El boom en el consumo de drogas recreativas provoca una falta de abastecimiento
La reapertura del ocio nocturno hace que escasee el éxtasis y los camellos optan por adulterar esta sustancia
BarcelonaLa reapertura del ocio nocturno ha disparado la demanda de las drogas recreativas hasta el punto de provocar problemas de abastecimiento. Las restricciones de la pandemia, que prácticamente han obligado a mantener cerradas las discotecas desde marzo de 2020, habían hecho caer el consumo de este tipo de droga, pero su reapertura lo está cambiando todo. Los laboratorios clandestinos, que durante la pandemia habían apostado por fabricar otras drogas, ahora vuelven a funcionar a toda máquina para intentar satisfacer la demanda, pero no lo están consiguiendo. La falta de éxtasis, el principal componente de las pastillas sintéticas MDMA (metilendioximetamfetamina),está provocando que los laboratorios adulteren este tipo de droga y la mezclen con otras sustancias, como las anfetaminas o la cafeína, dos compuestos químicos estimulantes, según advierte Mireia Ventura, coordinadora del Servicio de Análisis de Sustancias de Energy Control, un proyecto de reducción de daños de la entidad ABD.
“Es la primera vez en más de diez años que nos encontramos con pastillas de éxtasis adulteradas”, explica esta experta en el siempre cambiante mundo del consumo de drogas. “Nos preocupa especialmente, porque hasta ahora era un mercado estable y los consumidores sabían qué era lo que estaban tomando. Ahora ya no lo saben”, advierte. Esta adulteración es especialmente peligrosa porque en este tipo de droga se había conseguido una gran pureza, hasta el punto de que en una sola pastilla se podían encontrar hasta tres o cuatro dosis de éxtasis (se considera que una dosis media tiene 80 miligramos de éxtasis). Los consumidores, en cambio, se encuentran ahora con un producto totalmente diferente y, si consumir drogas ya es nocivo y peligroso por sí mismo, ahora hay un riesgo añadido: no saber qué se está tomando. En algunos análisis de estas pastillas se han encontrado, incluso, que había menos éxtasis que otras sustancias.
Las drogas recreativas que se consumen en Catalunya llegan, en buena parte, de laboratorios clandestinos de los Países Bajos y de Bélgica y la solución que han encontrado a la falta de éxtasis es añadir estimulantes. “El éxtasis hace que el consumidor se sienta a gusto, pero la adulteración con estas sustancias hace que los consumidores se encuentren más acelerados, y con más riesgo de sufrir taquicardias”, avisa Ventura. La adulteración es peligrosa, pero los expertos en drogas temen que Europa pueda acabar siguiendo el camino del Reino Unido, donde los laboratorios están compensando la falta de éxtasis con catinonas sintéticas, un nuevo tipo de sustancia psicoactiva con efectos todavía mucho más peligrosos. “Hay que seguir monitorizando para comprobar que la catinona no llega aquí”, avisa Ventura.
A pesar de esto, el solo hecho de que se adultere la droga siempre incrementa el peligro. La combinación del éxtasis con otras sustancias como la cafeína, las anfetaminas, la marihuana o el alcohol "puede aumentar el riesgo de que se produzcan efectos secundarios", según advierte el Instituto Nacional sobre el Abuso de las Drogas de los Estados Unidos.
El subdirector general de Drogodependencias de la Agencia de Salud Pública, Joan Colom, explica que es posible que se haya generado un "efecto tapón de cava" después de estar tantos meses encerrados y que esté aumentando el consumo de éxtasis. Aun así, insiste en que "hace falta más tiempo para poder analizar si realmente ha incrementado su consumo o si tiene un impacto relativo". Sobre la adulteración de la droga, Colom explica que siempre hay una doble cara: "Si la droga es muy pura también es más psicoactiva, en cambio, si está adulterada tiene menos impacto sobre el cuerpo pero puede acabar provocando efectos no deseados".
Colom, como Ventura, insiste en que el gran problema en cuanto al consumo de sustancias en Catalunya es el alcohol. De las 14.730 urgencias anuales que se registran en los hospitales por el consumo de alguna sustancia, 7.549 son por culpa del alcohol, mientras que solo se registran unas ochenta por éxtasis o anfetaminas.
Menos alcohol durante la pandemia
Durante la peor parte de la pandemia, con el ocio nocturno cerrado, el consumo de drogas disminuyó en general y las urgencias hospitalarias cayeron en picado. Quitando el consumo de cannabis, que más o menos se ha mantenido estable, el resto de drogas han perdido consumidores en toda Europa, según explica Colom. También el alcohol, la peor de todas. "Aunque viéramos algún supermercado que había agotado las botellas de alcohol, la mayoría de la gente no se bebe en su casa lo que se bebía en la calle", explica Colom, que añade: "Todo lo que tiene que ver con la interacción social, como los cines, los bares y los restaurantes, estaba cerrado, y esto facilitó que se redujera su consumo".