Parlament

La estrategia para que el voto de Lluís Puig sea válido

El acta del pleno describe como Borràs contó verbalmente la delegación del diputado de Junts

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Alba Vergés y Laura Borràs en una imagen reciente en el Parlamento

BarcelonaLas formaciones independentistas de la mesa del Parlament acordaron en julio una vía para que la delegación de voto del diputado exiliado de Junts Lluís Puig fuera válida, a pesar de las advertencias del Tribunal Constitucional, y que esto no afectara a ningún funcionario: el voto no saldría en el panel electrónico de resultados, pero la presidenta, Laura Borràs, lo sumaría verbalmente al pleno. Una sucesión de los hechos que tenía que quedar plasmada en el acta de la sesión plenaria. Casi un mes después, sin embargo, el plan ha quedado parado. En el acta falta la firma del secretario cuarto, el republicano Ruben Wagensberg –que se ha comprometido a hacerlo–, y la de la vicepresidenta primera en funciones de presidenta, Alba Vergés (ERC), puesto que Borràs no puede firmar documentos de ningún órgano colegiado –como el pleno, la mesa o la junta de portavoces– aunque sean anteriores a su suspensión. Si llegan estas firmas, según varias fuentes parlamentarias, solo puede haber un desenlace: el voto de Puig sería efectivo.

Esquerra ha ido dejando entrever los últimos días que el acta en cuestión no suma el voto de Puig en el cómputo total –insinuando que solo será una acción simbólica– y apuesta por una reforma del reglamento –ahora mismo los motivos para delegar el voto son muy limitados– para que los derechos del diputado en el exilio estén garantizados siempre. Un llamamiento que el viernes afirmó la propia Vergés. Fuentes de Junts, sin embargo, apuntan que con la estrategia actual el voto de Puig ya es válido y fuentes de la CUP reiteran que la vía acordada conduce hacia un voto efectivo del también exconseller de Cultura. Con todo esto sobre la mesa, varias fuentes conocedoras del contenido del acta apuntan que el escrito describe con precisión qué pasó en el pleno: el voto no aparece en el panel, pero Borràs lo suma. Y que describa esto, según varias voces de los partidos, era el escenario que acordaron los independentistas de la mesa para que el voto fuera válido.

Laura Borràs y Ruben Wagensberg en una imagen reciente.

El artículo 98.2 del reglamento

En este proceso hay dos elementos clave. El primero, el artículo 98.2 del reglamento. Dice: "Corresponde al presidente hacer público el resultado de las votaciones y, cuando sea necesario, a los secretarios, hacer el recuento". Con este artículo en la mano, Borràs tenía la potestad de proclamar los resultados y, por lo tanto, también la de añadir el voto de Puig. El otro elemento que a priori reforzaría la validez del voto de Puig es el acuerdo de la mesa en el que los miembros independentistas "asumen la responsabilidad a todos los efectos del acta de las sesiones plenarias y de la publicación de los acuerdos tomados".

La mesa, por lo tanto, ya se comprometió a tramitar el voto de Puig "a todos los efectos". Un hecho que, aun así, no evitó advertencias de los letrados, que avisaron de que los miembros del órgano podrían incurrir en delitos de usurpación de funciones de los funcionarios. Sea como sea, todo ello no se resolverá hasta septiembre porque el Parlament se ha marchado de vacaciones sin la firma al acta del pleno donde votó Puig. Este será otro de los problemas que el independentismo tendrá que afrontar en un otoño que se divisa intenso.

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