Casi uno de cada cinco pasajeros no ha vuelto al metro y al bus
El covid hace caer los ingresos de TMB un 35% y Colau plantea una rebaja temporal de la T-Usual
BarcelonaEl transporte público metropolitano se recupera poco a poco del impacto del covid, pero todavía está lejos de mover el volumen de viajeros de antes, con un 2019 de récord (627,34 millones de pasajeros solo en metro y buses de Barcelona). Si se comparan los datos de validaciones que ha habido este mes (hasta el día 27) con las que hubo en el mismo periodo de hace tres años, cuando nadie veía posible una pandemia mundial, todavía hay un 17,2% de viajeros que no han vuelto a la rutina anterior.
Si se miran los datos acumulados de los dos primeros meses del año, se ve una caída de desplazamientos de alrededor del 26%, según el informe de balance que Transportes Metropolitanos de Barcelona (TMB) presentó este martes a su consejo de administración y al que ha tenido acceso el ARA. Y esta bajada de pasajeros tiene una clara derivada económica. Los ingresos cayeron unos 176 millones de euros si se comparan las cifras del 2021 con las del 2019 (un 38% menos), sin tener en cuenta las aportaciones públicas, y la bajada se mantenía alrededor del 35% mirando los datos acumulados de enero y febrero de este 2022 (una caída similar a la del conjunto del transporte público metropolitano). TMB detalla en el informe económico que el covid le generó, el año pasado, unas necesidades extra de 195 millones entre la caída de los ingresos y el incremento del gasto. La operadora admite que ha tenido que recurrir a 77 millones de sus ahorros para hacer frente al desequilibrio presupuestario y celebra que, a pesar de que turismo no está del todo recuperado y hay más teletrabajo, el ritmo de recuperación de pasaje este 2022 es bueno.
A este punto de partida se suma ahora el encarecimiento de la energía que, según fuentes conocedoras de lo que se expuso en la reunión del martes, se espera que tenga un impacto importante en las cuentas del 2022. Los cambios tarifarios de los últimos años, además, han hecho que el precio que paga el usuario medio por cada viaje sea inferior al que abonaba antes: la tarifa media se sitúa ahora en 0,57 euros, mientras que antes de que la T-Casual sustituyera a la T-10 superaba los 0,6 euros. Además, las medidas sanitarias, que han llevado a aumentar la frecuencia de paso en hora punta, y la puesta en marcha de nuevas estaciones de metro (tres en la L9/L10 Sur) y de la línea exprés de bus entre Glòries y Francesc Macià, también han hecho incrementar el servicio: ahora se ofrecen 22,6 millones de plazas por kilómetro y antes del covid eran 21,3. Todo ello, se ha convertido en la tormenta perfecta para un sistema de transporte público que ya era deficitario antes y que ahora, claro, lo es más.
En este contexto, con la incertidumbre sobre si las tarifas se podrán volver a congelar o se tendrán que subir en 2023, la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, ha lanzado este miércoles su propuesta para fortalecer el uso del transporte público y hacer frente al incremento del coste de la vida. Colau entiende que si el Gobierno español puede bonificar los carburantes con 20 céntimos/litro, también puede haber una ayuda para promover el transporte público. Su idea, lanzada de buena mañana en TV3, es una rebaja del 50% del precio de la T-Usual, que es el título de transporte más utilizado y que ahora cuesta 40 euros en la zona 1. Una medida que tendría una duración limitada a tres meses.
La alcaldesa ha hecho un llamamiento a todas las administraciones implicadas en el transporte metropolitano –y con una mención especial al Estado– a poner en marcha esta rebaja durante 90 días, como ya se ha hecho en Alemania. Y fuentes de la Autoridad del Transporte Metropolitano (ATM), que es el órgano competente para establecer las tarifas, le han respondido que se trata de una idea de "naturaleza política y no técnica" y que, por lo tanto, son las administraciones consorciadas las que tendrían que decidir si sale adelante. En todo caso, apuntan que sería una medida "con efectos operativos y económicos muy importantes" y que antes de anunciarla habría que tenerlo todo muy calculado. "Obviamente, la ATM no puede aplicar esta medida sin la compensación económica oportuna", añaden.
El primero en desmarcarse de la iniciativa ha sido el Govern. Lo ha hecho a través del vicepresidente, Jordi Puigneró, que ha cifrado el coste en 50 millones de euros. "Cuando se hacen este tipo de propuestas, se tiene que venir con el cheque detrás", ha lamentado, y ha calificado la propuesta "de electoralista".
Aplaudida por los suyos y criticada por ERC
La idea de Colau ha sido aplaudida en la bancada de los comunes, con la teniente de alcaldía de Urbanismo, Janet Sanz, considerando "urgente" bajar ahora las tarifas a las personas vulnerables. "Lo que la gente entiende como una cosa necesaria es que las administraciones hacemos los esfuerzos necesarios para reducir la tarifa del título más utilizado", ha defendido, y ha avanzado que se ha acordado que el tema se llevará a debate este viernes en el consejo de administración de la ATM. "De momento, tenemos el acuerdo para hablar", ha asegurado. Sanz ha insistido en que la medida se aplicaría solo tres meses y que el Ayuntamiento está dispuesto a aportar los 11 o 12 millones que le corresponderían. "Queremos que el Estado participe, pero tenemos competencias para hacerlo", ha concluido.
La propuesta ha generado las críticas de la oposición. El portavoz de ERC, Jordi Coronas, lo ha considerado una muestra de "populismo del bueno" a poco más de un año de las elecciones y ha apuntado que lo que tendría que hacer la alcaldesa es asegurar que el Estado pague el fondo covid y medidas para compensar las pérdidas en el sistema transporte. El republicano plantea soluciones alternativas para generar ingresos para el transporte público, como la implantación del peaje urbano, una propuesta en estudio permanente en Barcelona. "Si continuamos reduciendo ingresos ahora, pierde el sistema y sobre todo pierde la ciudadanía", ha concluido.