Barcelona

Freno a la barra libre de comida para las palomas: Barcelona busca reducir su población

La ciudad prácticamente cuadruplica la cifra de este tipo de aves que se considera sostenible

Un niño mujer de comida a las palomas en la plaza Catalunya
11/12/2024
3 min

BarcelonaDesde Gràcia, el barrio de la Colometa, el Ayuntamiento de Barcelona ha presentado este miércoles un nuevo intento por combatir la superpoblación de palomas que sufre la ciudad. Un plan que mantiene las principales medidas que ya se han ido aplicando hasta ahora en la capital catalana, pero que esta vez quiere poner el acento sobre las personas que alimentan a estas aves. Sobre todo sobre los que el Ayuntamiento considera "grandes alimentadores" y que pueden dar más de 2 kilos de alimento diario a los pájaros.

El impacto de estas personas que dan comida a las palomas no es menor. Según el consistorio, la abundancia de alimento hace que estas aves se reproduzcan mucho más y que su población crezca también mucho más de lo que se considera aconsejable. Los cálculos del consistorio apuntan a que la existencia de personas que alimentan las palomas puede llegar a triplicar o cuadruplicar el número de estos pájaros en determinados espacios. Una superpoblación que estresa a las aves, modifica sus hábitos y facilita la transmisión de enfermedades.

Punts crítics per la presència de coloms a Barcelona

El Ayuntamiento alerta de otra consecuencia del hecho de alimentar las palomas en la calle, que es que muchas veces acaban quedando restos de comida esparcidas. Una suciedad que, denuncia, favorece la presencia de insectos y ratas. Por eso el consistorio avisa también del riesgo de ser multado por dar de comer a las aves. Aunque alimentar animales en la vía pública está permitido, la ordenanza sí recoge sanciones de hasta 600 euros si implica ensuciar espacios públicos.

Ahora el Ayuntamiento impulsará en el marco del Plan Endreça una campaña informativa a dos niveles. Por un lado, se intentará hablar directamente con la gente que alimenta a las palomas y convencerles de que no lo hagan, un trabajo para el que se utilizarán cuatro parejas de informadores –que se desplazarán de lunes a domingo por algunos de los puntos más críticos–, agentes cívicos, educadores sociales y agentes de policía de barrio. Por otra, se hará una campaña general alertando de que la superpoblación de palomas puede llegar a ser un problema de salud pública y que, por tanto, conviene no alimentarlos. También se plantea hacer extensiva la campaña al sector de la restauración para evitar que las terrazas sean puntos de alimentación de las palomas.

Esta campaña informativa llega después de que durante los meses de mayo y octubre los Servicios de Derechos de los Animales y de Gestión de Conflictos ya llevaran a cabo una estrategia de sensibilización en 251 espacios de la ciudad donde se detectó que la presencia de 236 grandes alimentadores de palomas había multiplicado la presencia de estas aves. De ese análisis también se desprende que el distrito de Ciutat Vella es el que concentra los principales puntos de conflicto, con espacios como la plaza Catalunya y la plaza Folch i Torres.

Halcones, pienso anticonceptivo y obstáculos para los nidos

Hasta ahora Barcelona no ha sabido encontrar el antídoto para reducir a la población de palomas en la ciudad. La cifra lleva años estable en torno a los 103.000 ejemplares. Esto sitúa a Barcelona entre las 1.300 y las 1.700 palomas por km², una densidad entre tres y cuatro veces superior al umbral de lo que se considera superpoblación, y que está fijado en entre 300 y 400 palomas por km².

Y eso que, más allá de perseguir a los alimentadores de palomas, el Ayuntamiento trabaja con otras vías de contención de estas aves. Una de ellas son los 40 dispensadores automáticos con pienso anticonceptivo que están repartidos en 32 puntos de la ciudad y donde, según datos del consistorio, se ha logrado reducir la población de palomas en un 60%. Se trata de maíz recubierto de nicarbacina, un fármaco veterinario que impide la formación de huevos viables y produce una infertilidad reversible en las hembras si se deja de suministrar.

También se trabaja para limitar, reducir y eliminar aquellas estructuras que facilitan el reposo de las palomas o la nidificación, sobre todo en locales y edificios abandonados o pendientes de rehabilitación, donde se pueden llegar a concentrar un gran número de nidos. Y para acabar se trabaja también con el uso de halcones para disuadir a las palomas, un experimento que ya se llevó a cabo en una prueba piloto en las inmediaciones del Camp Nou y que, según el consistorio, ha demostrado ser eficaz para asustar palomas y que no se instalen en zonas concretas.

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