Sánchez se encontrará con Puigdemont: "A efectos políticos ya se aplica la amnistía"
El presidente español asegura que un ejemplo del "éxito" de la norma es el acercamiento entre PP y Junts
MadridLas últimas votaciones en el Congreso de los Diputados en las que PP y Junts se han aliado son un "éxito" de la ley de amnistía, o al menos así lo ve el presidente del gobierno español, Pedro Sánchez, que este lunes no ha dudado en tachar "de hipócrita" la actitud de los de Alberto Núñez Feijóo . "Quienes tildaban de golpistas al independentismo, ahora presumen de pactar [...] No sé cómo lo deben interpretar sus votantes", ha afirmado Sánchez durante el balance del año. Para el presidente español, lo que ha logrado esta norma es que "todos los actores políticos, estén haciendo política". El jefe del ejecutivo español incluso ha enmendado aquellos mensajes que ponen en entredicho despliegue de la norma: "A efectos políticos ya se aplica la amnistía", ha dicho Sánchez. Hace unos días, Carles Puigdemont denunciaba que no se estaba aplicando.
De hecho, más allá de la pinza que los populares y los junteros han hecho a la hora de tumbar ciertas medidas económicas, como la continuidad del actual gravamen a las energéticas, ha sido el propio Feijóo quien ha defendido recientemente que los de Carles Puigdemont son "un partido coherente con el que hay cierta afinidad". Sin embargo, de momento estos gestos no van más allá de votaciones económicas puntuales en la cámara baja española. Sin embargo, no favorecen al PSOE, que a pesar de seguir contando con los de Carles Puigdemont, cada vez que éstos se balancean abiertamente a la derecha, la tensión con los socios de izquierda, sobre todo Podemos, escala, lo que pone en evidencia los equilibrios y la fragilidad del blog de investidura.
Las palabras de Sánchez han vuelto a ir de la mano de la tesis que desde la Moncloa hace tiempo que se abandera: que la sociedad española y catalana ya ha pasado página del 2017 y que hoy el escenario es de "normalización" de las relaciones. Y es ese marco el que propicia que Sánchez pueda hacerse tarde o temprano una foto con Carles Puigdemont. De hecho, la Moncloa ya abrió esta puerta hace un año, aunque enfriaba la idea de la inmediatez. Ahora, Sánchez lo ha vuelto a poner sobre la mesa, pero sigue sin mojarse en cuanto al calendario. "Tenemos que mirar adelante y, por tanto, no tengo ningún problema de reunirme con los líderes de ERC [Oriol Junqueras] y Junts [Carles Puigdemont]", ha dicho.
Dardos a la derecha
La comparecencia de Sánchez este mediodía para hacer balance del 2024 ha llegado después de una semana marcada por la ofensiva judicial contra el PSOE, con las declaraciones del caso Koldo y de Begoña Gómez. Sin embargo, el presidente español insiste en que el tiempo "pondrá las cosas en su sitio". "Absoluta tranquilidad y confianza", ha reiterado Sánchez, que ha vuelto a criticar la estrategia de desgaste de la derecha y la extrema-derecha: "La oposición ha renunciado a plantear un proyecto e intenta ganar con mentiras lo que los votos no le dieron en el 2023. Es una estrategia que está abocada al fracaso".
El jefe del ejecutivo sigue presumiendo de estabilidad y de la capacidad de llegar a acuerdos que le ha permitido sacar adelante una veintena de leyes en poco más de un año de mandato. Elaprobación definitiva de la reforma fiscal y de la ley sobre el servicio público de justicia son dos ejemplos. Con el objetivo de acelerar las negociaciones para aprobar los presupuestos del 2025 en primavera –clave para el fin de agotar la legislatura en el 2027–, Sánchez ha tomado decisiones para intentar seducir a sus socios de la mayoría plurinacional de la investidura , especialmente Junts, que mantiene la petición de una cuestión de confianza, y ERC. De hecho, en el caso de Junts, el consejo de ministros de este martes ha desclasificado documentos del CNI sobre el 17-A, según confirman fuentes del ministerio de Defensa al ARA. Éste era un compromiso de los socialistas con los juntarías en el marco de la votación de Francina Armengol como presidenta de la cámara baja.
Otro ejemplo de esta necesidad de contentar a los socios, en este caso de izquierdas, es la aprobación del real decreto ley para extender el gravamen a las energéticas un año más. Un guiño a los republicanos, pero también a Podemos, EH Bildu y el BNG. Sin embargo, la Moncloa asume que decaerá una vez llegue al Congreso por la oposición, entre otros, de los de Carles Puigdemont y el PNV.
Todo ello, sin embargo, es tan sólo una muestra de la complejidad a la que se enfrentará el gobierno de coalición para hacer realidad las nuevas cuentas del 2025 (siguen prorrogadas las del 2023), que se negociarán sin que se detengan los ataques de la derecha y la extrema derecha por los presuntos casos de corrupción que salpican al PSOE.