ERC y JxCat se enredan en el último tramo de la negociación
Junts ve el acuerdo inminente y ERC replica que hay los escollos "desde el primer día"
BarcelonaEsta semana empezó con Esquerra anunciando un "punto de inflexión" en las negociaciones con Junts per Catalunya –que Elsa Artadi negó– y acaba, cuatro días después, al revés: con un mensaje de optimismo por parte de Jordi Sànchez (JxCat) sobre un acuerdo inminente de legislatura y con Esquerra molesta y asegurando que hay los mismos "escollos" que al principio de las conversaciones. Una muestra de percepciones diferentes y de intentos de ganar el relato público que marca el tramo final de las conversaciones entre Esquerra y Junts, inmersos en una guerra de nervios antes de cerrar el pacto definitivo.
Este viernes, Jordi Sànchez ha ofrecido una rueda de prensa en la sede del partido para asegurar que "en los próximos días" habrá un pacto, a pesar de que ha admitido que todavía no están cerradas las carpetas clave de la negociación: no hay acuerdo en la unidad estratégica en Madrid, ni sobre dónde ubicar la dirección estratégica del Procés ni tampoco en la estructura del Govern. "Las conversaciones avanzan satisfactoriamente, tenemos un marco muy avanzado; pienso que en los próximos días puede haber un acuerdo", ha insistido Sànchez, que disfrutaba de unas horas de permiso penitenciario.
Muy diferente ha sido la versión de Esquerra, que interpreta que JxCat ha ido de farol. La reacción de los republicanos ante las declaraciones de Sànchez ha sido la de reclamar un acuerdo "en horas" y exigir un encuentro entre el secretario general de JxCat y el vicepresidente, Pere Aragonès, este mismo viernes que no se ha producido. Fuentes republicanas han expuesto su malestar por la ausencia de esta reunión al más alto nivel. Por la mañana la portavoz de los republicanos, Marta Vilalta, ha considerado que las conversaciones se han "enfriado" y ha apuntado que "una parte de Junts" puede estar intentando forzar la repetición de elecciones. En este sentido, ha advertido que ERC podría buscar una alternativa para investir a Aragonès con los comunes y la CUP, a pesar de que sin la abstención de JxCat la investidura de Pere Aragonès no saldría adelante. Aragonès ha convocado de urgencia a los medios este sábado por la mañana para mover pieza.
Según Sànchez, si todavía no se ha cerrado un acuerdo es por una cuestión de "confianzas", puesto que las cosas que quedan por resolver se pueden superar con "voluntad política". ¿Cuáles son estos desacuerdos? El alcance de la coordinación entre los partidos independentistas (hasta qué punto ha haber unidad en el Congreso de los Diputados), dónde ubicar este espacio de debate –si en el Consell per la República o fuera– y la estructura del Govern.
"Que nadie quiera hacer creer que queremos imponer lo que se tiene que hacer en Madrid –ha expresado–, pero creemos imprescindible una coordinación". La clave es qué alcance le dan: mientras que Junts quiere que se pacte todo lo que tiene que ver con el autogobierno (desde los presupuestos del Estado hasta una ley de ámbito que afecte a las competencias), Esquerra quiere autonomía como formación en las cuestiones sectoriales y del día a día de gobierno.
La hoja de ruta que no llega
La otra cuestión espinosa es la estrategia del Procés, más allá de la mesa del diálogo, y en qué foro común se tiene que decidir. El secretario general de Junts ha mantenido que el lugar para discutirlo "tiene que acabar" siendo dentro del Consell per la República (CxR). Junts no exigirá que la reforma del CxR para meter esta dirección estratégica (con ERC, JxCat y la CUP y también la ANC y Òmnium) se materialice antes de la investidura, pero sí que reclama dejar por escrito ahora que esta será la fórmula escogida. Los republicanos, sin embargo, mantienen sus recelos con el Consell: Vilalta ha defendido un espacio "más neutral" y que, "en todo caso, se coordine con el Consell como herramienta útil para internacionalizar el Procés".
"De la misma manera que nosotros aceptamos el diálogo, Esquerra tiene que aceptar que desde el primer día trabajamos para construir la solución ante el posible fracaso de la mesa de negociación con el gobierno español. Tiene que aceptar también la confrontación inteligente", ha reclamado Sànchez, a pesar de que no ha dicho cuál tiene que ser la alternativa para ellos. Ha descartado así cerrar el acuerdo de gobierno antes de resolver estas cuestiones –una propuesta que había hecho Esquerra–. "No hay ningún motivo para dejar ningún elemento estratégico al margen. Ni el Consell, ni qué haremos después si fracasa el diálogo ni la coordinación en Madrid. Tenemos que ser capaces de abordarlo en su conjunto", se ha reafirmado.
Estructura del Govern
En cuanto a la estructura del Govern, los dos partidos están de acuerdo que no será un escollo para llegar a un pacto, pero lo cierto es que todavía no han entrado en el fondo y mantienen las discrepancias. Sànchez ha hecho una propuesta: "Estaríamos en disposición de firmar un acuerdo de diseño del Govern como el del 2018. Cogemos el típex y allá donde ponía Junts ponemos Esquerra y al revés". "Lo podríamos cerrar en horas", ha dicho. De hecho, este es el punto de partida de Junts en esta negociación, y que los republicanos no compran. En la anterior legislatura, Esquerra aglutinó el 80% del presupuesto con las consejerías más sociales y no están dispuestos a ceder ahora todas estas áreas a Junts.
Aragonés ha hecho una propuesta de nuevo Govern: ha planteado sumar una nueva consejería y hacer hasta catorce, además de unir Exteriores y Acción Climática –como avanzó el ARA – y hacer de Presidencia una consejería con múltiples poderes dotándola de las Políticas Digitales. Junts ya ha enmendado este planteamiento y, entre otras cosas, ha pedido a ERC mantener las trece consejerías actuales y unir Interior y Justicia –cómo también explicó este diario–. Los republicanos han dejado este viernes sobre la mesa de Junts su última propuesta.
Consulta a la militancia y escenario del desacuerdo
Además de cerrar las carpetas de negociación, antes de la investidura todavía quedará un trámite: la consulta a la militancia de Junts, que sería "binaria". A pesar de que Esquerra ve este gesto como "un riesgo" más que puede hacer descarrilar la negociación, Sànchez ha considerado que no será muy diferente del criterio de la dirección del partido. En todo caso, ha avisado que si no hubiera acuerdo, la militancia también se tendría que pronunciar sobre qué hay que hacer. Ha asegurado que "mantiene la palabra" de evitar unas nuevas elecciones –ha dicho que "no especulará" con este escenario– y que Aragonés tiene las condiciones sobre esto, sin dar más detalles por ahora.