyes. Si la mayoría de la mesa así lo decide, cada semana se puede prorrogar este plazo de forma indefinida, y dilatar, así, la tramitación de una normativa hasta dejarla en punto muerto.

Ésta es una de las cuestiones por las que tanto el PSOE como el PP se han lanzado críticas mutuamente. Los socialistas lo hicieron durante el período en el cual Ana Pastor fue presidenta del Congreso y el gobierno español lo capitaneaba Pedro Sánchez tras la moción de censura a Mariano Rajoy. Ahora bien, los populares también se han quejado de que durante esta legislatura han quedado leyes paralizadas. Por eso, ambos grupos quieren la mayoría en el órgano, para controlar los tempos de las leyes. Si finalmente Pedro Sánchez vuelve a liderar el gobierno de coalición, para los populares sería aún más relevante tenerlo, porque el Congreso ejercería de contrapoder al ejecutivo y en el PP consideran que se podría contrarrestar la manera de gobernar a golpe de real decreto .

La elección de los miembros de la mesa

La mesa del Congreso está formada por nueve miembros: la presidencia, cuatro vicepresidencias y cuatro secretarías. En esta última legislatura, el PSOE tenía tres miembros (uno de ellos era la presidenta de la cámara baja, Meritxell Batet), Unidas Podemos tres más, el PP dos (entre ellas una vicepresidencia) y Vox, uno. El presidente se elige en una votación en la que los diputados escriben un nombre en un papel. Es elegido en primera vuelta el que obtiene mayoría absoluta. Si no lo consigue, se vuelve a realizar una votación entre los dos candidatos que han conseguido más apoyos y, en este caso, es elegido quien obtenga más votos. En el caso de los vicepresidentes, las votaciones se realizan de forma simultánea y salen elegidos los cuatro con más votos. Lo mismo ocurre con los secretarios. Normalmente, ya existe un acuerdo previo entre los grupos para elegir a los ocho candidatos.

Históricamente, la presidencia de la mesa había recaído sobre el partido que también presidía el gobierno español. A lo largo de la historia de la democracia, sólo hay una excepción: en el 2016. Mariano Rajoy ganó las elecciones de diciembre del 2015, pero la falta de apoyos para ser investido llevó a una repetición electoral en junio del 2016. En medio, sin embargo, el PSOE se alió con Ciudadanos para hacer presidente del Congreso a Patxi López. En el escenario actual, el PP utiliza el argumento de haber ganado las elecciones para también exigir la presidencia de la cámara baja.

Tener grupo propio

Por ahora, las conversaciones entre los grupos están en una fase muy inicial, pero internamente todo el mundo empieza a posicionarse. Los populares presionan para construir una mayoría alternativa a la del bloque de izquierdas, mientras el PSOE se abre a hablar con ERC y Junts para que tengan grupo propio pese a no reunir todas las condiciones que establece el reglamento. El objetivo, apuntalar una mayoría suficiente para que el PP no tenga el control de la mesa.

¿Cuáles son los beneficios de tener grupo propio en el Congreso? De entrada, no tener que compartir las intervenciones con otros partidos, tener representación asegurada en todas las comisiones y también en la junta de portavoces. En el ámbito económico, además, el Congreso también establece una subvención fija de 30.346,72 euros mensuales –la cifra es la aprobada por la mesa en la legislatura que acaba de terminar– y también otra prestación variable en función del número de diputados que tiene el grupo y que es de 1.746,16 euros al mes.

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