La posible entrada de Junts en el gobierno de Tarragona pone en riesgo la coalición ERC-comunes

Los republicanos se reúnen este jueves con la CUP para explorar también su incorporación en el ejecutivo municipal

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El alcalde de Tarragona, Pau Ricomà, conversando con la primera teniente de alcalde, Carla Aguilar, este miércoles en el acto de conmemoración de los 90 años de la Segunda República

BarcelonaLa vía amplia que ERC defiende desde hace meses en Catalunya –que pasa por un gobierno formado por Junts, ERC, la CUP y los comunes– no prosperará en la Generalitat por los vetos cruzados entre En Comú Podem y el partido de Carles Puigdemont. Pero es que tampoco tiene números de que se acabe materializando en el gobierno municipal de Tarragona, donde hasta ahora gobierna ERC en coalición con los comunes. Y es que mientras que en Catalunya ya hace dos meses que las negociaciones para formar gobierno están enquistadas, en Tarragona el gobierno está a punto de romperse. Casi llegados al ecuador del mandato y teniendo en cuenta la frágil mayoría de gobierno (ERC y los comunes gobiernan con 9 concejales de 27), los republicanos avalaron el lunes abrir la puerta del ejecutivo a Junts y la CUP. De hecho, las dos formaciones ya habían apuntalado la gobernabilidad municipal aprobando los dos últimos presupuestos. La apuesta de ERC ha chocado con la posición de su socio, los comunes, que han amenazado con dejar el gobierno si el pacto con Junts se acaba materializando.

La posibilidad de ampliar el ejecutivo para hacer más sólida la gobernabilidad –ERC, Junts, En Comú Podem y la CUP tendrían un total de 14 concejales y, por lo tanto, mayoría absoluta– ha estado encima de la mesa desde el inicio del mandato. Pero el intento de moción de censura por parte del PSC, Ciudadanos y el PP de principios de año fue el detonante para que esta opción tomara fuerza para intentar blindar el gobierno. Según explican fuentes republicanas, desde finales de año y hasta antes de las elecciones del 14-F, ERC y los comunes habían creado una comisión municipal para abordar la incorporación de Junts y la CUP. Los dos socios habían mantenido reuniones con Junts en las que incluso se había puesto encima de la mesa una propuesta "consensuada" entre todo el equipo de gobierno de reparto de carteras con los tres concejales de Junts. Ahora bien, las mismas fuentes explican que pocas semanas antes del 14-F los comunes les pidieron parar los encuentros hasta después de las elecciones.

Los comunes lo enmarcan en las negociaciones por la investidura

Fuentes de En Comú Podem confirman estas reuniones con ERC y Junts, pero explican que después de someter a debate la propuesta de que Junts entrara en el gobierno municipal, la coordinadora del partido en Tarragona lo rechazó. "La ampliación por la derecha no es una vía a seguir", aseguró la coalición tarraconense este el pasado martes en un comunicado, en el que avisó de que la entrada de Junts supondría "pasar a un gobierno sin En Comú Podem". La postura la han secundado el portavoz de En Comú Podem en el Parlament, David Cid, y también el portavoz de Podem Catalunya, Lucas Ferro, en rueda de prensa este miércoles, donde han subrayado las diferencias de "proyecto" con Junts. Los dos, además, han enmarcado el aval de ERC –ratificado este lunes en asamblea– para que Junts entre en el gobierno en las negociaciones por la investidura de Pere Aragonès. Cid, de hecho, ha asegurado que los republicanos usan Tarragona como "moneda de cambio" por el gobierno de la Generalitat. Un extremo que fuentes de la dirección nacional de ERC niegan en rotundo y recuerdan que los tres concejales de Junts en Tarragona son independientes y no forman parte ni de JxCat ni del PDECat.

De hecho, fuentes del partido republicano en Tarragona atribuyen a una "intromisión" de la dirección nacional de los comunes el cambio de criterio de la formación en la capital tarraconense. En cambio, los comunes lo negaban en el comunicado del martes y aseguran que las ejecutivas del partido a escala local y nacional van a una. Después de los comicios del 14-F, el partido de Ada Colau mantiene el veto a JxCat en las negociaciones por la investidura de Pere Aragonès e insiste a los republicanos en que rompan con los de Carles Puigdemont y busquen una alianza de izquierdas con En Comú Podem y el PSC. En Lleida, sin embargo, los comunes gobiernan junto a JxCat y ERC. "Es la excepción que confirma la regla", ha dicho Cid, que lo ha justificado por el hecho de haber acabado con años de gobierno socialista.

ERC seguirá adelante con las conversaciones con Junts y la CUP

De momento, ERC mantiene su compromiso de abrir el gobierno a Junts y la CUP. "Cada uno es responsable de sus propias decisiones", afirman las mismas fuentes republicanas, que insisten en que el acuerdo también lo asumieron los comunes antes del 14-F. Admiten, así, la posibilidad de que los comunes acaben saltando del ejecutivo, pero se dan unas semanas de margen para negociar con Junts y la CUP y después presentar una propuesta a los comunes para que la valoren. La coalición morada, de hecho, prevé convocar una asamblea para tomar una decisión definitiva en función de cómo avancen las conversaciones entre republicanos, Junts y la CUP.

Este jueves hay previsto un encuentro entre ERC y la CUP para abordar también la posible incorporación de los anticapitalistas en el gobierno. Los comunes no estarán en la reunión, a pesar de que avalan compartir gobierno con los cuperos. "Si es posible el acuerdo según el programa, fantástico, y si no, ningún problema porque seguiremos siendo aliadas desde fuera", explica la portavoz del grupo de la CUP Eva Miguel. Fuentes de los cuperos explican que ERC ya los invitó a negociar su entrada en el gobierno antes del 14-F, pero que el grupo renunció hasta que no pasaran los comicios para "no mezclar las cosas". "Si nos quieren en el gobierno, ahí estaremos", también dicen fuentes de Junts per Tarragona. Las conversaciones políticas continuarán los próximos días para decidir si Tarragona cambia la fisionomía del gobierno.

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