¿Qué hacen las universidades catalanas frente a los actos de la extrema derecha?

Responden de forma divergente a los actos organizados por Estudiants pel Canvi y Se ha Acabado

La Universidad de Barcelona
16/05/2025
4 min

BarcelonaLas universidades vuelven a ser epicentro de experimentos e incendios políticos de la extrema derecha. La derecha radical vuelve a adentrarse en la guerra ideológica y las aulas son una pieza clave. Con la estrategia de entrar con fuerza para realizar su batalla cultural, también están alborotando las clases y denunciando censuras. Así, Estudiantes por el Cambio (EPC) denunció el viernes de la semana pasada el veto de la Universidad de Barcelona en una charla sobre el imperio español del historiador franquista Fernando Paz, que ha flirteado con movimientos neonazis y que incluso Vox tuvo que renunciar a que fuera cabeza de lista para Albacete las elecciones estatales del 2019. Un veto que desde la UB se defendió porque Paz "defiende unos valores contrarios a los de nuestra universidad, y va en contra de los derechos de los homo" Ahora bien, este jueves se ha celebrado un acto de S'A Acabat (S'H) en la Universidad Pompeu Fabra con componente ultra, ya que intervenía el diputado de Vox Alberto Tarradas. ¿Las universidades están respondiendo igual, pues, a los actos que promueve la extrema derecha?

Es evidente que pese al veto de varios actos con alto contenido polémico, las dos entidades de extrema derecha presentes en los claustros estudiantiles, EPC y S'H, han podido celebrar los actos que se han ido proponiendo, pese a optar por una estrategia victimista y denunciar la "censura" en la misma UB. Por ejemplo, Se ha terminado denuncia la censura de un acto en la UAB con el profesor españolista Rafael Arenas a finales de abril –según la universidad no se había pedido ningún espacio–, pero celebró el jueves con total normalidad un coloquio con la fundación ultraconservadora Neos y su director, Javier Martínez-Fresneda; el diputado de Vox Tarradas; el presidente de Impulso Ciudadano, Pepe Domingo, y la diputada popular Lorena Roldán.

Por el día de la mujer, S'H también salió adelante un acto en la UPF con la diputada de Vox Mònica Lora y también la popular Lorena Roldán, además de numerosos actos de perfil económico o con dirigentes de extrema derecha retirados como Iván Espinosa de los Monteros. También denunciaron el veto el pasado año en la UB del portavoz estatal de Vox en inmigración, Samuel Vázquez.

En cambio, Estudiants pel Canvi sí salió con una charla sobre vivienda en octubre del año pasado en la UB, de la mano del diputado y portavoz de Vox de Vivienda, Carlos H. Quero. Por su parte, a la misma entidad se le impidió un acto en la UB para proyectar en enero un documental xenófobo lleno de falsedades que señalaba a los paquistaníes como un conjunto responsable de violaciones en Reino Unido. En paralelo, este jueves S'H también ha denunciado un acto en la fiesta mayor de la UPF llamado Tiro al fascista en la que debía acertar el disparo en los logotipos de la entidad estudiantil, Vox, PP y Aliança Catalana, lo que ha hecho que el PP pida una condena pública del Govern. En cualquier caso, la universidad sostiene que el acto ha estado fuera de sus espacios y que es "autogestionado" por los estudiantes.

Semejanzas y divergencias entre universidades

Las tres universidades afectadas por actos de extrema derecha han tenido divergencias sobre qué hacer frente a la organización de actos por parte de la extrema derecha. Tal y como ha declarado en el ARA, la Universidad de Barcelona tiene un criterio claro sobre qué vetos establecer, como practicaron el pasado viernes con el historiador franquista. Fuentes de la institución aclaran que la autorización a pedir recibe "respuestas afirmativas y negativas en función de la tipología de acto, la disponibilidad de espacios o criterios de oportunidad y adecuación", pero es clave que "cualquier acto que se haga en la universidad debe respetar los valores y principios recogidos en el Estatuto de la Universidad de Barcelona" y también. Para rechazar cualquier acto se tiene en cuenta la trayectoria académica y cuando son "actos con un componente político partidista" se pone por encima de todo "dar prioridad a la pluralidad" y "evitar conflictos que alteren la convivencia universitaria". Es decir, a grandes rasgos se intenta evitar los actos de la extrema derecha, pero admiten que si está convocado por una asociación de estudiantes legal hay menos margen para hacerlo.

En cuanto a la UPF, fuentes de la Universidad remarcan que los estudiantes pueden promover la creación de asociaciones universitarias, que deben estar inscritas en el Registro de Asociaciones de la Generalitat, y que "todas las asociaciones tienen los mismos derechos y deberes", que regula la normativa de las asociaciones de estudiantes. Precisamente, prevé el derecho a organizar actividades ya disponer de espacios de la universidad, aunque desde la UPF puntualizan que es necesario "respetar el Código Ético, la libertad de expresión, la legalidad vigente y la normativa propia de la Universidad". Unos límites que a menudo la extrema derecha puede chocar, pero que Se ha Acabado ha trampeado con convocatorias que incluyen otras sensibilidades.

Desde la UAB, en cambio, se limitan a decir que "para ceder espacios comunes de la universidad a entidades", "deben estar inscritas" en el directorio de colectivos y "luego se comprueba que la actividad propuesta sea coherente con el objetivo de la entidad". Por ejemplo, Se ha Acabado forma parte de los colectivos y es uno de los que alquilan espacios. El último elemento al que se aferran y que puede hacer tumbar una actividad es "la adecuación de la actividad al espacio solicitado y la disponibilidad". Sin embargo, en la UAB el movimiento antifascista suele organizarse para hacer frente.

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