Residències

Vuelven las actividades exteriores a las residencias de gente mayor para los usuarios vacunados

Salud relaja el protocolo y elimina que se tengan que someter a pruebas diagnósticas o aislamientos cuando vuelvan al centro

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Residencia. Manolo Garcia

MartorellEl efecto positivo de la vacuna contra el coronavirus ya se ha empezado a notar con la reducción drástica de positivos y hospitalizaciones en las residencias de gente mayor y, a partir de ahora, también en las actividades y funcionamiento de los geriátricos sin ningún brote activo. Después de un año de restricciones y cierres, los usuarios empezarán a recuperar cierta normalidad. Como gran novedad se fija que los inmunizados (o sea, los vacunados que ya hayan recibido las dos dosis o los que hayan pasado el covid en los últimos tres meses) dejan de ser contactos estrechos de positivos. Esto significa que no quedarán aislados ni tendrán que someterse a ningún test diagnóstico cuando salgan de la residencia. Las pruebas solo se usarán en el supuesto de que presenten síntomas compatibles con el coronavirus. La nueva normativa da respuesta a familiares, puesto que tendrán más facilidades para ver a sus seres queridos, y a las residencias, que también querían claridad en los protocolos, sobre todo en cuanto a la contratación de profesionales. 

En la enésima actualización del protocolo específico, Salud abre la puerta a los centros libres de covid para que los usuarios con la doble dosis de la vacuna puedan entrar y salir de la residencia sin más restricción que las medidas de protección e higiene, y sin que se tengan que someterse a pruebas de detección ni aislamiento.

El relajamiento de las normas permitirá que las residencias verdes recuperen las actividades de ocio y terapéuticas que se hacían tanto en el interior del centro como en el exterior, como por ejemplo ir al cine, al teatro o a un centro cívico. La tranquilidad que supone que los usuarios estén inmunizados hará que, cuando vuelvan al centro, no haga falta que pasen por ningún cribaje, más allá de seguir las medidas de higiene actuales, como la desinfección de zapatos o de la silla de ruedas y la limpieza a 60 grados de la ropa que usen en la calle.

Se recuperan los espacios comunitarios de estas residencias, que durante el año pandémico se cerraron para reducir la interacción y minimizar riesgos. Los residentes se podrán encontrar en grupos de menos de 15 personas, siempre que mantengan distancias de 1,5 metros. El protocolo de visitas también se flexibiliza: se podrán recibir hasta tres personas en una visita y no habrá límite en las salidas exteriores.

Sin límite de salidas

El objetivo es que la gente mayor vuelva a tejer relaciones a un nivel similar al de antes de la pandemia. Y la vacuna es el pasaporte para hacerlo, ahora que casi nueve de cada diez residentes y tres cuartas partes del personal ya tienen puesta la segunda dosis. Para estos casos, las salidas también son libres, sin límite de días ni de tiempo. Y si se trata de residentes con capacidad cognitiva para tener conciencia de los riesgos y del cumplimiento de las restricciones establecidas podrán incluso salir solos a dar una vuelta. Es un gran cambio y un alivio para las familias, que sufrían porque antes los residentes tenían que pasar días aislados en una habitación en solitario si salían del centro, cosa que perjudicaba a su estado emocional y de ánimo.

Otra gran novedad es que los nuevos ingresos se integrarán directamente a la vida ordinaria del centro si han recibido las dos inyecciones o hace menos de tres meses que han pasado la enfermedad. Esto significa que en estos centros sin casos activos se renunciará a hacer cribajes y aislamientos a los nuevos residentes. Para los que no hayan completado la pauta inmunológica se mantiene, en cambio, la exigencia de una PCR negativa y los 14 días de aislamiento en las zonas amarillas habilitadas para segregar residentes. 

En el caso de las residencias o zonas amarillas (con brotes controlados pero con zonas diferenciadas) o rojas (con brotes incontrolados y sin sectorizació del centro), la normalidad será mínima y los usuarios se mantendrán como hasta ahora: sin poder disponer de espacios comunes y con la prohibición de salir.

Patronales y equipos directivos también consiguen que se los escuche en este nuevo protocolo. Salud autoriza a que los centros pregunten a los visitantes si han sido vacunados, además de interrogarlos sobre posibles síntomas compatibles con el coronavirus. Además, también se relaja la pauta para el cribaje de plantillas porque, como pasa con los residentes, el personal dejará de ser contacto estrecho de un positivo si ha recibido las dos dosis de la vacuna o ha ido con la protección correcta. Es decir, no tendrán que hacer cuarentena, señala el documento.

Las residencias tendrán que tener una bolsa de trabajadores para hacer frente a bajas de la plantilla ordinaria y se recomienda que se los vacune antes de empezar el trabajo. Además, a los nuevos profesionales contratados se les hará formación específica sobre medidas de autoprotección.

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