Más de una década sin presupuesto estatal con acento soberanista catalán

ERC no aprueba unas cuentas españolas desde diciembre de 2005

Quim Bertomeu
3 min
El ple del Congrés dels Diputats durant el debat sobre la cinquena pròrroga de l'estat d'alarma

BarcelonaMucho han debatido internamente ERC y JxCat si presentaban una enmienda a la totalidad contra los presupuestos generales del Estado y si, por lo tanto, se incluían o no dentro de la lista de partidos dispuestos a negociar la aprobación de las cuentas. Que la decisión era de una magnitud considerable lo prueba el hecho de que hace más de una década que no se aprueban unos presupuestos estatales con la influencia clara de al menos uno de los dos partidos. No pasa desde los gobiernos Zapatero (2004-2011).

El último apoyo global de Esquerra a los presupuestos generales data de diciembre de 2005. "Señorías, nuestro grupo parlamentario votará favorablemente a estos presupuestos, fruto de la negociación que hemos tenido con el grupo socialista a lo largo de estos meses", proclamó desde la tribuna de oradores el entonces diputado republicano en Madrid Joan Puig. El argumento era, sobre todo, que incluía mejoras sociales. Eran otros tiempos. El ciclo económico era expansivo; el clima político Madrid-Catalunya, templado, y había incluso algo más de buen humor: "Les comunico que no me ha tocado nada en la lotería. Feliz Navidad", decía Manuel Marín, presidente del Congreso de la época, para cerrar aquella sesión.

15 años después, en conversación con el ARA, el líder de ERC en Madrid en ese tiempo, Joan Puigcercós, rememora cómo funcionaban esas negociaciones con los socialistas y aventura que, a pesar del paso de los años, se reproducirá "el mismo esquema". Así, avisa de que el PSOE utilizará "el esperpento del PP y ahora también de Vox" para intentar cerrar un acuerdo rebajando tanto como pueda las demandas catalanas. "Rubalcaba te decía «No sabes el acoso del PP a nuestra gente en los pueblos y en los barrios porque pactamos con vosotros» y casi te hacían sentir culpable de estar ahí para negociar. Eso te lo tienes que quitar de encima, porque, si no, negocias con una mano en la espalda", avisa.

También avisa de que la presión ambiental en Madrid subirá a medida que se vea que un acuerdo entre el PSOE y el independentismo es posible: "Se inventarán concesiones que no existen. Un diario de Madrid abrió un día una portada diciendo que nos habían dado –a la Generalitat– el aeropuerto de Barcelona a cambio de no sé qué cosa. ¡Qué más hubiéramos querido que nos hubieran dado el aeropuerto!", exclama.

Cambio de ciclo

Sin afirmar su apoyo tan explícitamente como ERC ese 2005, CiU también negoció presupuestos con Zapatero, aunque fuera con enmiendas parciales, hasta que el mandato del presidente socialista empezó a agonizar en 2010. En 2011 empezaría la era Rajoy, y la influencia del soberanismo en el presupuesto prácticamente desaparecería. En la primera legislatura, porque la mayoría absoluta le permitía gobernar sin ningún voto más. En la segunda, a partir de 2015, ya con el PP en minoría, porque el Procés entró en velocidad de crucero.

En conversación con el ARA, el entonces diputado de CiU y ahora miembro del PNC, Carles Campuzano, analiza la influencia menguante del soberanismo. "Nuestra posición estratégica con el Procés hacía inviable la negociación. Si decíamos que con 18 meses iríamos a la independencia, ¿cómo demonios se tenía que negociar un presupuesto?", reflexiona. Y, visto con perspectiva, considera que fue un "error estratégico". "Íbamos a nuestro rollo sin atender al pequeño detalle de que hay un momento en el que el PP pierde la mayoría absoluta y había aritméticas alternativas", rememora. Para él la dinámica del independentismo no cambiaría hasta junio de 2018, cuando, haciendo uso precisamente de esta mayoría alternativa, se desalojó a Rajoy de la presidencia.

En el próximo mes y medio culminará la negociación de las cuentas. ERC y el PDECat quieren tener un papel, y JxCat, a pesar de haber presentado una enmienda a la totalidad, no se descarta. Puigcercós les da una consejo: "Si hubiera un poco de coordinación entre el gobierno de Catalunya y los grupos de Madrid se ganaría mucho en la negociación. Si negocias por separado, ellos te hacen una subasta a la inversa y te rebajan las cosas", alerta. Por ahora, no le hacen mucho caso.

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