Catástrofe natural

Boicot en el minuto de silencio de Barcelona por el terremoto de Marruecos: "Vengo a defender a España"

Los primeros catalanes que vivieron el seísmo relatan el miedo y la desolación que han dejado atrás a su llegada al aeropuerto

ARA
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BarcelonaGritos contra Puigdemont, contra la amnistía e incluso contra la comunidad musulmana en Cataluña. El minuto de silencio en solidaridad con las víctimas del terremoto en Marruecos que se ha hecho este mediodía en la plaza de Sant Jaume de Barcelona ha tenido que suspenderse antes de tiempo ante la interrupción de decenas de personas que han empezado a abuchear a las autoridades ya los representantes de entidades marroquíes, que han aguantado impertérritos las provocaciones.

Con muchas banderas españolas y alguna catalana, los que protestaban han proferido gritos en favor de la unidad de España y en contra del diálogo entre el gobierno central y los partidos independentistas y, en este sentido, se han sentido proclamas por el encarcelamiento de Carles Puigdemont y de Yolanda Díaz, así como reproches contra el pueblo marroquí. "Yo vengo a defender a España, defiendo a España, no a Marruecos". El alcalde de Barcelona, Jaume Collboni, ha criticado la falta de respeto de los grupúsculos españolistas por no mantener el silencio ante una tragedia como la del seísmo en Marrakech, que ya supera los 2.000 muertos.

Una mujer con las banderas española y catalana gritando durante el minuto de silencio por el terremoto de Marruecos.

Esta tarde a las 6, está convocado otro minuto de silencio en la plaza de la Paeria de Lleida, la ciudad con más vecinos procedentes de la región más afectada por el seísmo. El acto está convocado por el Ayuntamiento y varias entidades marroquíes, que quieren mostrar su solidaridad con las víctimas y familiares. De momento, se sabe que un vecino de la capital del Segre ha perdido a un familiar debido al temblor de la tierra.

Según ha explicado la directora general de Migraciones, Refugio y Antiracismo, Eunice Romero, se hace difícil conocer cuántos residentes en el Segrià originarios del área de Marrakech se encontraban en la zona en el momento del seísmo, porque si no tienen el pasaporte español (aunque llevan años con residencia catalana) el ministerio de Exteriores no los contabiliza como nacionales. La responsable indicó del caso de un leridano que tuvo que ser atendido por la rotura de una pierna.

Abrazos y lágrimas en el aeropuerto de El Prat en el reencuentro de familiares con los que volvían de Marruecos.

Bajada a caballo: mucho miedo y caos

Por otra parte, esta mañana del domingo empezaron a llegar los primeros catalanes al aeropuerto de El Prat que estaban de visita en Marruecos cuando les sorprendió el terremoto, la noche del viernes al sábado. Después de que durante el día de ayer se produjeran algunas cancelaciones de vuelos entre el país magrebí y la Península, poco a poco se está normalizando el tráfico aéreo. Así, a la llegada al aeropuerto de El Prat los viajeros relataron su sufrimiento durante la sacudida, al tiempo que se mostraron impotentes por no poder hacer nada ante la completa destrucción de pueblos enteros del Atlas.

"Estábamos cenando cuando pareció como si pasara un metro junto a la puerta. Empezaron a caer las paredes y salimos a la calle, donde pasamos la noche", ha explicado Xavier, que vivió el terremoto a 30 kilómetros del epicentro. El sábado bajó a caballo por las montañas del Atlas, ya que las carreteras se encuentran cortadas o gravemente afectadas por deslizamientos y socavones, para poder llegar hasta la ciudad de Marrakech. "Hemos pasado bastante miedo, ha sido una de las peores experiencias de mi vida", es "algo que aún hay que asimilar, porque no cabe en la cabeza", ha subrayado en declaraciones que recoge el ACN.

En la misma terminal de llegadas de El Prat, Antonio ha explicado que él y sus amigos pasaron toda la noche del viernes en un campo de fútbol y que el sábado estuvieron deambulando por la ciudad por miedo a volver al alojamiento, que tenía dos fisuras: "Lo hemos vivido con mucho miedo, estoy muy nervioso, lo que más me apetece es ver a mi madre, darle un beso y decirle que le quiero", ha añadido, según informa Efe.

Al otro lado de la zona de llegadas, Francisco esperaba impaciente a su mujer, Cristina, ya su hija Lucía, de 16 años, que hacían una excursión a caballo durante ocho días por el Atlas cuando el terremoto las sorprendió a tan solo 20 kilómetros del epicentro.

Voluntarios a la espera de poder ayudar

Mientras, el gobierno español prepara un convoy de ayuda humanitaria, en colaboración con las comunidades autónomas, para atender así la petición formal que ha realizado el ejecutivo marroquí, dos días después de la catástrofe. Además, también se desplazó la unidad militar de emergencias, el UME, para buscar supervivientes bajo los escombros de los miles de edificios que se hundieron a causa del movimiento sísmico.

Así, una ONG de rescate canino K9 de Creixell ha denunciado las trabas con las que se están encontrando. "Nos encontramos aquí embarrancados en Tarragona. Es triste y lamentable, pero nosotros nos quedaremos en casa porque nuestra labor no es ir a recoger cadáveres", ha explicado a ACN Pere Frutos, fundador y presidente de la entidad. Frutos ha lamentado que Albares confíe más en los soldados de la UME que en su experiencia de una veintena de terremotos por todo el mundo.

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