Adiós, Barcelona: el covid saca a la población de la ciudad

La capital pierde unos 13.000 habitantes y rompe la tendencia al crecimiento de los últimos años

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Imatge aérea de la capital catalana, donde el precio del alquiler está estabilizado.

BarcelonaLa crisis del covid ha llevado a algunos vecinos de grandes ciudades como Barcelona a buscar una forma de vida diferente, en entornos menos densos, con más naturaleza. Hacía cinco años que Barcelona ganaba habitantes de manera moderada pero constante, sobre todo por la llegada de población extranjera –más de la mitad de los barceloneses han nacido fuera de la ciudad–, pero la pandemia ha marcado un punto de inflexión también en esta tendencia y ahora la curva es descendente. Una bajada de alrededor del 0,8% –con datos cerrados el mes de octubre–, que no se veía desde hacía una década. Se suma al exceso de mortalidad debido a la pandemia, el freno a la inmigración –se va más gente de la que llega– y el hecho que muchos barceloneses, ahora teletrabajadores, han buscado lugares más cómodos para pasar los meses de las restricciones. Algunos se han instalado en segundas residencias de pequeños municipios playeros o de zonas de montaña, y otros se han trasladado a poblaciones residenciales pero de dimensiones más reducidas.

evolución población barcelona

Lo recoge el análisis del movimiento migratorio en tiempo de covid-19 que ha elaborado la Oficina Municipal de Datos basándose en la información del padrón entre los meses de enero y octubre de 2020 y con el aviso de interpretar con "prudencia" las cifras, que recogen un periodo corto de tiempo. La fotografía fija del momento muestra que la ciudad ha perdido, en estos meses, 13.094 habitantes.

Entrando ya en el terreno de las posibles explicaciones del fenómeno, hay unas 3.600 bajas que se pueden atribuir a la sobremortalidad causada por el covid hasta octubre, y el Ajuntament calcula que entre 3.000 y 5.000 barceloneses se han empadronado en otros municipios catalanes, donde probablemente tenían segunda residencia. Por eso aumenta de manera significativa el flujo de población entre Barcelona y municipios como l'Escala (Alt Empordà), Sant Pol (Maresme) y Roda de Berà (Tarragonès). Un crecimiento "atípico", según el análisis del Ajuntament.

Sacar conclusiones sobre si estos movimientos son anecdóticos y se cambiarán cuando todo vaya volviendo a la esperada normalidad es apresurado, según los responsables del estudio, por la dificultad de analizar datos del padrón en periodos tan cortos de tiempos y por la coletilla que el covid lo ha sacudido todo. "Podría ser solo un accidente", defiende el regidor de Presidència, Jordi Martí, en cuanto a la tendencia de la ciudad a enviar vecinos hacia otros municipios catalanes. Hasta ahora Barcelona no centrifugaba, sino que recibía población, tanto a escala de Catalunya como de otros países. Con el covid el saldo migratorio de la ciudad ha pasado a ser negativo.

La inmigración se desploma

Desde el mes de junio, que es cuando los registros de la ciudad volvieron a funcionar con normalidad después de la parada general por el confinamiento, hasta octubre, que son los últimos datos consolidados, la emigración ha aumentado un 8% en relación con el mismo periodo del año anterior, pero, en cambio, el número de personas que llegan de fuera se ha desplomado un 43,7%. Es decir: si 28.152 personas han marchado de Barcelona, solo han llegado 23.469. Y la natalidad también ha ido gradualmente a la baja y ha quedado por debajo de los mil nacimientos mensuales: ahora oscila entre 900 y 950.

Si se miran los movimientos internos de los barceloneses hacia otras poblaciones catalanas, destaca que ahora se escogen más municipios pequeños, de menos de 5.000 habitantes, y que reciben población localidades con un marcado perfil turístico como Bellver de Cerdanya y Calafell (Baix Penedès), donde se han detectado alteraciones en el saldo migratorio. Pero también más residenciales, como Sant Cugat del Vallès. El estudio determina que los barceloneses y barcelonesas que hicieron este paso vivían, mayoritariamente, en barrios de renta más alta que la media de la ciudad. Las tasas de emigración más elevadas se dan en zonas como Pedralbes, las Tres Torres y la Villa Olímpica del Poblenou y Diagonal Mar. Los movimientos se podrían asociar a un perfil de población con un nivel de renta medio-alto o alto, que tiene la posibilidad de trabajar a distancia y que busca lugares para pasar mejor la pandemia.

La fotografía, avisan desde el Ajuntament, es todavía demasiado tierna para sacar conclusiones y habrá que hacer el seguimiento durante los próximos meses, y sobre todo a medida que se relajen las restricciones con el adelanto de la vacunación, para poder determinar si la tendencia a huir de la gran ciudad ha venido de mano con el covid para quedarse o si es solo una anécdota del momento.

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