Los alcaldes piden recursos para poder aplicar las restricciones

Los municipios sin toque de queda temen un efecto llamada hacia sus poblaciones

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Los alcaldes están preocupados porque no tienen herramientas ni recursos para cerrar el acceso en las playas y calas

GironaPreocupación entre los alcaldes que, a partir del viernes a la medianoche, tendrán que aplicar las restricciones anunciadas por el Govern para parar los contagios. “Hay que aplicar medidas, pero esperamos que vayan acompañadas del apoyo y de los recursos que hacen falta. Si trasladamos la responsabilidad a los ayuntamientos, hace falta que los dimensionemos para que puedan prestar estos servicios”, reclama el alcalde de Port de la Selva, Josep Maria Cervera. “Es materialmente imposible cerrar kilómetros y kilómetros de espacios naturales como las playas: no tenemos ni suficiente personal ni siquiera suficientes vallas. Este tipo de recomendaciones son imposibles de cumplir”, reconoce su homólogo en Roses, Joan Plana. Además, si el TSJC avala el toque de queda en 161 municipios, los pueblos que no tienen esta restricción temen un efecto llamada: “Estamos rodeados de poblaciones que sí tienen toque de queda, y estamos preocupados por si la gente viene hacia aquí: no tenemos suficientes efectivos policiales para llegar a todas las calas y playitas que tenemos”, admite la alcaldesa de Begur, Maite Selva.

Muchas poblaciones pequeñas y medias o bien no disponen de policía local o tienen una plantilla reducida. “Cada verano aumentamos las dotaciones y las horas extras, pero más no podemos. Y también sabemos que los Mossos no tienen muchos efectivos, también son los que son”, indica la alcaldesa de Santa Cristina d'Aro, Lourdes Fuentes. En este municipio no estaba previsto pedir que se aplicara el toque de queda, pero esta mañana el Govern ha rectificado y lo ha incluido en la lista: esta población quedaba rodeada de municipios donde, si el TSJC lo avala, no se podrá circular entre la 1 y las 6 de la madrugada. “Nos preocupaba mucho que la gente viniera a seguir la fiesta aquí porque todos los pueblos de al lado tienen toque de queda”, añade Fuentes.

El Empordà, dividido por el toque de queda

De hecho, en el Baix Empordà y la Selva gran parte de los municipios, sobre todo del litoral, estarán afectados por las restricciones de movilidad nocturnas, si el TSJC las avala. Por el contrario, en el Alt Empordà no hay ninguna población afectada: en todas partes se podrá circular sin limitaciones, y esto podría provocar que muchos ciudadanos decidieran desplazarse hacia el norte para evitar que los multen si salen por la noche. “Lo hemos visto con la restricción de vehículos en el Cap de Creus: cuando en Cadaqués y Roses los han regulado, nosotros hemos tenido que ir detrás porque la gente optaba por acceder ahí desde nuestro municipio. En el momento que regulas, la presión por algún lado se tiene que escapar”, afirma Cervera. 

En este municipio, hasta ahora, no han tenido muchos problemas con botellones y fiestas: “No estamos hablando de una cosa generalizada, de momento se pueden controlar”. Ahora bien, el alcalde se pregunta dónde irán las personas cuando cierren los bares y restaurantes a las doce y media de la noche: “¿Irán de botellón? ¿A casa? Lo tendremos que ver”, señala el alcalde de Port de la Selva. En este sentido, desde Roses tampoco saben cómo irá este primer fin de semana con nuevas limitaciones. “No sabemos si la gente, con las restricciones, volverá a coger miedo y se moverá menos; o si lo aprovechará para ir donde no hay toque de queda. Tenemos que estar preparados por si aumentan los visitantes”, expone el alcalde. 

Población real versus población empadronada

Además, desde Begur están muy preocupados por si, al no tener toque de queda, aumentan todavía más el número de fiestas privadas en domicilios: desde principios de este verano, cada fin de semana reciben el aviso de entre 20 y 25 celebraciones. “Aquí tenemos grandes problemas para controlar las fiestas privadas, y para que la policía pueda intervenir, te tienen que abrir la puerta. Lo que hacemos es avisarlos y, si son reincidentes, los sancionamos”, señala Selva, que también cree que la Generalitat tendría que tener en cuenta la población real de cada población a la hora de pedir el toque de queda, y no solo la empadronada. “Nosotros somos 4.100 habitantes, pero hoy somos 10.000 y el fin de semana llegamos a 15.000. Sabe mal que no hayamos entrado en los municipios con toque de queda por la población censada”, lamenta la alcaldesa. 

En cuanto a los municipios que sí tendrán que aplicar restricciones de movilidad nocturna –si el TSJC da el visto bueno– hay disparidad de opiniones. Mientras municipios como Girona creen que es una medida “muy razonable”; otros, como Lloret de Mar, opinan que es “demasiado dura” y que “no permitirá desarrollar mínimamente la temporada turística”. Así mismo, hay alcaldes, como el de Sant Feliu de Guíxols, Carles Motas, que no está “tan seguro” de que sirva para mitigar los contagios. “Dudo que tenga una repercusión sanitaria destacada, y menos si se aplica de la 1 a las 6 de la madrugada, hay medidas más eficaces”, opina. 

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