Barcelona

"Tenemos miedo": angustia entre los trabajadores del servicio de limpieza de Barcelona por el calor

Otros dos empleados necesitan atención sanitaria por la ola de calor

Un trabajador del servicio de limpieza de Barcelona refrescando en una fuente del Raval
Gerard Pruna, Cesc Maideuy Màrius Lamor
01/07/2025
4 min

Barcelona"Hace tres días Montse estaba aquí conmigo, y ahora ya no", lamenta Lluís, trabajador de los servicios de limpieza del Ayuntamiento y compañero de la mujer que murió el sábado por la noche en su casa después de completar su turno de trabajo bajo la ola de calor. Una muerte que, a la espera de que una autopsia aclare sus causas, ha sacudido el cuerpo de empleados de la limpieza que cada día peina las calles de la ciudad. "Tenemos miedo", admiten varios trabajadores que han hablado con el ARA y que, como Lluís, utilizan nombres ficticios para preservar el anonimato.

Tocan las cuatro de la tarde, y Lluís se ha detenido un momento a la sombra de una de las calles más estrechas del Gòtic para tomar un poco de aire antes de continuar con el trabajo. Como Montse, él forma parte del turno que se ocupa de esta zona de Ciutat Vella entre las 14.30 y las 21.30, con una pausa de 20 minutos para comer. Mientras se seca el sudor, muestra el papel en el que tiene el mapa con el recorrido que deberá completar marcado en rojo. Entre sus misiones está limpiar la plaza Sant Jaume, donde a esta hora no hay ni una sombra.

En el tiempo que dura la conversación, pasan cerca un par de compañeros que van con las furgonetas pequeñas verdes y blancas de limpieza. Se detienen y le preguntan si lleva agua y si la necesita. "Desde lo que ocurrió el sábado, está todo el mundo muy sensibilizado", explica Lluís. Robert explica que también conocía a Montse, y que desde su muerte bebe mucha más agua y se tira a la nuca. En su sede, dice, tienen una fuente, pero no les dan botellas llenas. Son las 13 h, hace 34 grados y él está vaciando las papeleras de la calle Petritxol.

"Estamos tocados", admite Paco, un veterano del servicio de limpieza de la ciudad que trabaja por el Raval y que dice que a su edad –está cerca de la jubilación– la muerte de Montse le afecta un poco más. "No puedo dejar de pensar en ello", explica Sonia mientras resopla esquivando turistas por la Rambla. "Tengo miedo. Siento todo el rato que me encuentro mal. Ya no sé si es el calor o la angustia", lamenta, y se pasa una botella de agua fría por la nuca antes de continuar su camino.

Dos nuevos sustos

Dos nuevos sustos han añadido este martes preocupación entre el cuerpo de trabajadores del servicio de limpieza. Durante la mañana, dos de ellos tuvieron que ser trasladados a centros de atención primaria (CAP) por un golpe de calor, según denunció el sindicato CGT. A diferencia de Montse, que trabajaba para la empresa FCC, la mujer y el hombre indispuestos este martes trabajan para la empresa Urbaser. Ella ha caído en redondo a las 10 h mientras trabajaba barriendo a pie, frente a una máquina de limpieza, en la confluencia de las calles Badajoz y Pallars, en Poblenou. Él ha sufrido un golpe de calor en torno a las 12 h mientras trabajaba en una máquina barredora sin aire acondicionado.

Operarios del servicio de limpieza de Barcelona trabajando este martes a pleno sol.

La temperatura de estos vehículos sin aire acondicionado es otro factor de protesta entre sus trabajadores. La secretaria de la sección sindical de CGT, Victoria Chacón, explica al ARA que el pasado 2 de junio emitió un escrito a la empresa en la que comunicó esta carencia en los vehículos y, pese a no haber recibido respuesta, asegura que este mismo martes se han llevado algunas máquinas barredoras, "unas cuatro o cinco", para que se les instale aire. "Están obligados a hacerlo porque si no se les sanciona", denuncia.

Eva, trabajadora de la empresa, también dice que la temperatura dentro de las máquinas es superior al exterior: "Dentro estábamos a 38 grados, mientras que la temperatura exterior era de 33", afirma, y ​​explica que la semana pasada sufrió una serie de bajadas y subidas de tensión. "Lo comuniqué a los encargados y ellos se escudaron en que ya habían solicitado la instalación de los aires en los vehículos", expone. Robert tiene "la suerte" de ir en una furgoneta de las que sí tienen aire. Ahora bien, dice que no lo enciende casi nunca porque la batería enseguida se agota.

Chacón censura que hasta ahora no se les han dado medidas claras a seguir ante las altas temperaturas. "Estamos recibiendo un tríptico con cuatro indicaciones básicas, pero ningún protocolo claro y que nos proteja", alerta. Carmen, que vacía papeleras detrás de la Boqueria, comenta que la empresa les dice que pueden descansar diez minutos en una sombra e hidratarse cada cuatro o cinco papeleras. Paco, que suma al uniforme verde llamando un gorro negro que le protege un poco más del sol, dice que hoy les han dado un papel nuevo con una lista de refugios climáticos donde resguardarse si no se encontraban bien.

Sin embargo, Paco no confía demasiado en que haya cambios. "La gente quiere que las calles estén limpias y las papeleras vacías en todo momento, no entiende de pausas", señala. "No creo que cambie nada", coincide Lluís, que pide poder reducir horarios o evitar las horas de más sol. Resignado, abandona la pausa en la sombra y empuja el carro en dirección a la plaza Sant Jaume, donde en las últimas horas la muerte de Montse ha reabierto el debate sobre las condiciones de los empleados municipales que trabajan en el espacio público a pesar de las altas temperaturas.

Collboni cita a las concesionarias

Tras descartar en primera instancia abrir ningún expediente a FCC por la muerte de Montse, el lunes a última hora el Ayuntamiento rectificó y envió un comunicado en el que afirmaba que había decidido abrir el expediente "para esclarecer las circunstancias ocurridas". Este martes el consistorio todavía ha ido más allá y ha convocado a las cuatro empresas concesionarias del servicio de limpieza y recogida de residuos en la ciudad (FCC, CLD, Valoriza y Urbaser) para analizar este miércoles los protocolos previstos para oleadas de calor. Todo ello, mientras crece también la presión de la oposición, que ha pedido modificar los protocolos laborales frente a las altas temperaturas y una comparecencia urgente del gobierno de Jaume Collboni.

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