Turismo

El sector turístico de Barcelona busca la fórmula para no morir de éxito

El Ayuntamiento y el ministerio apuestan por una regulación que favorezca la convivencia entre vecinos y visitantes

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Jordi Valls, Judith Carrera, Maite Barrera, Marta Lacambra, Pau Relat, John Carlin y Mateu Hernández durante la jornada que ha celebrado Turisme de Barcelona

Barcelona¿Cómo medimos el éxito? La pregunta la lanza el teniente de alcalde de Economía de Barcelona, ​​Jordi Valls, cuando hace ya cerca de dos horas que el sector turístico de la ciudad presume de su buen momento. Con la patronal admitiendo que se ha tocado techo, las jornadas organizadas por Turisme de Barcelona bajo el lema Whats Next son una buena oportunidad para que el sector reflexione sobre cuál debe ser su futuro. Antes de que Valls tome la palabra, este éxito se ha valorado en criterios como el precio que se paga por habitación en la ciudad –que vuelve a ser récord–, los congresos que se han logrado ganar en otras capitales o las cifras de visitantes . Él propone una nueva variable: el éxito es encontrar el equilibrio entre el visitante y el ciudadano.

"Si el ciudadano no está a gusto en su ciudad, Barcelona pierde atractivo turístico", avisa Valls, que sostiene que si en 1992 el éxito de Barcelona era abrirse al mundo, ahora el éxito pasa por una mejor convivencia entre el turista y el vecino. "Tenemos un éxito que debemos gestionar entre todos, y si estamos de acuerdo con esto, estaremos de acuerdo en que es necesario regular", apunta. Antes el alcalde de Barcelona, ​​Jaume Collboni, y el ministro de Industria y Turismo, Jordi Hereu, también han hecho bandera de la necesidad de "modular" la oferta turística y conseguir atraer a "los visitantes que más interesan".

Las diferentes intervenciones que se realizan durante la jornada muestran que hay consenso sobre que hay que hacer algo, aunque desde el sector no se habla tanto de "regular" como de "gestionar". Un matiz en el que cabe todo un abanico de posibilidades y que, a medida que avanzan las ponencias, va desembocando en un concepto todavía difuso: el turismo de calidad. Lo emplea Collboni, pero también el presidente de Melià Hotels, Gabriel Escarrer; la presidenta de Barcelona Global, Maite Carrera; el director del Gremio de Hoteles, Manel Casals, y también el director general de Turismo de Barcelona, ​​Mateu Hernández, quien habla de "escoger qué tipo de visitante" se quiere.

Un lugar de cultura

Como con la recuperación del turismo después de la pandemia también ha resucitado el malestar de una parte de la población con la masificación, Hernández sitúa entre sus cuatro grandes retos "aumentar el orgullo de la ciudad" fomentando alianzas entre el sector y los vecinos. "Es necesario que toda esta ciudad entienda, comparta y disfrute del turismo como un elemento positivo", apunta, y apuesta por hacer pedagogía sobre la forma en que los impuestos derivados del sector "permiten a Barcelona tener un mejor espacio público y un mejor estado del bienestar ". Ante las dificultades que existen para reducir la demanda, apunta el sector, las recetas –no concretadas– sobre la mesa pasan por "desmasificar, desestacionalizar y descentralizar" el turismo.

También demuestra ser consciente de este malestar creciente con el turismo la directora general de la Fundación Cataluña La Pedrera, Marta Lacambra, quien avisa de que, a pesar de estar orgullosos del éxito turístico, también hay que "prever que puede tener consecuencias y que, por tanto, debe gestionarse. "Ya tenemos la Barcelona de la Cultura y la del talento, pero alerta de que también tenemos una Barcelona de las desigualdades que hay que tener presente", alerta. el auditorio para realizar la petición más directa al sector: "Es necesario el cumplimiento estricto de los aforos aprobados legalmente y el seguimiento estricto de los convenios colectivos. Tendríamos mucho más la sensación de que la ciudadanía vive de otro modo el turismo, si todos nos comprometemos a que las reglas del juego sean iguales para todos", apunta.

Otra de las conclusiones del día es la necesidad de estrechar los lazos entre el sector cultural y el turístico. cultura". Por eso, reclama aumentar la partida presupuestaria destinada a la cultura para poder "competir en mejores condiciones con otras capitales culturales del mundo".

Un 'turista' en medio del sector turístico

Entre los ponentes se encuentra también el periodista y escritor John Carlin, uno turista entre tanto representante del sector turístico. Enseguida hace valer su condición de rara ancianos en esta jornada. Empieza su intervención con una enmienda a la totalidad de uno de los conceptos más repetidos durante la mañana: el llamado turismo de calidad. "Es un concepto repelente, elitista y odioso", dispara. Enseguida difumina el estupor de los presentes con un par de recetas llenas de flema británica para frenar el alud de turistas en la ciudad: prohibir la entrada a todos los ingleses aprovechando el Brexit y profundizar en la "decadencia" del Barça, un estándar de la marca Barcelona y uno de los principales reclamos para los visitantes. Dos boutades que, sin embargo, son las dos propuestas más concretas que deja la jornada.

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