Crónica

Tú también puedes acabar en prisión

Romeva defiende en su último libro repensar el modelo penitenciario para facilitar la reinserción

3 min
Raül Romeva durante su clase de ayer en la Universitat de Barcelona.

Barcelona“Entrar hoy en día en prisión es muy fácil”, lamenta Raül Romeva cuando ya hace un rato que habla ante una veintena de personas en un aula de la Facultad de Derecho de la Universitat de Barcelona. Ha venido a explicar su experiencia personal pero, sobre todo, cómo ha cambiado su manera de entender los centros penitenciarios. “No es lo mismo ver la prisión que vivirla”, resume, y a partir de aquí arranca una exposición de prácticamente una hora en la que, como hace en su último libro, A l'altra banda del mur ('Al otro lado del muro' - Ara Llibres), cuestiona el sistema penal del Estado por haber abusado de la reclusión y haber olvidado su compromiso constitucional de orientar la prisión a la “reeducación y la reinserción social”. E intenta concienciar de la importancia de afrontar este debate. Porque en la cárcel están los demás hasta que un día estás tú.

“No hay que ser mala persona para acabar en prisión”, defiende Romeva. Podrías, dice recordando un compañero de prisión, cometer un error fatal. Salir una noche de fiesta, beber algo más de la cuenta, coger el coche y atropellar mortalmente a alguien. Y es aquí cuando lanza una pregunta al aire sobre la que pivota toda su exposición: “¿Diez años de prisión ayudarán a tu reinserción?” Para él, la respuesta es no. Porque durante su paso por Estremera, Soto del Real y Lledoners, Romeva ha tenido tiempos de conocer de cerca muchos casos particulares, y ha extraído la siguiente conclusión: “A menudo el delincuente no entra en prisión, se hace en prisión”. Y defiende que “entre la prisión y la impunidad hay una gama gigante de posibilidades”.

El papel de los jueces y los fiscales

Romeva, que durante su estancia en prisión ha leído en profundidad lo que han escrito sobre el modelo penitenciario autores como Angela Davis, critica que, a pesar de lo que diga la Constitución en su artículo 25.2, en España el modelo penitenciario no está enfocado a la reinserción sino al castigo y al aislamiento, e identifica tres factores principales que lo explican: una judicatura con un componente estructural “tardofranquista” en el que unos cuantos privilegiados “tienen el poder de decidir quién va a prisión sin tener ni idea de lo que significa ir”, unos poderes legislativo y ejecutivo víctimas del “populismo punitivo” donde muchas veces se legisla en caliente y bajo el espíritu del “que se pudran en la cárcel”, y un “simplismo mediático” que solo habla de las prisiones cuando hay violencia o entra algún caso controvertido. Un cóctel que, según Romeva, explica en parte que en España los jueces y fiscales tengan una predisposición a enviar gente a prisión superior a la de otros países de la Unión Europea y que las penas sean muy elevadas incluso en delitos no de sangre.

La mitad de la clase ya ha pasado, y llega el turno de las preguntas de los asistentes a la conferencia, que agradecen a Romeva su charla como ex preso político, pero que lo interpelan también por su condición de dirigente de Esquerra, partido que gobierna actualmente la Generalitat con Junts: le cuestionan que el mismo ejecutivo catalán contribuya a llenar prisiones pidiendo penas de más de cinco años cuando se persona contra manifestantes, o que el actual departamento de Justicia haya anunciado la voluntad de modificar el protocolo de actuación en las prisiones ante situaciones de tensión para dejar sin efecto la circular del anterior Govern, que imposibilitaba la contención mecánica. Le recuerdan, en definitiva, que todavía hay mucho camino por hacer.

stats