La Moncloa asume que Puigdemont intentará hacer saltar la legislatura por los aires

Madrid"Ayer el gobierno español ganó todas las votaciones y el PP las perdió. Desde ese contexto podemos hablar de la realidad", decía el miércoles el ministro de la Presidencia, Félix Bolaños, preguntado por la sesión de la diputación permanente del día anterior al Congreso. ¿Qué ocurrió? El PSOE logró que no saliera adelante ninguna petición de comparecencia que había registrado el PP. Principalmente, quería que el presidente español, Pedro Sánchez, diera explicaciones sobre migración, Venezuela y el regreso fugaz de Carles Puigdemont; y que la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, informara sobre la financiación singular. Por los pelos, por un solo voto de diferencia, las propuestas no salieron adelante. Y eso que Junts se unió a PP y Vox, pero la ponderación de la representación de los grupos parlamentarios en este foro —más reducido que el pleno con 69 miembros— hace que se altere la balanza. En el hemiciclo, los tres sí suman mayoría absoluta.

La Moncloa ya asume el aviso de que la portavoz de Junts, Míriam Nogueras, lanzó a principio de legislatura y recordó esta semana pasada. "No formamos parte de ningún blog español. Nuestro blog es y ha sido Catalunya", recordaba en declaraciones a los medios desde Cardedeu, mientras en el Congreso las calculadoras echaban humo, también porque la diputada de Podemos Ione Belarra no había asegurado su voto junto a la mayoría plurinacional —se abstuvo—. La mayoría plurinacional es frágil y existe cuando Junts lo decide. Lo sabe Sánchez y el resto de integrantes de este blog. "Como siempre", se resigna un diputado de Sumar. La noche del 23-J ya se constató que el partido de Carles Puigdemont iba a condicionar la legislatura.

Si los 7 diputados de Junts se sitúan de un lado, el PSOE puede conseguir victorias parlamentarias, tal y como se vio con la investidura de Sánchez y la amnistía. Pero si se sitúa junto al PP y Vox, el gobierno español pierde, tal y como ocurrió el pasado julio cuando el pleno tumbó la reforma de la ley de extranjería para obligar a las comunidades autónomas a acoger a menores migrantes que saturan los servicios de atención de Canarias y de Ceuta. Ese día también tumbó los objetivos de estabilidad presupuestaria, el primer trámite de las cuentas. Ha pasado un mes y la ley indica que el consejo de ministros debería haber aprobado una nueva senda de déficit y llevarla de nuevo a la cámara baja, pero el ministerio de Hacienda asume que lo hará más tarde, informa Núria Ríos Montaner.

La portavoz del gobierno español, Pilar Alegría, confirmaba el martes, tras el primer consejo de ministros del nuevo curso, que el ejecutivo del Estado intentará aprobar los presupuestos. "Es nuestra responsabilidad", aseguraba, y trasladaba también la responsabilidad a los grupos parlamentarios para valorar la conveniencia de renovar las cuentas. Después de haber renunciado a presentar a los del 2023 a raíz del adelanto electoral en Catalunya, Sánchez entiende que ahora puede permitirse no aprobarlos, pero que como mínimo debe intentarlo. "Creo que no habrá presupuestos", augura otra fuente parlamentaria del blog de la investidura. Tras haberse aprobado la amnistía, ve pocos alicientes para Junts para apoyar al gobierno español, especialmente ahora que quiere marcar distancias respecto del PSC y Esquerra a raíz del pacto en la Generalitat. Desde la Moncloa asumen que habrá movimientos en Junts para tensar la legislatura.

Fuentes de la Moncloa se resistían esta semana a dar por perdido Junts como socio para los presupuestos. Eso sí, son conscientes de que el escenario de una prórroga es real. "Si fuera necesario, se prorrogarían unos presupuestos nuestros y expansivos", anotaban desde el ejecutivo, para diferenciarlo del caso del 2019, cuando Sánchez convocó elecciones anticipadas para no tener que heredar unas cuentas anteriores que eran del PP de Mariano Rajoy. Una fuente veterana de ERC no se atrevía a descartar que el líder del PSOE avance los comicios si no logra nuevos presupuestos, pero la Moncloa no traslada estas intenciones a corto plazo. Y el movimiento de Sánchez deavanzar en noviembre el congreso del PSOE prácticamente lo descarta.

El 'lapsus' de Pilar Alegría

"Cuando esta legislatura concluya en 2025 el periodo 2019-2025, en estos 7 años de presidencia de Sánchez, las comunidades autónomas habrán recibido 300.000 millones de euros", decía Alegría el martes en rueda de prensa. Poco después aseguraba que había tenido un lapsus —la legislatura teóricamente termina en el 2027—, si bien es una hipótesis plausible si Junts niega dos años seguidos la gobernabilidad en Sánchez. "El otoño de 2025, o presupuestos o elecciones", resumen dentro del grupo de Sumar. En la Moncloa piden prudencia y están a la expectativa del congreso que Junts celebrará a finales de octubre, en el que debe definirse el liderazgo de Puigdemont y también la hoja de ruta. El expresidente prometió que abandonaría la política si no conseguía volver a la Generalitat y, en cambio, ahora se perfila para continuar pilotando Juntos. La realidad del contexto, parafraseando a Bolaños, es que la formación de Puigdemont es imprevisible y que de ella depende el futuro de la legislatura.