Sallent admite que la información periodística del ARA sobre los carteles fue por delante de la investigación de los Mossos
La justicia archivó la causa porque no había delito de odio
BarcelonaLa Comisión General de los Mossos d'Esquadra fue la encargada de investigar los carteles denigrantes contra el Alzheimer de Pasqual Maragall que vieron la luz en la campaña de las pasadas elecciones municipales en Barcelona. Inicialmente, la policía catalana entendía que era un delito de odio, pero una vez identificados los tres autores, y habiendo practicado las diligencias pertinentes, concluyeron que la intención de la acción no era ésta. Pero los Mossos también comprobaron que la investigación paralela del diario ARA, que demostró que los carteles salieron de las filas de ERC y destapó una estructura paralela, "la B", dedicada a realizar contracampañas y motivo por el que ha dimitido Sergi Sabrià, iba por delante de la de los mismos agentes. Así lo admitió este viernes el comisario jefe de la policía catalana, Eduard Sallent. "Supimos que los periodistas tenían las investigaciones mucho más avanzadas de lo que nosotros habíamos podido acreditar a través de las diligencias", afirmó.
Sallent ha explicado que tanto la Fiscalía como la Judicatura descartaron una causa penal porque no consideraban que los carteles supusieran un delito de odio contra los enfermos de Alzheimer. "Pueden haber responsabilidades de otro tipo, pero no un reproche penal", ha añadido. Según ha publicado La Vanguardia, el auto del juez afirma que "no se advierte la intencionalidad de generar odio hacia los enfermos de Alzheimer", e, incluso, que uno de los investigados "se pensó que era para erradicar la enfermedad de Barcelona". A su vez, la Fiscalía tampoco ve delito de odio y dice que es una "maniobra política de dudoso acierto" que podría ser sancionable por la vía administrativa. En cualquier caso, el juez decidió archivar toda la instrucción.
El ARA sí continuó investigando los hechos y, finalmente, ha acabado destapando como el ataque hacia Pasqual y Ernest Maragall, el candidato de ERC de las municipales del 2023 al ayuntamiento de la capital catalana, vino de las filas de los propios republicanos. Esa acción de falsa bandera –con el objetivo de situar, supuestamente, al candidato en el centro de atención de los medios– tambiénhizo aflorar una estructura paralela que organizaba acciones al margen del partido que se pagaban a militantes a través de una empresa afín, Relevance. Lo demuestran facturas de 1.000 y 2.000 euros presentadas en diferentes períodos, y no sólo a nombre del militante que encargó los carteles, sino también de uno de los chicos que colgó. El ARA tiene constancia de al menos tres acciones promovidas por este grupo, aunque varias fuentes elevan el número a decenas, muchas a través de las redes sociales en forma de perfiles falsos.
Precisamente por esta facturación, la Fiscalía apunta a un posible delito de falsedad documental, aunque el juez acaba desestimando.
"En política los errores se pagan"
A raíz de esta investigación, el hasta ahora viceconsejero de Estrategia y Comunicación, Sergi Sabrià, ha decidido terminar esta semana. Él tenía un rol preeminente en esta comunicación B del partido, y en el caso de Maragall, pese a no idear la acción, tuvo constancia justo después de que había sido un ataque de falsa bandera y lo encubrió. “Hice de bombero e intenté apagar un incendio que habían creado otros”, defendió en una comparecencia en la sede del partido en la que le acompañaron dirigentes de máximo nivel como la vicepresidenta Laura Vilagrà, la consellera Natàlia Mas, el propio Ernest Maragall y la secretaria general adjunta Marta Vilalta.
En este sentido, el expresidente de ERC Joan Puigcercós comparte que se hayan depurado responsabilidades, ya que "en política los errores se pagan". Puigcercós ha afirmado en Catalunya Ràdio que "este error se le puede atribuir a Sabrià", al que ha reconocido "momentos brillantes" en el partido.