Barcelona

Los clubs cannábicos mantienen el pulso con el Ayuntamiento y Batlle reitera que les cerrará

Barcelona ordena el cierre de 30 asociaciones y avisa de que "seguirá presionando" hasta acabar con este negocio

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Imagen de un club cannábico

BarcelonaEl aroma de marihuana es ya un rasgo característico de las calles de Barcelona. Su uso en la capital catalana está muy extendido, sobre todo a raíz de la proliferación de clubs cannábicos en el centro de la ciudad, y el Ayuntamiento está centrando sus esfuerzos en fiscalizar este sector. En total tiene constancia de 212 asociaciones y esta semana ya ha anunciado el cierre de 30 tras detectar infracciones de la norma actual, que no les permite vender marihuana, cultivarla ni promover su consumo. El ARA ha hablado con algunos de estos clubs que han recibido la notificación de sanción por parte del consistorio –tienen 10 días para presentar alegaciones– y avisan de que no se quedarán de brazos cruzados: "Responderemos con firmeza y con la dureza que sea necesaria. Lucharemos hasta el final", asegura el abogado José Angel Plaza, que defiende los intereses de uno de estos 30 clubs, diez de ellos ubicados en los distritos de Ciutat Vella y el Eixample.

"No se permitirá el consumo ni la venta. Si se detecta, se cerrará", advierten fuentes del Ayuntamiento, que tiene 57 asociaciones en el radar que a su juicio podrían haber cometido alguna infracción, ya que son las que acumulan "más quejas de vecinos". Ahora bien, durante la inspección que realizaron, sólo identificaron a 30 que fueran constitutivas de delito. Eso sí, insisten en que "seguirán presionando" con más controles para asegurar que se cumplen las normas dentro de los locales. El gobierno liderado por el socialista Jaume Collboni quiere dar cumplimiento a una sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC), que especifica que la actividad de los clubs "debe limitarse a proporcionar información, elaborar o difundir estudios, hacer propuestas, expresar de cualquier forma opiniones sobre la materia y promover reuniones o seminarios". El escrito añade que "en ningún caso esta habilitación permite la promoción del consumo del cannabis, su cultivo o distribución", incluida la venta.

Para el secretario de la Federación de Asociaciones Cannábicas de Cataluña (CatFAC), Eric Asensio, el Ayuntamiento está haciendo una "lectura interesada" de la sentencia y remarca que esta actividad se realiza en todo el Estado. "Está mezclando cuestiones por sus propios intereses políticos. Hasta ahora con el PSC siempre habíamos tenido una buena relación", insiste. Todo comienza el verano del 2021, cuando el consistorio avisa por escrito a todos los clubs cannábicosque deben adaptarse a la nueva normativa a raíz de la sentencia en cuestión, que tumbaba la ordenanza municipal que permitía la venta y el consumo. Fuentes de los clubs consultadas por el ARA reconocen que la suya será "una lucha perdida" si el gobierno municipal quiere dar cumplimiento estricta a la sentencia sin abrir la puerta al diálogo, ya que en todos los centros se consume marihuana. Por este motivo, no descartan hacer un frente común y presentar alegaciones bajo un mismo paraguas, que podría dar cobijo a una decena de asociaciones.

¿Dónde irán los socios?

"Si cierran los 200 clubs de Barcelona, ​​¿qué haces con los miles de usuarios que tienen? ¿Los envías al mercado negro? ¿A consumir en la calle? Es un disparate", afirma Plaza. La CatFAC también cree que el uso del cannabis no desaparecerá prohibiéndolo, por lo que pide buscar fórmulas desde el consenso y el diálogo, como se está haciendo en otras ciudades del mundo, y "no desde la confrontación policial y judicial". De hecho, Asensio defiende que con esta medida "el problema no se va a solucionar, se va a agravar", y reivindica el papel que juegan los clubs cannábicos en la reducción de posibles riesgos asociados al uso del cannabis.

Sina es socia colaboradora de un club cannábico del Eixample desde hace cinco años. Explica que en este tiempo sólo han recibido dos inspecciones del Ayuntamiento y defiende el papel de estas asociaciones. "Es un lugar tranquilo donde fumar. Aquí hay un control, no como en la calle. No estamos haciendo nada malo", asegura. Ahora bien, ¿todos los clubes son así? Asensio reconoce que existen una serie de locales que no comparten el modelo de reducción de riesgos, están destinados al turismo e incluso tienen trabajadores en zonas céntricas, como la Rambla, para captar clientes que están de paso por la ciudad. En estos casos, la CatFAC está a favor de actuar y, en su caso, cerrarlos.

Cerrar todos los clubes

El teniente de alcalde de Prevención y Seguridad del Ayuntamiento, Albert Batlle, cree que todos los clubs se rigen por el mismo patrón y apuesta por seguir con las inspecciones para detectar posibles infracciones. "Tenemos que conseguir que cierren todas las asociaciones", explica Batlle, quien insiste en que no se pueden realizar actividades de consumo de cannabis en la capital catalana. "Que se empiecen a preparar para cambiar de actividad. Forzaremos al máximo el cumplimiento de la normativa. Como ya hemos dicho en otras ocasiones, es un tipo de negocio que no tiene cabida en Barcelona", concluye.

Los locales afectados pueden pedir que un juez ordene detener cautelarmente el cierre a la espera de que se resuelvan las alegaciones, un extremo que el consistorio ve poco probable, ya que la sanción se argumenta con una decisión judicial. Por tanto, su previsión es precintar los locales ya sancionados en septiembre.

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