Partidos políticos

Turull no veta entendidas con Aliança Catalana en los municipios: "De pactos hablaremos al día siguiente de las elecciones"

El secretario general de Junts admite, sin embargo, que en las filas de Orriols hay "discursos" que no respetan las líneas rojas de Junts

BarcelonaLa encuesta del CEO que pronostica un empate entre Junts y Aliança Catalana como tercera fuerza no preocupa a Jordi Turull. Al menos, eso es lo que el secretario general de Junts ha intentado transmitir este martes después de que el lunes se hiciera público ese sondeo, que señala que un 21% de los catalanes que optaron por la papeleta de Carles Puigdemont en el Parlament ahora optarían por la de Aliança Catalana. Ahora bien, esto no hará que Junts vire de dirección. "No haremos cosas por cuatro votos que nos hagan caer la cara de vergüenza a los dos años [...]. Sería una contradicción que, por unas encuestas, diéramos un volantazo", ha dicho en una rueda de prensa organizada por el Diario de Barcelona, elaborado por los estudiantes de periodismo de la UPF. Unas encuestas tras las que, según Turull, existe un "relato" e intenciones "confesables e inconfesables". "No me preocupan las encuestas, me preocupa la situación del país", ha dicho, y ha recordado que el último sondeo del CEO medio año antes de las elecciones de 2024 también pronosticaba un bajón de Junts que finalmente no se cumplió –entonces, sin embargo, el partido aún no había confirmado a Puigdemont como candidato–. Sin embargo, el secretario general de los junteros ha evitado vetar pactos con el partido de Sílvia Orriols.

La competencia entre Junts y Aliança Catalana ha centrado varias de las preguntas de los estudiantes, que han pedido a Turull aclarar si la formación se plantea pactar con el partido de Sílvia Orriols. El precedente es lo que ocurrió en Ripoll en el 2023, cuando la agrupación local se rebeló contra la cúpula, que apoyaba el cordón sanitario, y se negó a sumar con el PSC, ERC y la CUP para impedir que Orriols llegara a la alcaldía; un año después, con las elecciones catalanas, Aliança entraba en el Parlament con dos diputados y la dirección de Junts ya se alineaba con la agrupación local en la negativa a articular una moción de censura para echarla de la alcaldía.

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En defensa "de un solo pueblo"

En este escenario, Turull ha evitado concretar qué relación mantendrán con el partido de extrema derecha independentista tras los comicios municipales de 2027. "De la política de pactos siempre digo que debemos hablar al día siguiente de las elecciones. Cada pueblo es un mundo diferente", ha apuntado. A continuación, eso sí, ha subrayado que Junts tiene "líneas rojas", como la convicción de que Catalunya es "un solo pueblo" -principio transversal al catalanismo que unió del PSUC a Convergència- y el respeto a los derechos y libertades fundamentales.

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"Pero ¿no considera que Aliança Catalana no cumple con estos principios?", ha repreguntado entonces uno de los estudiantes. Turull ha evitado pronunciarse con claridad al respecto, si bien ha admitido que entre las filas orriolistas ha visto "discursos y posicionamientos" que no respetan estas líneas rojas. En el Parlament, Junts forma parte del pacto para el cordón sanitario en Vox y Aliança Catalana que han firmado el PSC, ERC, Comuns y la CUP.

Hace un año, Turull marcó distancias sobre la posibilidad de pactar, acusando a la formación de Orriols de encarnar "el anti-Catalunya" y atizar "los discursos del odio": "No queremos saber nada y queremos combatirlo", decía entonces. Aliança Catalana sí se ha mostrado dispuesta a pactar con los de Puigdemont. Turull ha alertado de que su partido no quiere ser "una alternativa a Alianza", sino en el gobierno de Salvador Illa.

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El Gobierno no hace autocrítica

Pero ante el ascenso de la extrema derecha que muestra el CEO, el ejecutivo del PSC tampoco hace autocrítica. En rueda de prensa este martes, la portavoz y consellera de Territori, Silvia Paneque, ha defendido que la mejor manera de hacerle frente es seguir impulsando su "agenda de progreso y reformista" y ha negado que el PSC haya querido dar alas a Aliança para sacar rédito electoral, tal y como ha sugerido la CUP.

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Desde el Parlament, el diputado anticapitalista Xavier Pellicer ha acusado a Isla de "banalizar" la formación de extrema derecha en sus discursos en la cámara y de darle protagonismo para "debilitar" Junts. Comunes, a través del portavoz parlamentario, David Cid, ha recetado al Govern como antídoto al auge reaccionario poner remedio a la crisis de acceso a la vivienda, cuestión que el CEO sitúa con un amplio margen como primera preocupación de los catalanes: "Lo que hace falta es que la gente vea que sus problemas reales y concretos se resuelven" —informa Víctor Sanz Guerrero. En este sentido, el Govern también ha contextualizado la subida de Aliança y Vox en las encuestas en la ola reaccionaria que se vive en el mundo, más allá de Catalunya. Aún así, defendió que el sentir mayoritario de los catalanes es querer ser un "país de acogida".

La encuesta llega en un momento en que hay voces dentro de Junts, sobre todo en el flanco de los alcaldes, que reclaman un cambio de rumbo para evitar malos resultados en los comicios del 2027, pero también tras la ruptura con el PSOE y la reorganización del grupo parlamentario. La diputada Mònica Sales sustituye a Albert Batet como presidenta del grupo parlamentario y Salvador Vergés será el nuevo portavoz. Turull ha negado que este movimiento suponga haber "degradado" a Batet, que se convierte en mano derecha de Puigdemont para preparar su regreso y gira por el territorio catalán. Un regreso que el partido prevé que "sacude" el tablero político e, incluso, las expectativas electorales de Junts.