Protagonista colateral

Manuel Chaves, el amigo de Felipe González que fue presidente de Andalucía "a palos"

El exdirigente socialista cayó en desgracia por el caso de los ERE, que definió como "algo de tres o cuatro sinvergüenzas"

Manuel Chaves, vicepresidente tercero español / EFE
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Barcelona"Andalucía era su proyecto de vida". Así describe una histórica dirigente socialista la trayectoria política de Manuel Chaves (Ceuta, 1945), expresidente andaluz y ex ministro que aspira a resucitar su carrera ahora que el Tribunal Constitucional ha anulado su condena por el fraude de los ERE. El giro judicial del caso puede desbrozar el regreso a la primera línea de quien presidió la Junta de Andalucía durante 19 años, pese a ser inicialmente reacio a dar el salto a la política autonómica.

Amigo de juventud de Felipe González, Chaves empezó a militar en el PSOE en la clandestinidad en los 60 y entró en el segundo gobierno del expresidente español como ministro de Trabajo después de unos años de diputado en el Congreso. Chaves ofrecía un perfil amable para los sindicatos: era militante de UGT y profesor universitario de derecho del trabajo, aunque eso no le ahorró tener que capear la primera huelga general convocada por CCOO y UGT contra la política económica de González. Dos años más tarde, ya contractor, regresó a Andalucía presionado por su partido para relevar al entonces presidente andaluz, José Rodríguez de la Borbolla. Las reticencias a ir a la Junta le valieron el apodo de candidato a palos (en alusión a la obra de Molière Médico a palos) y las críticas de Borbolla, que le reprochó haber dicho que aceptaba "por disciplina" y no porque le apeteciera.

Hombre de partido y de equilibrios, Chaves cogió las riendas del PSOE-A para pacificarle en plena batalla entre guerristas y renovadores en los años 90 y supo nadar y guardar la ropa durante los 16 años que ocupó el cargo de secretario general, que desde el 2000 simultaneó con el de presidente del PSOE. Su desgaste como presidente autonómico se hizo evidente en la legislatura que empezó en el 2008: cuando en un congreso dijo que volvería a presentarse a las elecciones de 2012 si las bases querían y nadie del público aplaudió. La fidelidad de Chaves al aparato y sus esfuerzos por aprobar el Estatut andaluz se vieron recompensados ​​cuando José Luis Rodríguez Zapatero le fichó como ministro de Política Territorial en el 2009 y luego le ascendió a vicepresidente.

La condena a 9 años de inhabilitación por tramitar las ayudas que hicieron posibles los ERE fraudulentos truncaron su carrera y la de José Antonio Griñán, su sucesor en la Junta, forzados a dimitir a raíz de la imputación. En su momento, Chaves llegó a definir el caso como "algo de tres o cuatro sinvergüenzas" y ahora, con el aval constitucional en el bolsillo, sigue instinto en que fue una "operación judicial y mediática" contra los socialistas andaluces . De momento ya ha logrado que el PSOE-A le abriera el jueves las puertas de su sede para anunciar junto a los dirigentes actuales que quiere volver a la arena pública. "Estoy nerviosito, hacía tiempo que no estaba en la sede", comentó al inicio de la rueda de prensa.

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