Barcelona

Ana Coello: "Habría que evitar la turistificación de las Glòries"

Arquitecta y coautora de la propuesta ganadora del nuevo parque de las Glòries

La arquitecta y paisajista Ana Coello, en el parque de las Glòries
23/06/2025
4 min

BarcelonaAna Coello (Girona, 1973) es arquitecta y paisajista. Junto a Olivier Philippe (Agence Ter), ganó en el 2014 el concurso para diseñar el nuevo parque de Glòries, cuya parte central se estrenó hace solo dos meses. Quedamos con ella en el jardín invertido que sirve de acceso al metro, uno de los iconos del nuevo parque.

¿Qué se siente paseando por un proyecto al que ha dedicado tantas horas?

— Hace mucha ilusión. Sobre todo ver que la gente desarrolla su vida y su día a día. La acogida que tuvo el día de la inauguración nos hizo dar cuenta de la necesidad que existe de espacio público libre en barrios tan densos como los de Glòries.

¿Cuál es su primer recuerdo de la plaza de las Glòries?

— La fractura que representaba. La dificultad de cruzarla. Uno de los objetivos era ahora conectar. El anterior anillo vial, aunque resolvía bien la función que tenía en su momento de solucionar el cruce de calles con mucho tráfico, era como una barrera. Había barrios que estaban muy cercanos, pero que no estaban conectados peatonales.

Ahora hay debate sobre si podemos seguir hablando de plaza o si es un parque.

— Era una oportunidad de hacer un parque de tamaño considerable y que fuera fácil de utilizar. Pero también debía cumplir la función de plaza, con la conexión con el 22@ y el intercambiador de transportes que hacen de Glòries una zona muy cívica. Por eso hicimos un duro espacio.

¿El nuevo parque ha creado una nueva centralidad de la ciudad como imaginaba Cerdà?

— El parque juega un papel en todo esto, pero creo que en esta nueva centralidad otros muchos factores tienen un papel importante. Pienso en el 22@, en las viviendas y equipamientos que se harán alrededor del parque, en la remodelación urbana de la zona...

Hasta ahora parecía que Glòries era un rincón casi maldito, difícil de resolver.

— Lo que ocurría con Glòries dependía también de lo que ocurría alrededor. Hasta los Juegos, en la ciudad no existían las rondas y la salida de vehículos era como era. Creo que lo que ha ido haciendo la ciudad alrededor –transformación de la Meridiana, la continuidad de la Diagonal hasta el mar, la llegada del tranvía, el 22@...– ha hecho que sea la ocasión propicia para hacer de Glòries un espacio público de sus características actualmente. Aquí el túnel de Gran Via ha sido la gran oportunidad. Sin el túnel no existe parque posible.

¿Tiene algún rincón preferido del parque?

— Los nodos de biodiversidad me gustan mucho, porque están respondiendo muy bien a esta idea de dejar hacer su curso en la naturaleza y que la fauna recupere espacio.

¿Qué está ocurriendo en estos nodos?

— Se han creado pequeños hábitats para favorecer que especies de pájaros, insectos, reptiles... encuentren la manera de habitar la ciudad. Al final compartimos Barcelona con estos seres vivos, y los hemos ido relegando a lugares muy pequeños.

También hay mucha diversidad de árboles y plantas. ¿Por qué?

— Se busca crear una resiliencia. Que no haya una única especie que si es atacada por una plaga fulmine una parte del parque. Además, la variedad también atrae a diferentes tipos de fauna, y todo ello va enriqueciendo la biodiversidad.

¿Y ha habido algo que le haya sorprendido de cómo la gente utiliza el parque?

— Ha sido una sorpresa el uso del espejo como zona de baño, y puede que el jardín de los bambúes sea la zona donde menos gente hay actualmente. Creo que necesita que los árboles crezcan. Cuando los bambúes hagan dos o tres veces más de altura será un espacio muy agradable.

Una de las quejas precisamente hasta ahora es que hay poca sombra.

— Sí, el umbráculo ya se hizo un poco con la idea de generar al menos un espacio con algo de sombra mientras la vegetación crece.

Otra queja ha sido la difícil convivencia entre peatones y ciclistas.

— Es un tema difícil de solucionar. Quien toma estas decisiones es el departamento de movilidad del Ayuntamiento. Pero el parque es una zona de prioridad de peatones, y las bicicletas que quieran dar un paso mucho más rápido quizá deberían desviarse.

¿Cómo el tranvía? ¿Qué en vez de cruzar el parque lo roza?

— Éste sería el camino para las bicicletas que quieran ir deprisa.

La arquitecta y paisajista Ana Coello en el nuevo parque de las Glòries.

¿El área infantil de juegos es un homenaje al antiguo eslabón vial?

— No era la idea, fue casualidad. La primera idea fue generar altura porque genera juego y movimiento.

Hasta ahora parece estar fuera del radar de gran parte del turismo. ¿Le da miedo que pueda acabar masificado?

— Sí. Creo que debería intentarse evitar en la medida de lo posible esta turistificación. Es verdad que Glòries tiene elementos muy singulares que atraen a gente de toda la ciudad, pero nos gustaría que siguiera siendo un parque para los vecinos de la orilla, porque toda esta operación la impulsaron ellos con aquella carta del Compromiso de 2007.

Pese al estreno de hace dos meses, el parque aún no está terminado. ¿Qué falta?

— Falta la parte que va desde Clariana hasta Consell de Cent. En esta zona lo más característico será la aparición de toda la línea de la acequia condal; existe esta estrategia de ciudad de explicar un poco lo que era.

Y en esta llegada hasta Consell de Cent, ¿sería bueno que el eje verde llegara hasta las Glòries?

— Hombre, sería bueno. Lo que pasa es que esto es la ciudad la que debe decidirlo.

Glòries es la última gran transformación de la ciudad. ¿Cuál crees que le falta?

— Hay muchas cosas. Un tema que nosotros trabajamos es el de los Tres Turons. Es un espacio de la ciudad que tiene mucho potencial, pero que es difícil de resolver. Y después la relación con el litoral en algunas zonas, o continuar con la estrategia de los ejes verdes, que es transformadora y que ha funcionado muy bien.

Usted es arquitecta y paisajista. ¿A veces hemos olvidado que la ciudad es paisaje, también?

— Ha ido cambiando mucho en los últimos años. En Barcelona siempre ha tenido mucho peso la arquitectura y hasta hace un tiempo el tema del paisaje quizás todavía no tenía tanta relevancia. Ahora esto ha cambiado radicalmente.

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