CalellaHace dos años la cúpula de Junts se ponía en marcha en Argelers con dos incógnitas: cómo funcionaría el tándem Laura Borràs-Jordi Turull y cómo sería Junts sin el liderazgo de Carles Puigdemont al frente, que decía adiós para centrarse en el Consell por la República. En octubre de 2024 ambas se han resuelto: el tándem ha sido una pugna constante en la que se ha acabado imponiendo Turull; y Puigdemont, pese a que formalmente no ha ostentado la presidencia, nunca se ha marchado, sino que ha seguido mandando de forma informal estos últimos dos años hasta este sábado, que ha vuelto a oficializar su candidatura a la presidencia de Junts.
Lo hace con una nueva ejecutiva hecha a medida, en la que conserva liderazgos del 2017 –como el suyo o el de Turull como secretario general–, pero incorpora nuevas caras como Mònica Sales y Míriam Nogueras de vicepresidentas y Judith Toronjo como secretaria de organización. También prescinde de Laura Borràs y de su entorno –aunque la expresidenta del partido podrá ser miembro nato de la ejecutiva cuando sea presidenta de la fundación–, y amplía el círculo de la formación con la incorporación a la vicepresidencia del partido de Toni Castellà, Demócratas, o la integración de lo que era presidente de la plataforma Proselecciones catalanas Xavier Vinyals, que tuvo un rol en el estado mayor del Proceso. Josep Rius se mantiene como vicepresidente y portavoz, mientras que Teresa Pallarès seguirá al frente de la secretaría de Finanzas.
"Más del 50% de la dirección nacional es nueva en esta ejecutiva. Incorporamos perfiles de todas las sensibilidades y territorios", ha defendido el secretario general, Jordi Turull, en rueda de prensa este sábado por la tarde en Calella. Serán los militantes quienes este domingo decidirán si validan o no la candidatura propuesta por Puigdemont, ya que se podrá votar telemáticamente hasta el mediodía. El expresidente, ya entronizado como presidente del partido, será el encargado de cerrar el congreso a distancia, puesto que el Tribunal Supremo mantiene la negativa de aplicarle la amnistía pese a la vigencia de la ley.
Los vocales de la dirección
La diputada Jeannine Abella, que se encargará del primer sector
El alcalde de Cunit, Jaume Casañas, y miembro de Impulsem Penedès, será el encargado de territorio y transición ecológica
Assumpta Cros traerá los temas de cultura
Josep Maria Cruset, ahora diputado en Madrid, las políticas de industria y turismo
Ennatu Domingo, derechos sociales
Oriol Izquierdo, justicia y calidad democrática
El alcalde de Sant Climent de Llobregat, área metropolitana
Francesc Ten, lengua; Ariadna Urroz las políticas por la juventud; Anna Navarro, número dos de Puigdemont en las elecciones, será la responsable de la transformación digital del partido
Teresa Vallverdú, que proviene de Demócratas y del Consell por la República, se incorpora para pilotar las políticas de seguridad.
De la anterior dirección, se mantienen como vocales:
La exconsejera Victoria Alsina con el encargo de definir el reto demográfico y las políticas de inmigración
Joan Canadell con el ámbito de empresa y trabajo
Violante Cervera por el tercer sector
Anna Erra con educación
Jordi Fàbrega se encargará de las políticas de salud
Glòria Freixa traerá las políticas de vivienda
Gemma Geis, universidades
Jaume Giró, fiscalidad
Aleix Sarri, relaciones internacionales
Salvador Vergés, infraestructuras
David Saldoni, que se mantiene como secretario general adjunto y responsable de la política municipal.
En cambio, caen, por ejemplo, exconsejeros como Damià Calvet, de la confianza de Josep Rull; o Lourdes Ciuró, de la confianza de Turull.
A la espera del discurso de Puigdemont, vuelven a predominar los términos nación, modelo de país o gobernabilidad en la mayoría de intervenciones que han podido escucharse este fin de semana en Calella. "Juntos debe representar el independentismo y también deben caber los catalanistas", ha dicho esta semana Castellà en una entrevista en el Más 324, con un claro objetivo de ampliar la base más allá del soberanismo estricto, ya que el objetivo de Junts es, precisamente, romper fronteras electorales para construir una alternativa al gobierno de Salvador Illa.
¿Pugna interna?
A diferencia de Argelès, en Calella tampoco ha habido un ambiente de pugna interna como en otras épocas en Junts, ya que, en este cónclave, el borrasismo ha quedado aplacado por el turullismo. Se ha constatado en todas las ponencias, sobre todo en la organizativa, en la que los de Turull se han impuesto en las decisiones relacionadas con la estructura de la organización: cómo hacer que las listas sean cerradas y bloqueadas –porque la militancia no pueda pronunciarse individualmente sobre los miembros de la dirección– o que no haya un mínimo de permanencia como militante para ser cargo en la ejecutiva. De hecho, su informe de gestión como secretario general se aprobó el viernes por unanimidad en una votación que se hizo presencial ya mano alzada de todos los delegados. "Hay muy buen ambiente", celebró Turull durante la rueda de prensa. De hecho, no llega ninguna enmienda viva este domingo al plenario, ya que la dirección las ha logrado transaccionar o tumbar todas.
También ha negado que el viernes se sintiera aludido cuando Borràs se despidió del "lado oscuro de la política", y ha hecho un balance "positivo" de su tándem al frente de Junts. Para el secretario general del partido, el mensaje de la expresidenta del Parlament iba dirigido al Estado ya ERC: "Compañeros de viaje le enviaron mariachis y le echaron billetes impresos con su cara", en alusión a algunas acciones de la B de los republicanos.
Con Borràs fuera de juego al frente de la fundación de Junts –algo que aún deben avalar los patrones de la entidad–, se produce un reequilibrio de las fuerzas en la organización. Puigdemont capitalizará la formación con Turull, mientras se incorpora también un veterano de la política como Toni Castellà –con su entorno, Teresa Vallverdú–, y emergen nuevas caras como Mònica Sales, Salvador Vergés y Josep Maria Cruset. Asimismo el sector de la izquierda del partido, en la órbita de Agustí Colomines –que se mantiene sin militar en Junts–, tendrá lugar en la ejecutiva con Ennatu Domingo, Oriol Izquierdo y Assumpta Cros. Y se mantiene el sector pragmático con Jaume Giró y Victòria Alsina. Sea como fuere, ya la espera de cómo se conjugan estos nuevos poderes, varios cuadros lamentan en privado la falta de autocrítica de la formación después de haber perdido buena parte del poder institucional en los últimos años. Una cuestión latente que sólo el tiempo dirá cómo evoluciona.