Barcelona jubila los adoquines de la calle Pi i Margall un año y medio después de estrenarlos
El cambio del pavimento por un tipo de asfalto costará un millón de euros
BarcelonaAdiós a los adoquines en la calzada de la calle Pi i Margall de Barcelona. Un año y medio después de su estreno, el Ayuntamiento ha decidido invertir un millón de euros en modificar el suelo y cambiar las piedras de granito por una base de aglomerado asfáltico El motivo? rotas y baches bien visibles, así como el rápido desgaste de la pintura que hace que en muchos puntos el carril bici y los pasos de peatones estén medio borrados.
conclusión de que el desnivel de la calle –con una fuerte pendiente que une a los distritos de Gràcia y Horta-Guinardó– unido a que pasan vehículos pesados –autobuses y camiones y furgonetas que abastecen al mercado de la Estrella o los supermercados que hay en la calle– son incompatibles con los adoquines actuales. modificación –que el Ayuntamiento define como "quirúrgica"– implicará cambiar el pavimento actual por un aglomerado asfáltico, pero que la calle mantendrá la disposición actual, con un único carril de subida y uno de bajada para el tráfico y limitados a 30 km/h.
En cuanto al tipo de pavimento que se pondrá, Bonet y Buhigas han remarcado que no será el asfalto habitual de las calles con tráfico de Barcelona –al estilo de cómo se ha hecho por ejemplo en un tramo de la ronda de Sant Antoni– sino que se optará por un aglomerado asfáltico que con el aglomerado asfáltico de acabar pareciendo al color clarito del pavimento actual. Para intentar explicar el nuevo pavimento, que tiene los componentes áridos más visibles que el asfalto habitual, Bonet y Buhigas han explicado que será similar al hervor blanco.
Las obras –que tendrán un coste de un millón de euros– empezarán a mediados de julio y tendrán una duración de un mes y medio. Los cortes de tráfico se harán por tramos, y la idea es que la parte baja de la calle –la más cercana a la plaza Joanic– esté lista ya cuando a mediados de agosto comience la Fiesta Mayor de Gràcia. La pacificación de toda la calle costó 13,6 millones de euros.
Críticas de los comunes
La líder de Barcelona en Común en el Ayuntamiento y exresponsable de Urbanismo en la ciudad, Janet Sanz, ha cargado contra la decisión del gobierno municipal de "volver a asfaltar una calle ya pacificada". "Sólo se ha hecho en ciudades del Estado gobernadas por la derecha y por la extrema derecha", ha asegurado Sanz, quien ha defendido que si el pavimento ha generado problemas, lo que debería hacer el Ayuntamiento es exigir a las empresas que hicieron la obra que se hagan cargo de su restitución, al igual que se hizo en la ronda de San Antonio.
Bonet ha respondido a las críticas de los comunes alegando que "si hoy Pi i Margall se encuentra en mal estado es porque la señora Sanz, cuando era responsable de urbanismo, permitió que se pavimentara con un material que era incompatible con el paso del autobús". Una decisión que, remarcó, ahora costará un millón de euros al Ayuntamiento y una "nueva afectación de obras que sufrirán los vecinos".