La maniobra de Vox que martiriza a Feijóo

La extrema derecha exige al líder del PP que reniegue de las políticas de la UE si quiere su apoyo a las cuentas autonómicas

Alberto Núñez Feijóo en el Congreso con Santiago Abascal en segundo plano.
20/02/2025
3 min
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BarcelonaEl presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo, considera prioritario que sus gobiernos autonómicos que dependen de Vox puedan aprobar los presupuestos, ya que éste es justamente el argumento que utiliza Pedro Sánchez para sacar hierro a que él tampoco pueda sacar adelante los suyos. Con ese objetivo, PP y Vox mantienen conversaciones en los territorios afectados pero también al más alto nivel, ya que al final quien debe dar luz verde a la operación es Santiago Abascal. La extrema derecha española ha visto una oportunidad para avanzar en lo que es uno de sus objetivos prioritarios, compartido con sus homólogos europeos, que es romper la histórica alianza entre populares, socialdemócratas y liberales que históricamente ha gobernado la Comisión Europea. El 9 de febrero, el propio Abascal reclamó al PP que debía "romper con el PSOE en Bruselas de forma explícita" si quería apoyo a las cuentas autonómicas. ¿Y cómo se traduce esto? Según ha podido saber el ARA, Vox exige ahora a Alberto Núñez Feijóo que firme una declaración crítica con las políticas europeas de los últimos años en materia de agricultura (Mercosur), seguridad e inmigración, es decir, que se autoenmiende y admita que todo lo que han hecho en Bruselas los populares europeos ha sido un error.

Esta exigencia, difícilmente asumible para Feijóo, es lo que ahora mismo mantiene bloqueados los acuerdos en aquellos territorios donde hay más sintonía entre los dos partidos, que son la Comunidad Valenciana, Aragón y Murcia. La dirección de Vox considera que con esta maniobra han logrado poner una cuña entre las dos almas del PP, el ayusista, que reniega de toda colaboración con la izquierda y es partidaria de colaborar con Vox, y la que encabeza el andaluz Juanma Moreno Bonilla, más moderada y alérgica en la extrema derecha. En el primer grupo estaría, además de los madrileños, los valencianos, aragoneses y murcianos, y en el segundo, además de los andaluces, los gallegos, los extremeños (María Guardiola ha decidido prorrogar los presupuestos tras romper con Vox), los baleares y los riojanos (aunque Gonzalo Capell). El presidente castellanoleonés Alfonso Fernández Mañueco, que fue el primero en incorporar a Vox a un gobierno autonómico, se mantiene neutral entre ayusistas y morenistas y no ha presentado proyecto de presupuestos, ya que queda sólo un año para las elecciones. "El problema es que Feijóo, que hace equilibrios entre ambos sectores, no manda", denuncian a Vox.

La maniobra de Vox que martiriza a Feijóo pretende posicionar a Santiago Abascal en Europa como un líder clave para arrastrar a los populares hacia las posiciones más ultraconservadoras y romper así los consensos que hasta ahora han regido la política europea. Su objetivo es hacer de puente entre Giorgia Meloni y Marine Le Pen para reunificar a los dos grupos que encabezan en el Parlamento Europeo, el grupo de los Conservadores y Reformistas Europeos (78 escaños) y el grupo Patriotes por Europa (84) para conformar lo que sería el segundo grupo de la cámara, con 162 asientos (26 más). De hecho, si se sumaran los 25 de la Europa de las Naciones Soberanas, donde se encuentra la AfD alemana, sumarían 187, sólo uno menos que el Partido Popular Europeo. La aritmética, de hecho, permite ya una mayoría de los populares y la extrema derecha que, de momento, no está operativa aunque el jefe del PPE, Manfred Weber, también flirtea con esta idea.

Liderazgo de Abascal

La estrategia del partido pasa por fortalecer el liderazgo absoluto de Santiago Abascal, con una estructura muy jerarquizada, y sin espacio para la autonomía de las baronías o para perfiles heterodoxos. A la dirección del partido no le ha temblado la mano a la hora de cortar cabezas o simplemente abrir la puerta a personas que parecía tener un gran predicamento dentro del partido, como Macarena Olona, ​​Iván Espinosa de los Monteros, Rocío Monasterio –mujer de Espinosa– o más recientemente Juan García-Gallardo. "Liderazgos como el de Le Pen, Orbán o Wilders se han construido a lo largo de décadas y se ha demostrado que son la fórmula que funciona", explican fuentes del partido, que achacan a una "pura cuestión de egos" las fugas recientes. "Abascal debe ser el líder que los españoles vean cuando llegue el colapso social que está provocando la inmigración", afirman. Un fuerte liderazgo, con proyección internacional y con capacidad para condicionar la política del PP español también en Europa. Ésta es la fórmula que en la sede de la calle de Bambú de Madrid creen que les permitirá, llegado el momento, superar el 15% del voto y acercarse al PP. De ahí los nervios que se detectan en Génova cada vez que se les pregunta por Vox.

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