Jordi Martí Galbis: "En Barcelona hemos perdido seis años en materia de seguridad"

BarcelonaDespués de todo una carrera política siendo la mano derecha de Xavier Trias en el Ayuntamiento, Jordi Martí Galbis (Barcelona, ​​1961) le ha tomado el relevo al frente del grupo de Junts en el Ayuntamiento de Barcelona.

¿Qué cambiará con usted al frente del grupo?

— El liderazgo de Trias no es fácil de sustituir, pero sin perder la voluntad real de diálogo y de llegar a acuerdos, podemos ser mucho más exigentes y mucho más duros. Queremos que la gente vea que somos la única alternativa posible para 2027. El resto de grupos o son socios del PSC o no cuentan.

¿Pueden incluir estos acuerdos puntuales los presupuestos?

— Esto puede descartarse porque Collboni constantemente dice que quiere llegar a acuerdos con las fuerzas del tripartito. Nosotros estamos en las antípodas de este modelo.

Y, entonces, ¿en qué pueden consistir estos acuerdos puntuales?

— Por ejemplo, en la seguridad. Ahora empiezan a comprar nuestras recetas, pero ya veremos hasta dónde llegan, y si hay resultados. También tenemos interés en hablar y hacer propuestas sobre la ordenanza de civismo, la carta municipal, la reserva del 30% de vivienda protegida, el PEUAT...

¿Qué valoración hace del primer año y medio de Collboni como alcalde?

— Un año y medio perdido. En ese tiempo no ha habido ningún problema de la ciudad que haya mejorado.

¿Qué haría Junts en materia de seguridad que no esté haciendo ahora mismo el gobierno del PSC?

— Primero reforzar la autoridad de la Guardia Urbana. Luego aumentar el número de agentes y mejorar la coordinación entre cuerpos. En tercer lugar, mayor prevención. Y después, dar más medios a los policías. Comprar las palas detectoras de armas blancas, las pistolas Taser... Ahora parece que pondremos muchas cámaras, pero hemos perdido seis años en materia de seguridad.

Juntos había pedido la cabeza de Batlle. ¿Lo mantienen?

— Lo hemos hecho porque los datos son muy negativos. Se pueden cambiar las recetas con las mismas personas, o cambiar a las personas. Ahora parece que empiezan a rectificar, pero es incomprensible cómo mantener al frente de una ciudad como Barcelona a alguien que durante seis años ha fracasado en cuanto a los datos de seguridad.

¿Barcelona está más limpia?

— Debería haber una sensación mucho mayor de limpieza con lo que nos estamos gastando.

¿Es sostenible la cifra actual de cruceristas?

— Nosotros queremos cruceristas que tengan el puerto de Barcelona como un puerto base. Lo que no queremos son miles de turistas que llegan aquí, se están un rato y se van.

¿Sobran terminales de cruceros?

— Lo que debemos pensar es, si como se hace en todos los lugares del mundo, debe incrementarse la presión fiscal. Pero debemos hacer las cosas bien hechas. Si se hizo un pacto en 2018, que se cumpla. Y, si una vez cumplido, necesitas actualizarlo, pues se puede hablar. Pero en mitad de un partido no puedes hacer cambios de reglamento. Todo lo que nos haga débiles ante la competencia que tenemos a nuestro alrededor debe estudiarse muy bien.

¿Se deben eliminar todos los pisos turísticos?

— No se podrán desaparecer 10.000 viviendas turísticas sólo con el decreto de la Generalitat. Primero, porque el propio decreto prevé una prórroga. Y, segundo, porque los representantes del sector han avisado ya de que no se dejarán expropiar sus licencias. Debe regularse bien. Debemos ir hacia la contención y hacia una regulación que respete los derechos adquiridos e indemnice, si es necesario. Lo que no se puede hacer es expropiar por la puerta detrás.

Otro problema de la ciudad es el encarecimiento del alquiler.

— Compartimos la urgencia de tomar medidas para regular ese incremento desorbitado de los precios. No podemos permitir que en Barcelona existan alquileres de pisos de 30 metros cuadrados a 1.500 euros, o de habitaciones por 700 o 800 euros. Es insostenible. Ahora, las regulaciones deben hacerse de forma correcta, con consenso político y social.

Y, en el caso del alquiler de temporada, ¿no valía más tramitar la ley y modificarla durante el debate?

— No, porque el punto de partida es muy importante y hay cosas que no puedes omitir. Nosotros velamos para que las competencias de la Generalitat se mantengan. Pero es evidente que debe haber una regulación. El problema de la vivienda no lo solucionaremos si no hacemos políticas a 20 o 30 años vista.

También votaron en contra de la regulación en el Parlament.

— Tuvimos grandes discrepancias con las políticas del gobierno del presidente Aragonés y especialmente con las propuestas que presentaba la consejera Ester Capella.

Ustedes empezaron el mandato con un acuerdo con ERC para gobernar. ¿Cómo está hoy la relación?

— Han cambiado mucho las cosas. Ya no están Xavier Trias ni Ernest Maragall. Por nuestra parte, el legado de Trias se mantiene intacto, pero el legado de Maragall ha quedado muy diluido. Nuestra voluntad es mantener la buena relación con ERC, aunque es posible que entren en el gobierno de Collboni lo antes posible.

¿El candidato de Junts a las próximas elecciones municipales debería ser alguien del grupo actual?

— Sería bueno que, cuando haya que decidir esto, la dirección del partido buscara prioritariamente algún nombre de la casa. Por suerte, en Junts tenemos muy buena gente también fuera del grupo municipal.

¿A usted le gustaría ser candidato?

— En estos momentos no me lo planteo. Pero es evidente que, cuando toque el momento de decidir el cabeza de lista, yo estaré, como estaremos los demás.

En su grupo hay gente proveniente del PDECat. ¿Qué le parece que dirigentes de ese partido estén fichando por el Gobierno de Isla?

— El PDECat es un partido que ya no existe. Sobre lo que haga gente que eran militantes del PDECat, prefiero no opinar demasiado porque, si tenemos que hablar con total libertad, seguramente alguna opinión no sería demasiado favorable a algunas de estas personas.