El PP fracasa en el intento de bloquear la elección de Ribera en Europa

La vicepresidenta española responsabiliza a Mazón y lamenta que se "burle" de los avisos meteorológicos

La vicepresidenta tercera del gobierno español, Teresa Ribera, en el Congreso
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MadridTeresa Ribera estaba terminando su turno de réplica cuando Alberto Núñez Feijóo se ponía el móvil en la oreja en el hemiciclo del Congreso. Hacía pocos minutos que se había conocido la noticia de que el Partido Popular Europeo votará a favor de la aún ministra de Transición Ecológica como nueva vicepresidenta primera de la Comisión Europea. Derrumbaba así la maniobra a la desesperada del presidente del PP, con la connivencia del alemán Manfred Weber, para desviar la responsabilidad de la gestión de la DANA de Carlos Mazón y dirigirla hacia el gobierno español. Mientras, Ribera también trataba de desmontar la versión que el PP ha instalado sobre la tragedia del 29 de octubre, según la cual la culpa del desastre sería de la Agencia Española de Meteorología (Aemet) y la Confederación Hidrográfica del Júcar, dependientes de su ministerio. "No hubo ningún apagón informativo", ha garantizado Ribera en su intervención.

La última argucia del PP era poner como condición a la elección de Ribera que dimitiera en caso de que sea imputada judicialmente por la gestión de la DANA, a lo que la ministra no se ha comprometido. Por el contrario, fuentes de su equipo subrayan que el reglamento de la Comisión Europea indica que sólo es obligatorio en caso de sentencia firme. Si se siguiera la propuesta del PP, la institución quedaría permanentemente bloqueada cada vez que un partido de la oposición en un estado miembro quisiera bloquear al candidato de su país, apuntan desde el entorno de Ribera. Por último, los populares europeos se limitarán a dejar constancia “de forma solemne” —no han especificado cómo— su deseo de que la vicepresidenta española dejara el cargo europeo si se viera involucrada en un procedimiento judicial.

Eso es precisamente lo que busca el PP, abrazado a la vía judicial como la única opción viable para derribar a Pedro Sánchez. Ya no sólo sugiere una posible imputación de Ribera por la DANA, sino que vaticina que este jueves el empresario Víctor de Aldama, encarcelado por un caso sobre fraude en el sector de los hidrocarburos, pueda salpicar a la ministra en su declaración voluntaria a la Audiencia Nacional por el caso Ábalos. La receta judicial en este caso busca sobre todo detener la hemorragia de credibilidad del gobierno de la Generalitat Valenciana. “Seamos serios. Si consideran que la información no es fiable y se burlan de las alertas rojas, es muy difícil sacar conclusiones que nos preparen bien para la siguiente calamidad”, ha manifestado Ribera desde el Congreso, ante la ofensiva del PP. La ministra ha hecho un largo repaso de los avisos de Aemet y la Confederación Hidrográfica –envió 198 correos, ha recordado–, con especial atención a la rambla de Poio, que se desbordó y arrasó con los municipios de l'Horta Sud.

“Actuar a tiempo a partir de un aviso meteorológico es la mayor medida para minimizar daños. [...] El nivel de afectación depende de que se alerte a la población con suficiente tiempo y suficiente claridad. Sirve de poco tener toda la información necesaria si quien debe responder no sabe cómo hacerlo”, ha subrayado Ribera, que en un principio ha querido dejar claras las funciones de cada uno. En este sentido, incluso ha advertido que la Aemet y la Confederación Hidrográfica actuaban el día de la tragedia bajo la "dependencia funcional de la dirección de la emergencia", que era de la conselleria de Interior de la Generalitat Valenciana. Su titular, Salomé Pradas, es la que admitió que no conocía el sistema de mensajes masivos a la ciudadanía hasta una hora antes de enviarlas, y esta tarde ha sido destituida.

Una hora con el Cecopio “a negro”

Ribera no ha revelado información que no se hubiera conocido ya en las tres semanas que han pasado desde la catástrofe, con una excepción: que el Centro de Coordinación Operativo Integrado (Cecopi), con algunos integrantes conectados por vía telemática, “pasó a negro” entre las seis y las siete de la tarde. El equipo de Ribera desconoce si la reunión continuó de 18h a 19h sin Aemet y la Confederación. A esa hora aún no había llegado Mazón a la reunión, algo que Ribera ha preferido no mencionar y ha dejado en manos de otros portavoces socialistas. La número dos del partido y vicepresidenta primera del gobierno español, María Jesús Montero, que ha intervenido durante la sesión de control previa a la comparecencia de Ribera, sí ha ido más allá: ha hablado de "negligencia manifiesta" del presidente valenciano ha abonado a la propuesta del PSPV de entregar los votos al PP para que nombre a un gobierno técnico sin Mazón y convoque elecciones dentro de un año. Pero el presidente está decidido a continuar incorporando perfiles militares a su ejecutivo.

Ribera no ha entrado en el terreno de pedir la asunción de responsabilidades al PP y se ha ceñido a poner en evidencia la reacción tardía de la Generalitat Valenciana. qué varias administraciones del Estado han actuado con más previsión. También ha responsabilizado al PP de dejar morir las actuaciones que debían hacer en las zonas inundables y que Ribera, como secretaria de estado de Medio Ambiente, había encarrilado a finales de 2011. La vicesecretaria de los populares Ester Muñoz le ha recriminado que "eche la culpa a Rajoy" y ha criticado que el 29 d octubre “no se enteró de nada porque estaba preparando su examen en Bruselas”.

El líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, en su escaño del Congreso.

Entre los aliados de Sánchez, algunos partidos han reprochado a Ribera que no tomara el control de la situación frente a la incapacidad de Mazón y que no haya comparecido hasta ahora. Con el cargo en el bolsillo, Ribera se ha excusado diciendo que estos días ha intentado compatibilizar con "solvencia y transparencia" la doble condición de ministra y de candidata a comisaria europea. Con el veto frustrado, Feijóo se agarra a que los socialistas tendrán que votar al candidato de Giorgia Meloni y desacreditar así el mantra de que el único socio de Vox es el PP.

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