La receta de Aznar para salvar la "hispanidad"

El expresidente carga contra el estado plurinacional, contra el Papa y contra el presidente de México

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Pablo Casado y José María Aznar en la convención del PP en Sevilla

MadridEl expresidente español José María Aznar se ha sentado este jueves junto a uno de sus discípulos políticos, el actual líder del PP, Pablo Casado, para bendecirle el camino hacia la Moncloa, pero también para mostrar su faceta más encendida contra el independentismo, que Casado siempre ha secundado. Aznar ha presumido de haber descabezado el plan Ibarretxe durante su mandato y de haber conseguido que entre el 1999 y el 2003 (cuando él era presidente del gobierno español) fuera cuando hubo un "sentimiento nacionalista más pequeño" en España según el CIS. ¿La receta? Aplicar la ley con todas sus consecuencias y no pactar con ningún partido independentista. Hacer lo contrario supone, para Aznar, poner en riesgo "la unidad de España". "España es una nación, no siete ni cuatro ni tres, ni diecisiete. Una nación plural, pero una. Ni un estado plurinacional, ni un estado multinivel ni la madre que los parió", ha espetado.

Aznar ha sacado pecho de haber ilegalizado Batasuna, por ejemplo, porque considera que fue uno de los momentos en los que "el constitucionalismo vivió mejor en el País Vasco". Por eso, ha cargado contra el gobierno español por haber pactado con formaciones como EH Bildu, a la que ha calificado de "organización terrorista", pero también con partidos independentistas como ERC. "¿Qué autoridad se tiene sobre el resto de la nación?", ha preguntado. Y siguiendo este hilo, ha culpado al actual gobierno de coalición de haber liquidado los "movimientos constitucionalistas" en el Estado porque "ha pactado con golpistas en vez de amparar a los catalanes que defienden la Constitución".

Pero no se ha quedado aquí. También ha apuntado a la lengua como uno de los factores a desarticular para frenar a los partidos independentistas. "En España hay una lengua común, lo dice la Constitución, que es el español", ha empezado. Las lenguas cooficiales como el catalán o el euskera, ha recordado, son las que se hablan en determinadas comunidades autónomas como Catalunya o el País Vasco. "Pero no son lenguas cooficiales en Madrid. Por lo tanto, en las instituciones de Madrid se tiene que hablar en castellano, que es el idioma que todo el mundo entiende", ha defendido justo cuando el Senado estudiará si ampliar el uso de las lenguas cooficiales en la cámara. De hecho, Aznar ha ridiculizado la inmersión lingüística en Catalunya, y también la voluntad del lehendakari Iñigo Urkullu de incrementar el uso del euskera en las escuelas vascas. "Es ridículo", ha dicho. "Es para que los niños solo hablen euskera y se entiendan solo entre ellos", ha añadido.

Acusa a Europa de complicidad con Puigdemont

Pablo Casado ha subscrito una por una las palabras de Aznar asintiendo con la cabeza. De hecho, él mismo había pedido consejo para frenar al independentismo a su padre político en el diálogo que han mantenido esta mañana en Sevilla en el marco de la convención del PP. Una muestra más de cómo se siente de cómodo Casado defendiendo las tesis más aznaristas. Los dos, además, también han coincidido en cargar contra el presidente español, Pedro Sánchez, por no haber hecho suficiente para que el ex president de la Generalitat haya comparecido ante la justicia española. Aznar, además, ha apuntado a la complicidad de Europa. "Una de las cosas que más me han escandalizado es que en el caso del prófugo de la justicia el ex presidente Puigdemont, la Abogacía del Estado sea utilizada en Europa en contra del Tribunal Supremo para impedir su extradición", ha dicho, y ha remachado: "Es un escándalo extraordinario y una auténtica vergüenza".

Casado lo ha aprovechado para volver a acusar a Sánchez de "bloquear" la renovación del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) el día que el Consejo de Europa ha emitido un nuevo informe alertando de la situación. En este punto, Aznar también ha criticado el nombramiento de Dolores Delgado como fiscal general del Estado -que el PP ha recurrido al Tribunal Constitucional-. "Un juez que abandona la carrera y se dedica a la política no puede volver a ser juez. Un fiscal que abandona la carrera y se dedica a la política no puede volver a ser fiscal", ha apuntado.

Censura el perdón del Papa a México

En la cruzada de Aznar para defender la nación española y la "hispanidad", el expresidente también se ha apuntado a la estrategia de la presidenta madrileña, Isabel Díaz Ayuso, de criticar incluso al Papa. Aznar lo ha hecho todavía con más sarcasmo que Ayuso. "Para defender la importancia histórica de la nación española, la historia de España -con sus claroscuros, con sus aciertos y con sus errores-, estoy dispuesto a sentirme muy orgulloso, pero no pediré perdón", ha dicho desafiante. Contestaba, así, al papa Francisco, que esta semana pidió perdón a México por los errores de la Iglesia durante la conquista de América. Ayuso recriminó este gesto al pontífice y Aznar se ha añadido con un ataque también contra el presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador: "Si no hubieran pasado ciertas cosas, [López Obrador] no estaría ahí ni se llamaría como se llama ni se habría podido bautizar. Ni se habría podido producir la evangelización de América", ha concluido.

El "votar bien" de Mario Vargas Llosa

Aznar ha cargado contra el "indigenismo" de América Latina, porque considera que es el "nuevo comunismo" del continente. Han profundizado en esta tesis unas horas después el líder opositor chavista, Leopoldo López, y el escritor peruano Mario Vargas Llosa, que ha confesado que, después de flirtear con otras formaciones como Ciudadanos o UPyD, las próximas elecciones votará al PP. Ahora bien, sobre la situación en América Latina, Vargas Llosa ha dicho que no es tan importante que haya "libertad" en unas elecciones como que se vote "bien". "Lo importante de unas elecciones no es que haya libertad, sino votar bien". Y ha añadido: "Los países que votan mal lo pagan caro".

Rajoy defiende el diálogo con Catalunya dentro de la Constitución

La casualidad ha hecho que hoy coincidieran en el tiempo, pero en dos espacios diferentes, Aznar y el también expresidente del PP Mariano Rajoy, que ha repetido tándem con el expresidente español Felipe González en el foro La Toja, en Pontevedra, tal como ya había hecho hace dos años. Su conversación ha sido una apuesta por la moderación, el bipartidismo y los acuerdos entre los dos grandes partidos en asuntos de estado. "Se echan de menos", ha dicho Rajoy, que, sin señalar a responsables concretos, ha abogado por un pacto para renovar los órganos constitucionales. González y Rajoy se han entendido también en la cuestión catalana y han aceptado la vía del diálogo que se ha abierto entre los gobiernos catalán y español, a pesar de que han dejado claros los límites de la Constitución. Eso sí, Rajoy ha manifestado que no le "gusta" que parezca que las dos administraciones están al mismo nivel y ha mostrado su escepticismo sobre los frutos del diálogo. A su entender, la vía unilateral no se ha aparcado porque esté triunfando la vía negociada sino porque el independentismo ha comprobado que España tiene "instrumentos que funcionan y los utiliza", como el 155 y el aparato judicial.

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