La legislatura catalana

Puigdemont se reafirma al volver por el debate de investidura: "Pete quien pete"

El expresidente asegura que si le encarcelan, será "ilegal", y tilda de "golpe de estado" la actitud del Supremo

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El expresidente Carles Puigdemont en el acto de Junts a Banys y Palaldà este sábado

Baños y PalaldàTras semanas de silencio mediático, el expresidente Carles Puigdemont ha reaparecido este sábado en la Catalunya Nord para enviar un mensaje en el último tramo de negociaciones entre Esquerra y el PSC para la investidura de Salvador Illa: "Lo dijimos en campaña electoral, lo mantenemos: no habrá más campañas electorales en el exilio, a toda costa estaré en el Parlament [...] Mi obligación es estar en el debate de investidura".

De este modo, Puigdemont ha reafirmado el compromiso que ya asumió antes de las elecciones del 12 de mayo y que a lo largo de estas semanas han reiterado tanto el secretario general de Junts, Jordi Turull, como su abogado, Gonzalo Boye. Su promesa pasa por estar en Catalunya para el pleno de investidura -sea el suyo o el de Salvador Illa-, aunque el Tribunal Supremo haya decidido que no le aplica la amnistía por el 1-O y, por tanto, mantenga la orden de detención en el Estado. "Sería legítimo desde el punto de vista personal quedarme en casa, pero políticamente no podríamos explicarlo", ha resuelto, considerando que si le detienen el Supremo estará incumpliendo la ley de amnistía y será "ilegal". El expresidente ha tomado, de nuevo, este compromiso de forma solemne en un acto con 2.200 personas, según la organización, en Banys y Palaldà (Catalunya Nord), junto al río Tec, en el Teatre de la Verdor, donde Junts ha convocado a sus cuadros territoriales y militancia para celebrar el cuarto aniversario de la fundación del partido.

Aunque el expresidente ha admitido que en los últimos días varias personas de su entorno le han expresado la "preocupación" por su eventual regreso y por un encarcelamiento, se ha reafirmado en una decisión que es "política": si lo cierran servirá para "desenmascarar" al estado español, según ha dicho. "Hay que defenderse de esta Toga Nostra que controla el PP por la puerta trasera", ha sentenciado, y ha criticado el silencio del PSOE ante la decisión del Supremo: "Todo lo que sentimos en [Pedro] Sánchez está relacionado con su mujer, pero cuando los jueces se niegan a aplicar una ley aprobada por un Parlamento ¿siente algo?

A su juicio, lo que está pasando es un "desafío" a la democracia, y ha definido "el acto de rebeldía" del Supremo como un "golpe de estado". En este sentido, considera que volver es confrontarlo, y ha añadido que ahora tiene más "herramientas" que en 2017 para defenderse: ha citado la ley de amnistía -"que ha servido y servirá", ha aseverado- y diversas resoluciones de instancias internacionales que han picado la corteza al Estado por vulneración de derechos.

Presión a los republicanos

Desde la noche electoral que Junts decidió, por un lado, intentar un pacto con los republicanos para investir a Carles Puigdemont y, por el otro, evitar una presidencia de Isla. La primera empresa difícilmente era posible porque no sólo necesitaba a ERC sino también la abstención de los socialistas, que ganaron el 12-M; pero la segunda empresa todavía lo es: todo está en manos de Esquerra y sus bases.

Jordi Turull lo ha dicho claro: "Haremos todo lo que podremos para impedir" que Salvador Illa sea presidente. "Nos jugamos seguir siendo nación. Si Isla es presidente tendremos que olvidarnos del estado propio porque habrá un proceso de desnacionalización". Y, en este sentido, se comprometió a ser "delante, detrás y al lado" de Puigdemont cuando decida volver. Para el expresidente, "hay una amenaza real de un gobierno presidido por el PSC más españolista, más cercano al PSC de Josep Borrell que al del presidente José Montilla".

También se ha referido a ello la presidenta de Junts, Laura Borràs: "Hoy como nunca les decimos a los compañeros de la CUP y Esquerra que tenemos que reunirnos, no nos volvemos a equivocar". "Nunca se fíe de una persona que se llama Isla, os clavará siempre una puñalada en la espalda", ha añadido el exalcalde Xavier Trias, que se ha despedido del Ayuntamiento de Barcelona esta semana. También el acto ha servido para decir adiós al hasta ahora senador Josep Lluís Cleries, quien también se retira.

La sensación de que había este sábado en la Catalunya Nord era que el pacto de investidura estaba prácticamente terminado y que, si dependía de alguien la elección de Isla, es de las bases de Esquerra. En este sentido, la promesa de volver precipita a los republicanos a un escenario: ¿avalarán el pacto e investigarán a Isla mientras Puigdemont vuelve y es encarcelado? El planteamiento de esta posibilidad por parte de Junts ya es una forma de presionar a ERC para que no apoye al líder del PSC, teniendo en cuenta que si se llega a este supuesto la política catalana entrará de nuevo en una fase de tensión. La ANC ya ha prometido que defenderá a Puigdemont, y el expresidente, con este movimiento, pretende volver a encender la movilización independentista: "Debemos salir de esta cárcel que es España".

Las filas de Junts esperaban expectantes el discurso del expresidente en el exilio, que se ha preparado en solitario a lo largo de la semana. También porque la información sobre las conversaciones con Esquerra -este viernes mismo Turull se reunió con la secretaria general de ERC, Marta Rovira- está muy bunquerizada. Ni la dirección ni la permanente del partido conocen exactamente lo dicho y tampoco cuáles son los planes exactos de regreso de Puigdemont más allá del compromiso de estar en el Parlament el día de la investidura. En todo caso, el mensaje que la cúpula ha enviado a las bases es de punto de inflexión: el reclamo por estar este sábado en la Catalunya Nord era que podía ser el último día que vieran a Puigdemont en libertad. Eso sí, siempre que haya debate de investidura.

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