Sánchez se reúne con el opositor Edmundo González mientras crece la tensión con Venezuela
El presidente del Parlamento de Caracas plantea a los diputados romper relaciones diplomáticas con España
MadridLa acogida en Madrid de Edmundo González Urrutia, el líder opositor en Nicolás Maduro, abre una fase desconocida en las relaciones entre España y Venezuela. Lejos de los focos, el presidente del gobierno español, Pedro Sánchez, se reunió durante una hora esta mañana en la Moncloa con el autoproclamado vencedor de las elecciones en el país latinoamericano, mientras el presidente de la Asamblea Nacional venezolana, Jorge Rodríguez, hombre fuerte del gobierno chavista, ha amenazado con romper relaciones diplomáticas. Este jueves ha propuesto en el Parlamento de Caracas, controlado por el chavismo, una iniciativa que inste a Maduro a dar este paso, si bien la decisión recae exclusivamente en él. Todo ello, el edía siguiente que el Congreso de los Diputados español aprobara una resolución favorable a reconocer a González Urrutia como ganador de los comicios del pasado julio.
La Moncloa no había publicitado con antelación el encuentro con el líder opositor, alojado en Madrid desde el domingo, en algún lugar que el ministerio de Exteriores no quiere revelar por motivos de seguridad. A través de un comunicado, González Urrutia ha dejado claro que su compromiso con el mandato supuestamente recibido por el "pueblo soberano de Venezuela es irrenunciable" y ha mostrado su "gratitud en el Congreso por el reconocimiento de mi victoria en las elecciones". Tanto Sánchez como el líder opositor han coincidido en "trabajar a favor de la democracia", en palabras del presidente español, y en "trabajar conjuntamente por una transición a la democracia", siguiendo la literalidad del texto de González Urrutia. Sin embargo, de momento no se ha encontrado la fórmula.
Sánchez ya dejó claro desde China que no dará por victorioso aún a González Urrutia porque la posición del gobierno español, en sintonía con la Unión Europea, es que Maduro haga públicas las actas electorales y constatar así los resultados de las urnas . El presidente español pidió también un "margen de mediación". En cambio, el PP va más allá y logró una mayoría en la cámara baja por considerar ya a González Urrutia presidente legítimo. La derecha española sumó al PNV. Los nacionalistas vascos, que rivalizan con EH Bildu en Euskadi, han querido diferenciarse de posiciones que den todavía cierto oxígeno a la "dictadura chavista", argumentaban.
Choque diplomático
"¿Ellos habrían acogido con beneplácito si Venezuela hubiera dicho que creía en la consulta para que Catalunya fuera independiente?", se preguntaba el chavista Rodríguez. Habrá que ver si se complican las relaciones diplomáticas. Antes de romperse, hay pasos previos como el llamamiento a consultas del embajador o su retirada, o bien la expulsión de la delegación española en Venezuela, y nada de eso ha sucedido. De hecho, el ministro español de Exteriores, José Manuel Albares, recuerda que la embajada en Caracas "funciona con normalidad". Así, ha responsabilizado al PP de la situación y ha lamentado que "se sirva del pueblo venezolano para atacar al gobierno español". "Vamos a mantener la vía diplomática como forma de relación. Hago un llamamiento a los partidos para que no podemos salirnos del guión de la Unión Europea", ha subrayado la vicepresidenta primera, María Jesús Montero.
Mientras tanto, el PP alimenta las tensiones y su portavoz, Borja Sémper, consideró que una hipotética ruptura de relaciones diplomáticas y comerciales entre Venezuela y España sería un "comportamiento normal y natural de una dictadura" y de un régimen que "agoniza", según ha dicho en una entrevista en Telecinco. El dirigente conservador ha animado a que esta agonía sea "lo más rápida posible" porque "Venezuela y los venezolanos merecen un gobierno democrático" y vivir "en un país libre".