Más de 20 años pendiente de si te expropian el piso: "Pensaba que ya no pasaría"
Los vecinos de Vallcarca afectados por la rambla verde viven con incredulidad el proceso de dejar sus pisos


Barcelona¿Es posible que algo que esperas desde hace más de veinte años te coja por sorpresa? La respuesta es que sí. Al menos, éste era el sentimiento predominante este jueves por la tarde entre los vecinos de Vallcarca afectados por el proyecto de la rambla verde que el Ayuntamiento de Barcelona ha reactivado después de dos décadas. El consistorio había anunciado por la mañana que iniciaba elexpediente para expropiar las cuatro fincas que hay en la calle Bolívar –con fachada también en la avenida Vallcarca– entre las calles Ballester y Agramunt.
"Ya pensábamos que no pasaría. Nos ha cogido por sorpresa", admite un vecino que prefiere no dar su nombre. Lleva más de 40 años viviendo de alquiler con su madre –que ya es mayor y está enferma– en uno de los pisos afectados. Ya estaban allí cuando en el año 2002 el gobierno municipal, entonces liderado por Joan Clos, aprobó el plan urbanístico de Vallcarca según el cual el edificio donde vivían debía ir al suelo. Llevan más de dos décadas viviendo con el alma en el corazón.
"Al principio estábamos más preocupados, pero con eso que viene el lobo, que viene el lobo, desconectamos un poco", explica. A finales del año pasado, sin embargo, ellos y el resto de vecinos afectados –unas quince viviendas y dos locales comerciales– recibieron una carta del Ayuntamiento en la que se les notificaba que el proceso de expropiación se reactivaba. Sólo en su blog, hay siete viviendas más afectadas. Algunos son propietarios, otros son inquilinos desde hace más de 25 años y otros, desde hace menos tiempo.
En el caso de este vecino y de su madre, tienen la suerte de que como ya vivían de alquiler en el piso cuando se aprobó el planeamiento en 2002, el Ayuntamiento los realojará en el edificio que el Instituto Municipal de la Vivienda y Rehabilitación de Barcelona (IMHAB) ya hace tiempo que tiene construido en la avenida Vallcar's. Sin embargo, les preocupa que el traslado les suponga un incremento sustancial del alquiler, ya que ahora tienen un contrato de renta antigua.
Andrei, en cambio, forma parte de los afectados que no saben dónde irán a partir de ahora. Hace prácticamente 20 años que vive de alquiler en uno de los edificios afectados, pero llegó después del 2002, una vez el planeamiento que preveía el derribo del edificio donde vive ya se había aprobado. Explica que al principio de vivir era más consciente de la posibilidad de la expropiación, pero con el paso de los años, y viendo que no se movía nada, había dejado de pensar en ello. "¿Y ahora qué? ¿Dónde iremos?", se pregunta.
En el caso de los inquilinos que llegaron después del planeamiento urbanístico del 2002, el Ayuntamiento sólo prevé indemnizarlos económicamente pero no realojarlos en ninguna parte. Andrei pide al consistorio que les ofrezca también una alternativa. De origen bielorruso, llegó a Barcelona en 1995. "Llevo más años en Vallcarca que en mi país", subraya, y explica que tiene toda su red en el barrio. Al preguntarle si teme el no encontrar otro piso donde vivir en Vallcarca, es contundente: "¿A Vallcarca? Tengo miedo de no poder seguir viviendo en Barcelona directamente".
Recomenzar en otro lado
La expropiación puesta en marcha ahora también afecta a los dos locales comerciales –dos talleres de vehículos– que dan en la avenida Vallcarca. Vicente es el dueño de uno de los talleres, donde lleva más de 25 años trabajando. Como el resto de vecinos entrevistados por el ARA, explica que estaba convencido de que ya no debería marcharse de dónde está. "Le daba poco crédito, después de 20 años", subraya. Opina que la catástrofe de la DANA de Valencia lo ha acelerado todo, puesto que una de las claves del planeamiento urbanístico es el gran depósito de agua pluvial con capacidad de recoger hasta 27.000 m3 de agua que debe construirse justo debajo de estas fincas.
Vicente explica que abrirá el negocio en otro sitio, pero admite que encontrar un local de características similares al actual, espacioso y con pocas columnas, no es sencillo. Menos aún en un sitio tan céntrico. Aunque le sabe mal marcharse de un lugar donde ha vivido muchísimas cosas –"He visto de todo, tengo muchos kilómetros", bromea–, está convencido de que saldrá adelante.
Vecinos que aún tendrán que esperar
El hecho de echar al suelo viviendas en un momento de crisis residencial en la ciudad ha levantado críticas entre algunos vecinos. El Ayuntamiento replica señalando las 522 viviendas –un 40% de las cuales de protección oficial– que se habrán hecho en el barrio una vez se complete todo el planeamiento urbanístico. En el caso de la zona afectada ahora, sin embargo, el espacio será una especie de plaza verde muy larga, que actuará como un paseo entre la plaza Lesseps y prácticamente el puente de Vallcarca.
Sin embargo, por ahora el Ayuntamiento sólo ha puesto en marcha la expropiación del primer tramo. Para cumplir con el planeamiento del 2002, queda para más adelante el proyecto que debe echar al suelo los edificios que hay entre la calle Agramunt y la Casa Comas de Argemir, el edificio modernista donde debería terminar la futura rambla de Vallcarca. Así, hay un puñado de vecinos que aún tendrán que seguir viviendo pendientes de si finalmente, más de 25 años después, les llega la expropiación.