Barcelona

"Los entornos escolares siguen sin ser seguros para los niños"

El padre de un niño que murió atropellado frente a su escuela pide que se adopten más medidas

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Walter Brandán jugando al fútbol con dos de sus hijos

BarcelonaHugo tenía 5 años cuando un motorista el atropelló en la puerta de la escuela. Mientras esperaba que salieran los dos hermanos mayores, se soltó de la mano de la madre, bajó a la calzada, cruzó por delante de un vehículo aparcado en doble fila y la moto que venía por el carril de al lado le atropelló . Murió. Cinco años más tarde, hoy esa calle no se parece nada a la del accidente. Aquel caso y la persistencia de Walter Brandán, padre de Hugo, dieron pie al proyecto Protegim Escoles, con el que el gobierno de Ada Colau pacificó los entornos de cientos de colegios en Barcelona. También los de la Escola Grèvol, la de Hugo y sus hermanos. Sin embargo, en conversación con el ARA, Brandán subraya que todavía hay mucho trabajo por hacer: “Los entornos escolares siguen sin ser seguros para los niños”, alerta.

Nacido en Perú e instalado en Barcelona desde los años 90, este cirujano sostiene que la muerte de su hijo pudo evitarse. “¿Cómo es posible que en Barcelona estén mejor señalizados los parkings que las escuelas?”, se pregunta. A partir de su entrevista con Colau a raíz de la muerte de Hugo, Barcelona activó medidas en torno a algunos centros como la reducción de carriles de circulación, la instalación de mobiliario urbano, la ocupación de chaflanes y la reducción de la velocidad máxima permitida. También se instalaron algunos radares.

Todo ello, medidas que Brandán considera positivas, pero insuficientes. “La única forma que veo real de proteger las escuelas es a través de medidas físicas, como elevar los pasos de peatones para obligar a frenar a los vehículos, o reducir drásticamente el tráfico en la calle en horas de entrada y salida de los alumnos” , apunta.

Pero, más allá de las medidas físicas –incluida una mejor señalización de las escuelas–, Brandán tiene claro que una de las claves para evitar que casos como el del Hugo no se repitan implica concienciar a la ciudadanía de la importancia de frenar cuando transcurre/transcúrre cerca de un colegio. "La gente no es consciente de que puede matar a un niño si no frena cerca de las escuelas", opina, y subraya que reducir la velocidad es un factor decisivo porque los estudios demuestran que puede evitar que los atropellos acaben en muerte del niño.

Brandán también forma parte de la plataforma Revolta Escolar, que se articuló precisamente para exigir espacios más seguros en torno a las escuelas y que recientemente ha denunciado que el Ayuntamiento haya reducido de 4,5 millones de euros a 500.000 el presupuesto que destina a protegerlas. "Es una vergüenza", lamenta Brandán, que critica que "una sociedad que busca incrementar la natalidad no cuide a los niños pequeños".

El caso, a juicio

Además de implicarse en la lucha por aumentar la seguridad en torno a las escuelas, Brandán tiene abierto un litigio con el motorista que atropelló a su hijo. No es fácil. La jueza archivó dos veces el caso hasta que una instancia superior le obligó a abrir juicio. Hace un mes salió la sentencia, que absolvió al motorista dando por hecho que circulaba a 40 kilómetros por hora –los informes periciales aportados por la acusación incrementaban la velocidad hasta los 60 km/h– y que nada pudo hacer nada para esquivar a Hugo.

Brandán ha recurrido la sentencia. Lo considera un paso más en el camino para que la gente tome conciencia del riesgo de no reducir la velocidad cerca de las escuelas. “No tengo ningún tipo de sentimiento negativo por el motorista, lo que tengo es indignación por cómo responde la sociedad donde vivo”, explica. Y remarca que lo que quiere es cambiar la mentalidad de una sociedad que, entiende, permite que los entornos escolares sean todavía lugares de riesgo: “Me gustaría pensar que aunque mi hijo ya no esté, puede ayudar en algo . Quizás esto apaciguará un poco el dolor”.

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