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Toni Cruanyes conducía el especial de TV3 dedicado a la investidura de Isla y el regreso de Puigdemont. Desde el Parlamento, conectaba con el Arco de Triunfo, donde se preveía la llegada del presidente exiliado. Poco antes de las nueve, nos lo enseñaron caminando entre la multitud. Eran unas imágenes caóticas fruto del gentío y la prensa que quería captar el momento histórico. A continuación, ya lo vimos sobre el escenario para hacer su discurso. Una vez hubo terminado, Puigdemont desapareció detrás del panel blanco. Entonces, los espectadores oímos la megafonía de la organización del acto que decía a los asistentes: “A continuación acompañaremos al Muy Honorable Presidente hasta el Parlament. Para ello, siga las instrucciones de nuestros voluntarios”. Desde allí mismo, la periodista Laura Catalán, quien sabe si influida por la megafonía, narró unos hechos que no estaban sucediendo: “Puigdemont en estos momentos se va acercando hacia el punto donde nos encontramos ahora, justo vemos la comitiva de alcaldes y representantes institucionales. (...) Carles Puigdemont que en estos momentos intenta desplazarse entre la multitud, como puede. Intenta desplazarse a esta comitiva que está encabezada por él y también por el presidente del parlamento Josep Rull”. El realizador partió entonces la pantalla, y mientras veíamos Catalán haciendo este relato, lo ilustraron con unas imágenes que no estaban en directo, y que eran previas a la subida al escenario de Puigdemont, justo del momento de su llegada. Y eso hizo que los espectadores interpretaran que esas imágenes caóticas entre la gente eran en directo, de su camino hacia el Parlament. La decisión del realizador y el relato de Catalán, de rebote, arrastraron a Cruanyes a perpetuar el error. “Hemos visto cómo Puigdemont terminaba el acto político y acompañado de la cúpula de su partido y de diferentes diputados (...) le están acompañando en este momento grave, un día simbólicamente muy importante pero también personalmente un día difícil. Éstas son las imágenes. Han pedido que le acompañen y es lo que está haciendo la multitud que se ha congregado esta mañana”. Pero Puigdemont no estaba. La última vez que la habíamos visto en vivo había estado en el escenario. Minutos más tarde, en las imágenes en directo que mostraban la comitiva avanzando hacia el Parlamento en medio del caos, Puigdemont no estaba y el propio Cruanyes finalmente detectó: “Somos incapaces de distinguir si hay Carles Puigdemont. No está...”.

El problema es que TV3, visualmente, empalmó unas imágenes grabadas de Puigdemont avanzando con la comitiva hacia el Arc de Triomf con otras, en directo, en las que el séquito caminaba sin él hacia el Parlament. La retransmisión inventó el relato que el presidente se dirigía hacia la Ciutadella. Una concatenación de errores, supuestos y especulaciones que, al final, contribuyeron a que la desaparición de Puigdemont pareciera un truco de escapismo aún más sorprendente y espectacular. No se entendía que Puigdemont hubiera desaparecido por arte de magia frente a decenas de cámaras y en medio de la multitud. Se le había tragado la tierra por la equívoca narrativa de TV3. Un patinazo que pide una aclaración por parte de la cadena.

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