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Organizaciones juveniles

La extrema derecha llega a las universidades catalanas

El aterrizaje de entidades unionistas derechistas en los claustros se consuma mientras el independentismo conserva una amplia mayoría en un clima diferente

La asociación Estudiantes por el Cambio, en la UB.
03/03/2025
4 min
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BarcelonaLa extrema derecha vive un momento de crecimiento en todos los niveles. En política es evidente, con formaciones como Vox o Aliança Catalana como ejemplos en Cataluña y el Estado. Las encuestas apuntan a que los jóvenes son su principal nicho de mercado y las estrategias comunicativas a menudo se dirigen a captar a personas de esta franja de edad. Ahora también en la universidad, con sindicatos como Estudiants pel Canvi (EPC), que ha pasado de uno a cinco representantes en el claustro de la Universidad de Barcelona.

EPC nació en el 2009 como un sindicato estudiantil españolista, y se quiso recuperar en el 2021 después de años de caída libre, pero hasta ahora no había conseguido levantar cabeza, probablemente taponada por su principal competidor, Se ha Acabado, nacido en el 2018. Recuperado por Santi Acosta, el perfil de EPC está próximo a Vox y tiene diez estudiantes activos; él mismo es concejal de este partido en el Ayuntamiento de Sentmenat. "Nuestro pensamiento puede vincularse más a unos", sostiene, admitiendo la conexión con Vox, pero añade que quieren ir a su "bola"; además, dice que la entidad no está vinculada a ella y que también existe algún miembro del PP. Eso sí, se declara con "tendencia de derechas", "antiinmigración" y "patriota" español con voluntad de librar la "batalla cultural" –han hecho campañas contra el velo islámico–. En su opinión, la batalla nacional continúa en las universidades y EPC busca la "neutralidad política, la libertad y la no discriminación", ideológica y por lengua –defiende el castellano.

A finales de enero, ya protagonizaron una polémica cuando intentaron proyectar –la UB lo acabó impidiendo– un documental sobre "violadores musulmanes" en Reino Unido, creado por Tommy Robinson, condenado por desacato por haber repetido mentiras contra un refugiado sirio. El sindicato también ha ensanchado los temas que trata, como la vivienda: realizaron un acto en octubre con el diputado de Vox Carlos H. Quero. Pero su actividad puede chocar con la de Se ha Acabado: "Se ha Acabado ha sido más en el ámbito civil y nosotros, en el institucional. Tenemos la característica de presentarnos a las elecciones; cuando vimos que Se ha Acabado se presentaba en la UPF trasladé a la presidenta [de la entidad] que nos chocaba". A pesar de ser "diferentes", tienen puntos en común, por ejemplo algún invitado: la semana que viene se encontrarán con Josep Bou, que ya había hecho actos con Se ha Acabado en el Club Empel.

A Se ha Acabado, al principio "había división y se optó por ser más bien un movimiento y no participar en las elecciones claustrales", explica su presidenta, Andrea Llopart. En enero entraron por primera vez en un claustro, con voluntad de incidir, y destaca que todavía viven "momentos duros, incluso violentos, cuando en un stand en un acto se nos quiere echar", pero admiten que la tensión política se ha rebajado. Por eso, la entidad –que dice tener 30 estudiantes de la UPF y 25 de la UB– se ha "adaptado": "Seguimos luchando por la unidad de España y por la presencia del Estado en Catalunya, por el español, y por otros temas como vivienda o la calidad estudios y la falta de trabajo bien remunerado". Tampoco evitan la seguridad u oposición a cuotas de género, y han optado por invitados variados, incluido Iván Espinosa de los Monteros, que rompió con Vox.

De hecho, Se ha Acabado es un espacio de disputa entre el PP y Vox: mientras que la anterior presidenta, Júlia Calvet, fue a parar a Vox como diputada, la actual presidenta anunció el voto por Alejandro Fernández (PP) el 12-M. Y aquí Llopart ve una fortaleza: "Vamos por nuestro camino: unos dirán que somos mucho de Vox y otros que somos mucho peperos. Nos va bien que nos apoyen, que nos pidan la opinión, que confíen, pero somos muy independientes". Sobre una posible disputa con EPC en comicios universitarios, apostaría por presentarse juntos, aunque reivindica la transversalidad de Se ha Acabado, mientras que "Estudiantes para el Cambio está más cerca de Vox", ya que es "su sindicato".

La portavoz del Sindicato de Estudiantes de los Países Catalanes (SEPC), Tània Ros, asegura que les "preocupa" la aparición en claustros de "grupos fascistas", si bien el movimiento estudiantil independentista y progresista es mayoritario. "Es inaceptable que se dé espacio a estos discursos, porque son extremistas que esparcen discursos de odio. Los echaremos de las aulas y también de las calles", remarca, añadiendo que siguen comprometidos a protestar contra ellos. En todo caso, el sindicato de la izquierda independentista, mayoritario y presente en 50 asambleas –primera bastante clara en la UAB y en la UB; y segunda en la UPF– está "fuerte", pese al "momento de retroceso de la movilización" tras la pandemia y de la liberación de los presos políticos.

Por su parte, el hasta ahora presidente de la Federación Nacional de Estudiantes de Catalunya (FNEC), Eduard Pla –este viernes hay relevo en la organización, que tiene 60 militantes y está presente en UAB, UB y UPF, universidad donde ganan–, sostiene que "la batalla continúa" y comenta el veto a los "Catalunya". "Se ha terminado y otras marcas blancas son grupos minoritarios, pero hacen mucho ruido, tienen mucho apoyo de medios estatales; queremos contrarrestar su apoyo ficticio y amplificado".

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